Sara Carbonero e Iker Casillas han decidido poner fin a su historia de amor, después de más de once años de relación y casi cinco de casados, aniversario que hubieran celebrado este mismo sábado 20 de marzo. Fue a última hora del viernes 12 cuando la presentadora y el exportero anunciaron su separación con un comunicado emitido de manera conjunta: “Nuestro amor de pareja toma caminos distintos, pero no lejanos, puesto que continuaremos juntos en la maravillosa tarea de seguir siendo padres dedicados, como hasta ahora lo hemos hecho. Es una decisión muy meditada y que tomamos de mutuo acuerdo”, rezaba el escrito. “El respeto, el afecto y la amistad permanecerán siempre. Nuestra prioridad es, desde el cariño y el compromiso, compartir el bienestar y la educación de nuestros hijos y protegerlos para que crezcan en un entorno estable y saludable”, manifestaban tanto Iker como Sara, antes de añadir: “Nos sentimos enormemente orgullosos de la familia que somos y de haber podido compartir un amor que nos ha llenado de felicidad durante todos estos años de unión”.
Lo cierto es que la sombra de la separación sobrevolaba a la pareja desde hace meses, con continuos rumores de crisis que eran desmentidos una y otra vez por fuentes de toda solvencia de la pareja. Sin embargo, también es cierto que, aunque han pasado por altibajos, Carbonero y Casillas han estado luchando, hasta el último momento , por continuar unidos. Así nos lo han asegurado estas mismas fuentes en repetidas ocasiones. Estas informaciones iban en la misma línea que el comportamiento que la presentadora y el portero han mostrado públicamente hasta hace una semana: compartiendo techo en el domicilio familiar, algo que hemos podido contrastar con distintas fuentes. También, el pasado 1 de marzo, ambos almorzaron en un restaurante en el centro de Madrid, en compañía de Isabel Jiménez y su marido, el ingeniero Álex Cruz.
Aunque han pasado por altibajos en su relación, la presentadora y el portero han estado luchando hasta el último momento por continuar unidos
Según hemos podido saber, aunque arrastraban una situación complicada desde hacía meses, Sara e Iker no tenían intención de anunciar ninguna separación. De hecho, contaban con un pacto de vida, al menos por ahora, en el que habían acordado que, aunque dejaran de ser pareja, seguirían siendo familia, pensando en los niños y en lo mejor para la salud de Sara. No hay que olvidar que la periodista tuvo que pasar de nuevo por quirófano el pasado 5 de febrero, en la Clínica Universidad de Navarra, de Madrid, centro médico que abandonó acompañada por el padre de sus hijos.
Unas grabaciones comprometidas
La situación de Carbonero y Casillas cambió en la tarde del miércoles 10. Tras la publicación de la noticia de la separación por la revista Lecturas, llegaron a los programas de televisión unos audios comprometidos que el portero había enviado a una tercera persona por teléfono. “Evidentemente, no son publicables. Evidentemente, no se pueden sacar, pero habla de intimidades por su parte y de fallos que ha podido tener”, apuntó Kiko Matamoros en Sálvame el mismo miércoles. Dos días después, Informalia aseguró que, con esta filtración, Iker había sido “traicionado por una amiga con la que se desahogaba sobre su matrimonio”. En la tarde del viernes 12, en televisión, Kiko Matamoros daba más detalles sobre las grabaciones: “En una especie de confesión íntima, declara que su situación es difícil y confirma que, en ese momento, la relación está rota, no un divorcio ni separación oficial: habla de que la relación está rota por su culpa”. La circulación de dichos audios puso a Carbonero y Casillas en una situación muy complicada. No pudieron más... Era demasiado aguantar públicamente todos los comentarios y así fue como, a última hora de la tarde del viernes, ambos emitían el comunicado de ruptura.
La circulación de unos audios comprometidos y la presión mediática precipitaron una decisión a la que, hasta ese momento, se resistían
A pesar de todo, la intención de Sara e Iker es preservar su proyecto de familia, por el bien de sus dos hijos en común, Martín y Lucas , de siete y casi cinco años, respectivamente. Así lo confirmaron en la noche de ese mismo viernes, poco después de anunciar el fin de su matrimonio, cuando publicaron la misma imagen de ellos jugando al parchís. Eso no significa que no estén emprendiendo caminos por separado. Por ejemplo, ya en la mañana del sábado, la presentadora acudió sin su ya exmarido a un cumpleaños infantil que se celebró en un parque de Madrid. Dos días después, estuvo comiendo en un restaurante italiano con compañeros de trabajo. Por su parte, un día después, Iker se dirigió a la Fundación Niño Jesús, con la que colabora desde hace tiempo. No obstante, Sara llamó la atención el mismo domingo al compartir una fotografía con sus seguidores en la que la periodista seguía luciendo su anillo de casada en su mano derecha.
Desmentidos desde julio de 2020
En estos momentos, Carbonero y Casillas inician un nuevo capítulo en sus vidas, tras superar los problemas de salud del matrimonio, tanto el infarto del portero como el cáncer de la presentadora. No son los únicos obstáculos a los que se han enfrentado, pues también han pasado unos meses marcados por insistentes rumores de separación, de los que ¡HOLA! siempre ha estado al tanto contrastando en cada ocasión la información. Fue a principios de julio de 2020, recién terminado el confinamiento, cuando llegaron a nuestra revista las primeras noticias sobre una posible crisis en la pareja. Entonces, nos aseguraban que la periodista e Iker seguían viviendo en Oporto, donde se habían instalado en 2015, pero que hacían vidas separadas dentro del mismo domicilio familiar desde hacía meses —uno en una planta y otro en otra, se nos concretaba—. Estas informaciones nos fueron negadas rotundamente. La pareja luchaba por su matrimonio. Y así fue.
Nos sentimos enormemente orgullosos de la familia que somos y de compartir un amor que nos ha llenado de felicidad durante todos estos años de unión
Las especulaciones volvieron a tomar fuerza al mes siguiente, después de que la revista Semana publicara unas llamativas declaraciones de Casillas: “No he estado con Sara todo lo que debería”, reconocía el exfutbolista, que también explicaba su ausencia en el entierro de Narciso Carbonero , abuelo paterno de su mujer, celebrado el sábado 1 de agosto: “No pude ir porque era la final de la Copa de Portugal. Era mi último partido con el equipo y en activo. Tenía que estar. El que lo quiera entender, bien, y si no, me da igual”, aclaraba Iker. En aquellos momentos, nos negaron de nuevo categóricamente que la separación fuera una opción en aquel momento. De hecho, se nos aseguró que el matrimonio se encontraba molesto por las informaciones y había decidido de manera consensuada no entrar en manifestaciones públicas ni participar en debates sobre cuestiones personales, con el objetivo de mantener un perfil bajo y seguir con sus vidas al margen de habladurías —como así sucedió—. Por otro lado, entonces, tampoco había motivos para dudar de la continuidad de su matrimonio, puesto que, a lo largo de ese mismo mes de agosto, estuvieron pasando unos días en Navalacruz (Ávila), el pueblo de la familia del futbolista, como en otros periodos vacacionales, como recogimos en ¡HOLA!, donde también le vimos disfrutando de un almuerzo en la ciudad de Ávila junto a unos amigos.
La sombra de la separación sobrevolaba a la pareja desde hace meses, con rumores que eran desmentidos una y otra vez
Precisamente, la publicación de imágenes de estas vacaciones familiares en nuestra revista hizo que no se volviera a hablar de crisis durante varios meses, en los que la familia estuvo amoldándose a su nueva vida en Madrid. Pero, en las últimas Navidades, volvió a ponerse en duda la estabilidad familiar. Aunque a finales de diciembre disfrutaron de sus hijos en una conocida pista de esquí cubierta, a las afueras de la capital, con total normalidad, la presentadora y el portero pasaron gran parte de estas señaladas fiestas por separado. Cabe recordar que Sara no acudió a la entrega de premios Globe Soccer Awards, celebrados el pasado 27 de diciembre, en Dubái, donde Iker recogió un reconocimiento a toda su trayectoria. En aquella ocasión, se nos explicó que la periodista no acompañaba siempre a su marido en este tipo de actos y que, dada la situación de pandemia, prefería permanecer en su pueblo natal, Corral de Almaguer (Toledo), junto a su familia. Igualmente, se nos adelantó que pasarían unidos el treinta y siete cumpleaños de Sara, celebrado el pasado 3 de febrero, como así fue.
Según pudo contrastar ¡HOLA!, el matrimonio seguía compartiendo domicilio familiar cuando saltó la noticia
La semana pasada fue la última vez que nos pusimos en contacto con su círculo de absoluta confianza, tras las nuevas informaciones que insistían en la separación. La respuesta que recibimos fue que seguían compartiendo techo y que no había intención de separación. Asimismo, nos llegaron unas declaraciones de Casillas en las que dejaba claro que eran ellos quienes marcarían los tiempos en su matrimonio y no la presión mediática, que ambos consideraban insoportable. Sin embargo, la situación cambió a las pocas horas, con la filtración de unos audios comprometidos del portero. Como nos apunta su entorno más próximo, ha sido el factor decisivo para que el matrimonio se replanteara su futuro y, posteriormente, decidiera emitir un comunicado para anunciar su ruptura. Como decíamos, Sara ya no pudo soportar esta situación.
Aunque dejaran de ser pareja, Sara e Iker acordaron seguir siendo una familia, pensando en los niños y en la salud de la presentadora
Más de once años de relación
A escasos días de celebrar su quinto aniversario de casados, fecha que hubieran celebrado este sábado 20, Carbonero y Casillas ponen fin a una historia de amor que comenzó en otoño de 2009. Tras meses de rumores, el romance no se confirmó hasta marzo del año siguiente, que es cuando ¡HOLA! publicó las primeras imágenes románticas de la pareja. Sin embargo, no se oficializó hasta el 11 de julio de 2010, día en el que la Selección española ganó el Mundial de Fútbol de Sudáfrica. El futbolista fue quien dio el paso al darle a la periodista un inesperado beso delante de las cámaras y durante una pequeña entrevista, protagonizando los dos así un momento que pasaría a la historia. Su relación se consolidó el 3 de enero de 2014, con la llegada de su primer hijo, quien nació año y medio antes de que se instalaran en Portugal. Aun así, Sara e Iker decidieron casarse en secreto dos años después, como desvelamos en exclusiva en estas mismas páginas. La ceremonia civil tuvo lugar el 20 de marzo de 2016, en la localidad madrileña de Boadilla del Monte, y con su hijo Martín como único testigo. Curiosamente, la presentadora ya se encontraba embarazada —en su tercer trimestre de gestación— de su segundo hijo, Lucas, que nacería el 2 de junio de ese mismo año.
Tras comunicar la separación, Carbonero llamó la atención al compartir una fotografía en la que seguía luciendo su anillo de casada
La felicidad y la armonía familiar quedó sacudida el 1 de mayo de 2019, cuando Iker Casillas sufrió un infarto de miocardio mientras entrenaba con el Fútbol Club Oporto. “Yo estaba en Cádiz por trabajo. Volamos con total normalidad hacia Madrid, donde tenía que hacer una escala de unos treinta minutos, hasta coger otro avión a Oporto”, relató su mujer en Colgar las alas, un documental que Movistar+ dedicó a la figura del portero. “A los cinco minutos de salir por la puerta, Ana —su representante— volvió a entrar y me dijo: “Sara, estate tranquila. A Iker le ha dado un infarto”», relató la periodista, quien también contó cómo encontró a su marido en el hospital. “Cuando lo vi en la camilla tumbado, se me partió el alma. Aunque él estaba bien, vi mucha preocupación y mucho sufrimiento en esa habitación y en los médicos... Se palpaba”, confesó la presentadora en dicho documental.
El pasado verano, cuando Sara ya había terminado su tratamiento de quimioterapia, Iker reconoció no haber apoyado a su mujer “todo lo que debería”
Los problemas en el matrimonio no tardaron en multiplicarse. A finales de ese mismo mes de mayo, Carbonero fue operada de urgencia en el Hospital Ruber Internacional, de Madrid, para extirparle un tumor maligno de ovario. “Todo ha salido muy bien. Afortunadamente, lo hemos pillado muy a tiempo, pero todavía me quedan unos meses de lucha mientras sigo el tratamiento correspondiente”, manifestó tras su paso por quirófano. “Estoy tranquila y con la confianza de que todo va a salir bien. Sé que el camino será duro, pero también que tendrá un final feliz”, añadió al respecto. Con valentía y entereza, la periodista recibió un tratamiento de quimioterapia hasta noviembre de 2019, tal y como confirmó ¡HOLA!. A pesar de todos estos obstáculos, Sara e Iker permanecieron unidos, como así se mantuvieron al estallar la pandemia, en marzo de 2020, que les pilló entonces en Portugal. El enfriamiento de su relación se produjo paulatinamente ese mismo verano, que es cuando la familia regresó a España.
Aunque fue operada a principios de febrero, la presentadora ya ha regresado a la radio y prepara nueva colección de su firma de ropa
Sus proyectos profesionales
Aunque es ahora cuando toman caminos separados, la presentadora y el portero tienen claro cuál es su prioridad, como han manifestado en el comunicado en el que han anunciado el fin de su matrimonio: “Compartir el bienestar y la educación de nuestros hijos y protegerlos para que crezcan en un entorno estable y saludable”. A la vez, Carbonero está volcada tanto en su espacio de entrevistas y actuaciones musicales, que presenta en Radio Marca , como en sus nuevos proyectos con Slow Love, la marca que comparte con Isabel Jiménez . Por su parte, el exfutbolista continúa con sus compromisos profesionales como director de la Fundación Real Madrid, entre otros. Igualmente, se muestra muy ilusionado con su nuevo proyecto, Iker Casillas Academy S. L., empresa creada hace solo unos días —el 5 de marzo—. Como indica su objeto social, se dedica “al desarrollo de actividades para promover el desarrollo deportivo de niños, niñas y adolescentes”.
