En la Edad Media, Noia estaba protegida por una muralla, era una época en el que Noia llegó a ser una de las principales ciudades de Galicia. Su vida hoy gira alrededor de la iglesia gótica de San Martiño, cuya fachada principal está inspirada en la obra de Maestro Mateo, autor del Pórtico de la Gloria de la catedral de Santiago y adornada con un enorme rosetón. Y también en su torre inconclusa, a la que otra leyenda aporta explicación, pues cuenta que todo aquel que intentara acabarla moriría.
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Callejeando después se van descubriendo sus bonitas plazas, especialmente la del Tapal, donde se situaba la antigua fortaleza de la Mitra, pero también sus fuentes, cruceiros, el hospital de Adentro –uno de los tres que tenía Noia en época medieval–, casas señoriales como la Casa do Senra y la importante colección de pazos que posee: Dacosta, Churruchaos, Varela Radío, Pena do Ouro…