Según los duques de Sussex, Isabel II recibió a Meghan con los brazos abiertos, de hecho, la entonces jefa del Estado hizo varias excepciones para integrar a Meghan en la familia, como fue permitirle participar en la Navidad de los Windsor sin haberse casado o esa invitación a unirse a ella a un acto oficial -el famoso viaje en el tren real-, un privilegio que otros habían tardado años en conseguir