La Reina sigue reciclando armario, pero con una gran diferencia. En las últimas semanas, ha puesto un poco más de color a su reino y a su vida y parece que, salvo sorpresas, el gris y el negro han quedado enterrados en el armario de invierno. Eran dos días importantes. Presidía el acto del Día Mundial de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja y, también, el acto de entrega de la Enseña Nacional, en su modalidad de estandarte, a la Academia de Aviación del Ejército de Tierra (ACAVIET).
Para apoyar a la institución humanitaria, de la que es presidenta de honor, doña Letizia se dio un aire de primavera: rescató un vestido de 2017, con estampado floral y unos pendientes a juego: flor de nácar rosa, con topacio blanco, de Yanes. Y, por supuesto, volvió a tomar la palabra para lanzar un mensaje importante. La Reina felicitó a todos los que forman parte de Cruz Roja —han atendido a cuatro millones de personas— en la mayor operación de la historia de Cruz Roja Española (Plan Responde) frente a la COVID-19 y señaló que la Cruz Roja es toda la sociedad. Todos “debemos ayudar y compartir, porque no es posible vivir dándonos la espalda. Es, como ha dicho el presidente Rocca, tiempo de bondad. Y de unión y de responsabilidad, añado yo”.
Recuperó el vestido de tweed del bautizo de Leonor y el lazo de la Gran Cruz de la Orden de Carlos III para amadrinar a la Academia de Aviación del Ejército de Tierra
Durante este acto conmemorativo, se concedieron sus medallas de oro y la placa de honor 2021 al voluntariado de Cruz Roja y la Media Luna Roja y fueron galardonados, además, el cirujano Pedro Cavadas, la filósofa Adela Cortina y la Fundación Raíces.
Cerrando la semana, la Reina nos daba otra sorpresa. Seguía reciclando, pero no con una prenda cualquiera. Para presidir el acto de entrega de la Enseña Nacional, en su modalidad de estandarte, a la ACAVIET, donde se forma a los pilotos de helicópteros, doña Letizia recuperaba el vestido en tweed que estrenó en el bautizo de la princesa Leonor. Quizá, en un guiño al futuro militar de su hija, y reafirmando, también, la idea de no llevar peineta y mantilla en actos de amadrinamiento castrenses, aunque sí piezas de su armario con historia y simbolismo.
Doña Letizia dijo que era un “privilegio hacer entrega del estandarte” y que el Rey le había pedido “que os felicite y que os agradezca vuestra entrega y vuestro trabajo”. “Para mí será siempre un honor y un orgullo ser vuestra madrina”.
