© Javier Prieto Gallego Puente del Poyo valiente

Arribes del Duero (Salamanca): paso a paso por el Camino de Hierro

La recuperación para el senderismo del último tramo de la histórica Línea del Duero permite adentrarse en un mundo de silencio y de cantiles: el agreste valle tallado por el río Águeda un poco antes de confluir con el Duero. Una inolvidable excursión que conjuga la grandiosidad de una de las obras de ingeniería más representativas del siglo XIX con una naturaleza espectacular

Sumergirse en el incomunicado valle por el que discurre el río Águeda. Penetrar en la oscuridad refrescante de la tierra a través de un sinfín de túneles que, en otra época, permitieron el paso de máquinas y vagones y que hoy albergan colonias de murciélagos. Estremecerse calculando el alarde de tecnología y esfuerzo que requirió el trazado de uno de los trayectos ferroviarios más arriesgados y complicados de la península. Son solo un puñado de razones para dejarnos guiar por el espectacular Camino de Hierro, que separa la antigua estación de La Fregeneda y el puente internacional que comunica España con Portugal. En el sector meridional de los Arribes del Duero, este trayecto, cerrado al tráfico ferroviario regular en 1985, después de 98 años de funcionamiento, ha vuelto a renacer para el turismo activo. Para quien se sienta con ganas de realizar la inolvidable excursión recorriéndolo, traviesa a traviesa, este sin par trazado atesora un buen número de alicientes.

©Javier Prieto Gallego
Puente de Poyo Valiente, construido en curva entre los túneles 6 y 7 y formado por tres tramos rectos diferentes.

La histórica vía que unía una de las zonas más deprimidas y aisladas de la meseta occidental con las tierras de Portugal fue inaugurada en 1887. Antes fue necesario construir y diseñar los diez puentes y viaductos y los 20 túneles que se suceden a lo largo de los 17 kilómetros de este último tramo que ahora se recorre a pie. Entre las dificultades técnicas del proyecto, una de las que causa más asombro hoy es la sucesión de puentes metálicos, algunos de ellos de la escuela de Eiffel, cuyas piezas fueron diseñadas y montadas en Francia y Bélgica antes de ser trasladas y ensambladas sobre el terreno. Todo un alarde de ingeniería para la época, imprescindible para domesticar una orografía endiablada en la que los sucesivos barrancos y laderas no dejaban otras opciones para el trazado de un tren. La aventura arranca en mitad de los andenes de la vieja estación de La Fregeneda, ubicada en el paraje de Valdenoguera, a cuatro kilómetros de la localidad.

©Francisco M. Martín
©Francisco M. Martín
Arriba, observando aves en La Fregeneda, en las proximidades del mirador Tumbo de la Caldera. Para salvar el gran desnivel que hay hasta llegar a Barca d’Alba (en la imagen de abajo), espejo portugués del muelle de Vega Terrón, se construyeron puentes y túneles, cada uno con una belleza y valor arquitectónico inigualables.

Un viejo vagón restaurado hace las veces de taquilla, donde se dan las instrucciones oportunas. Entre ellas, que en los túneles lo mejor es caminar por el centro, mientras que en los puentes se recomienda hacerlo por los laterales. Y también se recuerda lo importante que es recorrer en silencio el tercer túnel, habitado por una de las colonias de murciélagos más importantes de España, con cerca de 12.000 ejemplares. A partir de aquí, la organización ha previsto entre seis y siete horas para realizar el trayecto completo. Un tiempo que, aunque pueda no parecerlo a primera vista, no deja mucho margen para largas paradas. El Camino de Hierro no es una propuesta para todos los públicos, pero sí para un número de senderistas muy amplio. Eso basta para convertir el recorrido en una experiencia única, en la que no faltará la emoción de asomarse a un territorio solitario y espectacular. O la de viajar a un tiempo pasado en el que los trenes eran esos seres mitológicos capaces de circular por el interior de la tierra o volar sobre los barrancos para llevarte, sano y salvo, hasta la frontera.

©Javier Prieto Gallego
©Javier Prieto Gallego
Arriba, el Camino de Hierro y el río Águeda comparten un estrecho y apartado valle en el espacio natural de los Arribes del Duero. Abajo, un viejo vagón de mercancías ha sido acondicionado como taquilla en el paraje de Valdenoguera, a cuatro kilómetros de La Fregeneda. En él se validan las entradas para caminar por este espectacular trazado de 17 kilómetros, se facilitan unas pequeñas linternas a los senderistas y se dan las instrucciones básicas.

No dejes de...

Visitar San Felices de los Gallegos. A 25 kilómetros de La Fregeneda, es uno de los conjuntos históricos más bellos de la provincia de Salamanca. Con un importante papel en las guerras fronterizas medievales, mantiene intactos una parte de las murallas y el castillo, en cuya torre se ubica un centro de interpretación (sanfelicesdelosgallegos.es). Interesantes son también el museo del aceite El Lagar del Mudo (ellagardelmudo.com) y el Museo de la Cantería.

©Francisco M. Martín

Guía práctica

Guía práctica

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Cuándo ir

La primavera o el otoño son las épocas más adecuadas, pero hay que evitar la lluvia, que hace resbaladizas las traviesas. Los meses de verano pueden ser excesivamente calurosos.

Cómo llegar

Desde Salamanca hasta La Fregeneda, punto de inicio del Camino de Hierro, hay 110 kilómetros. El desvío hacia la estación está señalizado por un camino de tierra tres kilómetros antes de esta.

Qué ver

CAMINO DE HIERRO. Los 17 kilómetros de trazado se extienden entre la estación de La Fregeneda y el muelle de Vega Terrón, en el Duero. Existe la posibilidad de realizar un recorrido más corto, de ocho kilómetros ida y vuelta. Al principio del verano, durante la época de cría de la colonia de murciélagos que alberga el tercer túnel, la ruta discurre por un sendero alternativo. Las entradas se adquieren en caminodehierro.es. El precio es de 5 € (incluye seguro y autobús desde el final del paseo al punto de partida). El itinerario se inicia de 7.30 a 8.30 de abril a octubre y de 9 a 10 el restodel año. Y finaliza a las 15 y 16.30 horas, respectivamente. El camino está permitido para mayores de seis años, aunque no es un itinerario apropiado para niños que no estén acostumbrados a andar o puedan tener miedo a la oscuridad. Tampoco es una propuesta apta para personas con vértigo o claustrofobia. Aunque la organización facilita linternas, es recomendable llevar frontales.

Dónde dormir

POSADA DE LOS ACEITEROS (Ahigal de los Aceiteros, posadadelosaceiteros.com). Cinco habitaciones con encanto en una casona centenaria.

POSADA REAL QUINTA DE LA CONCEPCIÓN (Hinojosa de Duero, quintadelaconcepcion.com). A un paso del salto de Saucelle, con vistas al Duero y a los viñedos de Portugal.

POSADA REAL CASA DEL BRASILERO (Saucelle, casabrasilero.com). Caserón de piedra edificado a principios del siglo XX. Minimalista y funcional.

Dónde comer

MESA DEL CONDE (San Felices de los Gallegos, mesadelconde.com). Excelentes carnes procedentes de su ganadería. Rabo de toro y ternera morucha.

LA TINAJA (Sobradillo,tel. 923 52 20 23). Cabrito, rabo de toro. Cerveza artesana. EL RINCÓN CHARRO (Lumbrales,tel. 687 74 83 93). Buena cocina y platos originales.

Más información

CAMINO DE HIERRO, caminodehierro.es

TURISMO DE SALAMANCA, salamancaemocion.es


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