La edad es un estado de ánimo. Ese debe de ser el leit motive de Anita Matamoros. La influencer de tan solo 22 años ya está pensando en escapar del mundanal ruido e irse de payesa a una casa en el campo. En Ibiza, ok, pero con su huerto, sus animales… Dice que allí seguro que sería más creativa. Volcaría todo lo que lleva dentro en la pintura o la escultura. O la música… Porque si bien la conocemos por ser una de las jóvenes con más seguidores en las redes sociales, lo suyo son las artes de toda la vida. Porque ama la tranquilidad, la estabilidad… que choca con su aspecto alocado y su vocación por romper las normas. Quizás se deba a que su chico, del que prefiere ni mencionar su nombre -ya lo hacemos nosotros, Nacho Santandreu - deambula por la treintena y ya no tiene ese ímpetu de la primerísima juventud o porque ella, pese a haber hecho siempre lo que ha querido, cuenta, siempre lo ha hecho como buena niña muy responsable. Hablamos con la hija de Makoke y Kiko Matamoros minutos antes del estreno de La chica salvaje, la película que cuenta con Taylor Swift entre sus actores protagonistas.

- Ana, ¿Tú te consideras una chica salvaje?

- (Risas) Más bien, una chica fuera de las normas.

- ¿Fuera de las normas?

- De los convencional, de lo políticamente correcto. Una chica salvaje, ¿no?

- Vamos, que no te gusta que te pongan límites, ¿no?

- No, no. Yo no he dicho que yo sea así (risas) Lo que digo es yo soy poco convencional, pero no soy tan salvaje. Invento ser correcta. Políticamente correcta.

- Cuéntame, ¿En qué no eres convencional?

- Pues, en la ropa, en la manera de pensar, en el estilo de vida… Porque, al final, he podido hacer lo que yo he querido y no lo que se me ha dictado.

- De hecho, muy muy jovencita, te fuiste a vivir a Milán… 

- Exacto. Siempre he hecho lo que me ha dictado el corazón. He tomado mis propias decisiones. Desde el colegio. Y lo que he hecho siempre así. Desde, las actividades extraescolares hasta la carrera o mis amistades. Siempre ha sido así.

- Es maravilloso que puedas tener las cosas tan claras y que tus padres las respeten aunque seas muy joven para tomar decisiones. 

- He tenido esa suerte.

‘Siempre me he guiado por mí misma’

- ¿Siempre has tenido su respaldo?

- Siempre. Porque he sido bastante responsable. Asi que siempre he tenido la libertad, pero porque no les he fallado, por así decirlo.

- O sea que, a veces, has hecho cosas que no les hacia mucha gracia, pero al final, las has hecho bien, ¿es así?

- No, no. He hecho lo que he querido hacer siempre. Nadie me ha dictado lo que podía o no podía hacer. Siempre me he guiado por mí misma sin pedir opiniones, pero no he hecho nada que ellos no quisieran que hiciera.

- Ahora ¿con qué estás?

- Estoy trabajando mucho en las redes. La verdad es que estoy súper contenta. A tope. Con marcas maravillosas. Y tengo un proyecto que… que a ver si sale. Llevo un par de meses con él y tengo muchísimas ganas de cumplirlo.

- ¿De moda?

- Es más personal.

- ¿Personal? ¿Te casas?

- (risas) No, es laboral, pero muy personal porque es muy mío. Es que no sé cómo contártelo sin desvelarlo.

- ¿Porque se gafa?

- Eso es.

- ¿Tiene que ver con el mundo de la cultura, el arte, interpretación?

- Un poco de todo… De todo, menos la interpretación.

- ¿Como diseñadora?

- No. Ese proyecto ya lo abandoné. Iba a sacar mi propia marca de ropa pero, justo iba a firmar el préstamo con el banco un día antes de que nos confinaran, así que dije: “ha sido el destino”. Yo creo mucho en el destino y si no puedo, es que no debe ser.

- ¿Y sería en Madrid? Porque ya estás en Madrid ubicada, ¿no?

- Pues me he planteado volver a Milán, porque disfruté muchísimo esa etapa, lo que pasa es que, ahora mismo, mi sitio estaría en Madrid. Estoy trabajando muchísimo aquí y… no lo sé. ¿Quién sabe? Fíjate que siempre digo que mi sueño es vivir en Ibiza en una casa de payesa en el campo.

- Pero eso cuando seas mayor, ¿no?

- Nooooo. En unos añitos. Unos pocos añitos.

“Me gustaría tener una casita payesa con un huerto”

- Pero, cómo, Ana, si solo tienes 22 años. No te pega una vida contemplativa tan joven…

- A ver, que no se deja de ser joven por irse al campo a vivir, ¿eh?

- Pero cuando eres joven parece como que tienes muchas cosas que hacer y por vivir y que están en la ciudad no en el campo. Que quizás es un cliché… 

- Para mí la tranquilidad no significa un retiro. A mí, me inspira mucho. Y te diré. Creo que mis contenidos en redes ganarían mucho. Sería mucho más creativo. De verdad que lo creo. Como te cuento, me gustaría tener una casita payesa con un huerto y un estudio para pintar o yo qué sé… Para crear y crear. Soy muy artística en realidad.

- ¿Es lo que más te gusta?

- Sí, muchísimo. Tengo muchos registros. Hice el Bachillerato de Artes y luego me fui por el mundo de la moda, de las redes sociales y la comunicación, pero a mí me llaman muchísimo más la atención todas las ramas del arte. Todas. Desde la música al cine. De hecho, he pintado algunos cuadros, pero me da mucha vergüenza enseñarlos.

- ¿Por?

- Supongo que como les pasa a todos los artistas, que desconfio mucho de mí. De todas maneras, no es ahora el momento para desarrollar esa parte de mí… Sería cuando me vaya al campo. Cuando tenga mi estudio.

- Allí no te irías sola, no? Te irías con tu amor. ¿Como estás?

- Muy bien. Muy contenta. Muy estable. Muy satisfecha.

- Esa sería la respuesta de alguien que se quiere casar y tener hijos… 

- (risas) ¿Por qué por ser joven no puedes querer la estabilidad en la pareja? Estoy disfrutando de una etapa muy buena y muy tranquila. Yo eso lo valoro mucho. En todo. También en el amor. Corrijo. Lo valoro muchíiiisimo.