Sus caminos se cruzaron en verano de 2011, cuando Isabel Jiménez se incorporó a Informativos Telecinco, donde ya Sara Carbonero presentaba los deportes. La primera impresión de la almeriense no fue la mejor, aunque no tardó en descubrir que Sara era tímida. Lo importante es que las dos congeniaron rápidamente.
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Tal fue su química que decidieron embarcarse juntas en la creación de Slowlove, firma de moda que ahora cumple diez años. En todo este tiempo, las dos han forjado una amistad que han heredado sus hijos: "Tienen una relación muy bonita y se llaman primos, y ha sido siempre muy especial", afirmó Carbonero en la celebración de la marca.
Ambas han compartido sus mejores momentos, pero también han estado juntas en los más complicados. Isabel apoyó a su "comadre" cuando se mudó a Oporto, cuando se separó y cuando se enfrentó a sus problemas de salud. Ahora es Sara quien demuestra su amistad a Isabel, quien ha decidido hacer un "impasse" en su relación con el ingeniero Álex Cruz, con el que contrajo matrimonio en 2009 y con el que tiene dos hijos. "Isabel es superfuerte, superluchadora y está afrontando las cosas que vienen", declaró Sara en la fiesta aniversario de su firma.
—Lo que habéis crecido con Slowlove, y eso que empezasteis desde cero.
Isabel.—De la manera más rudimentaria: en una oficina pequeñita, de 50 metros cuadrados, y con tres personas. Me acuerdo que, al principio, no llegaban los muebles y trabajábamos en el suelo.
Sara.—¡Y se nos quemó la oficina!
I.—Otro día nos robaron los ordenadores y las cámaras de fotos. Éramos una start-up de libro. Nosotros enviábamos las cosas directamente.
—Ahora, con anuncios en las calles.
I.—Es un orgullo, una satisfacción. Tenemos un equipazo. Además, lo bonito es que Slowlove se ha convertido en una familia y todos lo viven como tal.
—¿Qué aportáis cada una al proyecto?
I.—Sara aporta su olfato con la moda y las tendencias. Luego, cuando yo tenía dudas y estaba desesperada, la llamaba a Oporto y me abría los ojos. Por ejemplo, cómo enfocar la comunicación e imagen.
S.—Isa, el coco que tiene y su optimismo, ya que lo ve todo posible. Siempre va a muerte a por las cosas. Es muy trabajadora y muy constante. A lo mejor, estoy más despistada y ella me da mil vueltas.
"Otras prioridades"
—¿Cómo habéis cambiado cada una en estos diez años?
I.—Uff… ¡Mucho! Imagínate pasar de los 30 a los 40. Hemos evolucionado, como la marca. Entonces, las dos vivíamos un momento profesional muy bonito como compañeras en Telecinco.
S.—A ver… Es otra vida (ríe).
—¿Cómo lo notáis en lo personal?
I.—Hemos madurado mucho y tenemos otras prioridades. Hace unos años, hoy estaría en Roma con el nuevo Papa, pero he preferido estar en la graduación de mi hijo. Las prioridades cambian.
S.—Como todo el mundo sabe, me ha cambiado muchísimo la vida. Valoro mucho más la calma, estar tranquila… Ya no estoy con tantos proyectos, antes era todo tele. Ahora, elijo cosas que me encajen y valoro más los momentos con mi familia, con los niños. Me cuido, priorizo mucho y doy mucha importancia a mi salud. Hace diez años, no sabía lo que me iba a tocar y he tenido que cambiar de mentalidad y de estilo de vida.
—¿Qué tal estás en ese aspecto?
S.—Estoy bien. He aprendido a soltar el control, vivir con una pequeña incertidumbre, a apreciar cada segundo de vida y a ser más disfrutona si cabe.
—Habéis conseguido una amistad tan fuerte... Incluso sabéis cómo estáis la otra cuando cogéis el teléfono.
I.—Absolutamente.
S.—Total. Y cuando no nos lo cogemos, también. Si una no contesta en días, no nos enfadamos. Sabemos perfectamente cómo es nuestra amistad.
I.—Esos silencios te demuestran más que conoces a la persona.
—¿Cómo definís vuestra amistad?
I.—Inquebrantable y familiar. Para mí, Sara es mi hermana. Sin duda.
S.—Hermanas de otra madre y otro padre. Es una amistad a prueba de fuego.
—¿Veis la posibilidad de volver a trabajar juntas en televisión?
S.—Isabel lo intenta. Me ha hecho propuestas, pero no me han encajado. Me propuso volver a deportes…
—¿Por qué dijiste que no?
S.—Porque no. Ahora mismo, no podría hacer esas jornadas. Sobre todo, por los niños, ya que los dos se han metido en el mundo del fútbol y no sabes lo sacrificado que es. Aparte… no quiero volver a los directos y al estrés.
I.—Me encanta la adrenalina. Es lo que me corre por las venas y es donde lo disfruto más. Como con el apagón, que fue directo puro, televisión pura, aunque haya mucho estrés.
—Pero, Sara, has hecho programas piloto. ¿Cuándo podremos verte?
S.—Eso digo yo. A ver si conseguimos venderlo o colocarlo en alguna plataforma, pero todo va lento. Hay mucho de todo: de música, ropa, pódcasts, programas… Pero sigo ahí, con la esperanza de poder hacer algo.
—¿Qué no has hecho hasta el momento que te gustaría hacer?
S.—Un programa de entrevistas. Como el de Jordi Évole o el nuevo de Isabel, que va a ser muy bonito. Me encanta hacer entrevistas tranquilas, en las que la gente se desnude.
—A lo mejor, hacer uno con David Cantero. ¿Cómo lo encontráis?
I.—Comí el viernes con David y está viviendo una segunda juventud.
Su situación sentimental
—¿Y vosotras en el plano personal?
I.—Yo, tranquila.
—¿Con ganas de experiencias?
S.—Pues sí, queremos ir a la India.
I.—Me quiero ir a la India, pero no me dejan. Quería hacer la campaña del décimo aniversario allí.
—Estas últimas semanas se ha hablado mucho de tu vida personal.
I.—Estoy ajena a lo publicado. Ni confirmo ni desmiento. Y así seguiré.
—Hace días, compartiste una foto con el padre de tus hijos y se ha especulado con la reconciliación.
I.—No he hablado ni de separación ni de reconciliación… Es que no he hablado de nada. Entonces, me mantengo. Lo que pasa en mi casa, lo vamos a saber yo y mi gente.
—Pero, pase lo que pase, seguiréis siendo familia.
I.—Absolutamente.
—Sara, ¿y en tu caso?
S.—Feliz, aunque la felicidad son ratitos. Estoy tranquila, en calma, fluyendo… Y ya está.
—¿A esta edad se vive el amor con más tranquilidad?
S.—A esta edad, todos sabemos ya, más o menos, lo que queremos, así que sí, se vive de otra forma.
—Por último, Javier Ambrossi fue compañero tuyo en la universidad…
S.—En la Complutense de Periodismo, ya sabes: cafetería, mus… Ahí nos encontrábamos todos. Pero yo no sabía quién era… Creo que ahí no hacía nada. Yo no. Años después, le vi en la orla y dije: "Mira que bien" (ríe).