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¿Has notado a lo largo de estas semanas problemas a nivel digestivo? No estás sola. La situación de confinamiento por la que hemos pasado a lo largo de semanas debido a la crisis sanitaria ocasionada por el coronavirus ha contribuido, sin duda, a que muchas personas hayan experimentado problemas como dolor de estómago, vientre hinchado, estreñimiento, digestiones pesadas o incluso las desagradables náuseas. “Durante el confinamiento, podemos notar que aumenta el número de personas con síntomas como estreñimiento, diarrea, dispepsia (acidez), digestiones pesadas, flatulencia o distensión abdominal. La mayoría de estos síntomas se deben al posible cambio en la calidad de nuestra alimentación y al aumento en el sedentarismo”, nos cuenta la doctora Daniela Silva, directora de la Unidad de Obesidad Integral y Nutrición de Vithas Internacional. ¿La causa? Sin duda, la alimentación que hemos llevado en la cuarentena tiene un peso fundamental, tal y como nos explica la experta.
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La importancia de la alimentación
Y es que hay que tener en cuenta que “una alimentación baja en frutas, verduras y producto fresco y alta en productos procesados como carbohidratos refinados, empaquetados y azúcares, es la responsable. Debemos entender que una mala nutrición no sólo pone en riesgo nuestra salud por el aumento de peso, sino por su efecto a nivel digestivo e incluso puede ser la responsable de empeorar enfermedades metabólicas, autoinmunes y dermatológicas”, nos detalla la doctora.
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La falta de actividad también influye
Pero, sin duda, al margen de lo que comemos, hay más posibles causas de estos problemas digestivos, y la falta de actividad en estas semanas también ha podido influir, sobre todo en lo que se refiere a nuestro ritmo intestinal. “El sedentarismo, por su parte, favorece la ganancia de peso, pero además previene una adecuada peristalsis (movimientos de la musculatura gastrointestinal), lo cual puede desencadenar episodios de estreñimiento”, nos dice la experta.
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El intestino, nuestro 'segundo cerebro'
Y no hay que olvidar otro aspecto importante: el llamado eje intestino-cerebro. “Este término se refiere a la conexión entre nuestro cerebro y en nuestro tracto gastrointestinal. Está claro que nuestras emociones tienen un impacto directo sobre nuestra salud digestiva. Muestra de ello es que el 90% de la serotonina (uno de los principales modulares del afecto) de nuestro cuerpo esta almacenada en células intestinales”, nos cuenta la experta. Y en estos días no hay duda de que las emociones están a flor de piel. “Es por esto que la ansiedad y la incertidumbre que estamos viviendo puede producir síntomas digestivos como diarrea, pérdida de apetito e incluso náuseas. El ejercicio físico de cualquier intensidad, así como también técnicas de respiración han demostrado ser efectivos para mejorar los síntomas de ansiedad y depresión”, nos explica la doctora de Vithas Internacional. Coincide Mónica García Bodini, socia fundadora de Green Frog Aloe, que apunta a que hay patologías digestivas que pueden estar asociadas a una situación de estrés y cambio del estado emocional. “Al intestino se le conoce como el ‘segundo cerebro’. Alrededor de todo el sistema digestivo hay tantas neuronas que, en conjunto, se las puede considerar un cerebro en sí mismas. Su función, además de hacer una buena digestión, es gestionar gran parte de nuestro mundo emocional. Sin embargo, no pueden hacer las dos cosas a la vez de manera eficaz, por lo que, si hay mucha actividad nerviosa o emocional, es posible tener problemas digestivos”, cuenta.
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Frutas, verduras, grasas saludables... la importancia de una dieta sana
¿Hay solución? Sin duda, hay que cuidar nuestra dieta. “Lo mejor para nuestra salud digestiva es una alimentación basada en productos naturales, rica en frutas y verduras, algunas legumbres y grasas saludables. Debemos evitar al máximo la bollería industrial, las bebidas azucaradas, el azúcar simple y las frituras”, nos explica. Los expertos médicos de Green Frog Aloe recomiendan planificar una buena dieta basada en alimentos que sean fáciles de digerir. “El proceso de digestión dura 24 horas. Por ello, y ahora más que nunca, es conveniente elegir productos como cereales, fruta o verdura, preferiblemente hervida. No obstante, también es importante que cada persona valore qué alimentos le sientan mejor”, señalan. Además de una dieta equilibrada y saludable, también recomiendan ayudar al organismo con complementos alimenticios naturales, como puede ser el jugo puro y ecológico de aloe vera, que puede ayudar a digerir mejor y a reducir la inflamación de las mucosas que hay en el estómago y el intestino.
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