Se cumple un cuarto de siglo de la muerte de Diana de Gales

Guillermo y Harry, dos formas de asumir una pérdida y perpetuar un legado

'Hemos pasado juntos por el infierno, pero ahora llevamos caminos separados', dijo el duque de Sussex sobre su relación con su hermano, el duque de Cambridge

por Sira Acosta
Guillermo y Harry ante la estatua de Diana de Gales

"Me dijeron que cuando un padre o madre va al cielo, su espíritu, su amor y los recuerdos no se van. Se quedan siempre contigo y los puedes tener para siempre. Eso ha resultado ser verdad". Estas palabras son del príncipe Harry, pero podrían ser de su hermano, el príncipe Guillermo, ya que los dos han hablado públicamente en varias ocasiones a lo largo de este cuarto de siglo sobre cómo fue perder a su madre, Diana de Gales, cuando solo tenían 15 y 12 años. Los hermanos –que ahora llevan caminos separados desde que el príncipe Harry decidió salirse de la Casa Real británica- lidiaron con la pérdida de forma distinta aunque tienen en común la determinación de mantener viva su figura, cuidar su recuerdo y perpetuar su legado.

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Cuando Diana de Gales murió, el 31 de agosto de 1997, Guillermo y Harry comenzaron a vivir un infierno, esa muerte fue la cruel guinda para un viaje que había comenzado para ellos con la separación de sus padres en 1992 y el posterior divorcio en 1996. En medio y de forma pública se produjo una lucha de poder que se recrudeció cuando la Princesa comenzó a hablar de su matrimonio, entonces infelicidad e infidelidad salieron a la luz generando una enorme expectación en torno a su vida privada. En medio, dos niños, que a su vez eran el segundo (Guillermo sigue esa posición) y el tercero en la línea sucesoria al trono británico y, como tal, debían de ser custodiados y protegidos en un ambiente y en una época en la que era norma no exteriorizar los sentimientos. Esto ha cambiado, ya que la psicología ha eclosionado como una actividad necesaria y, en parte, ha sido gracias a figuras públicas que como ellos han sido capaces de contar su experiencia sobre la muerte de un ser querido, de forma que esto también se ha convertido en parte del legado del Diana.

Guillermo: 'Perder a mi madre fue un dolor como ningún otro'

Tuvieron que pasar veinte años para que Guillermo y Harry comenzaran a hablar de su madre públicamente, fue para un documental -emitido por la cadena británica ITV-, con la idea de que el tiempo no borrara su memoria. Entonces los hermanos abrieron su álbum de fotos privadas y desvelaron, entre otras cosas, cómo fue la última llamada de teléfono que les hizo su madre desde París, mientras ellos estaban pasando unos días de vacaciones con sus primos Windsor en el Castillo de Balmoral. Esas declaraciones solo fueron el principio ya que después, primero juntos, y luego por separado, profundizaron en el dolor que habían vivido e incluso pusieron en marcha distintas iniciativas para fomentar la salud mental. Fue en una de esas charlas cuando el príncipe Guillermo admitió que perder a su madre había sido un dolor como cualquier otro.

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Durante unos años este tema quedó así, de forma puntual los hermanos recordaban públicamente a su madre el día de su cumpleaños o cuando participaban en un acto oficial relacionado con alguna de las causas que ella impulsaba, sin embargo, la polémica salida del príncipe Harry y de su mujer, Meghan Markle, de la Casa Real británica marcaron un antes y un después en todo lo relativo a la memoria de Diana. Fue entonces cuando se hizo evidente que los hermanos, con dos formas de ser e inquietudes distintas, habían procesado la pérdida de manera diferente y sostenían un discurso que variaba sobre lo que sucedió en su entorno tras la muerte de su madre.

Harry: 'Hemos pasado juntos por el infierno, pero ahora llevamos caminos separados'

Quizá por su personalidad, por su edad o por su papel como heredero y futuro rey de Inglaterra, por tanto, protector absoluto de la monarquía, el príncipe Guillermo afrontó esa pérdida (al menos de forma pública) con resignación y no fue hasta mayo de 2021, cuando concluyó la investigación sobre la entrevista que Diana de Gales dio a la BBC en 1995, la famosa entrevista del siglo en la que dijo que eran tres en su matrimonio, cuando habló de culpables y mostro ira. En unas declaraciones sin precedentes, el duque de Cambridge arremetió de forma frontal contra la cadena: "Me produce una tristeza indescriptible saber que los fallos de la BBC contribuyeron significativamente al miedo, la paranoia y el aislamiento que yo recuerdo de esos últimos años con ella". Según sus palabras había un nexo causal entre el modo el que se consiguió la entrevista –la investigación concluyó que mediante engaños- con el contenido de la misma y el estado de pánico en el que vivió Diana de Gales el final de su vida.

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Aunque en cierta medida los dos han contribuido a esa victimización de Diana que ya es parte de la historia, Harry fue un paso más allá y se llevó la conversación a otro terreno, guiado por sus sentimientos y por la libertad de haberse quitado de encima su compromiso de proteger a la Corona por encima de todo. "Hemos pasado juntos por el infierno, pero ahora llevamos caminos separados", dijo Harry sobre su hermano Guillermo, una forma de dejar claro que, aunque están de acuerdo en ciertas cosas, hay otras en las que les separa un abismo. De hecho, sobre la investigación relativa a la entrevista de Diana antes mencionada, Harry puntualizó de forma sutil pero contundente que su madre era una persona sincera. Entre líneas se pudo leer que, bajo su punto de vista, aunque su madre hubiera sido engañada no mintió.

Harry además estableció paralelismos entre Diana de Gales y Meghan Markle, cuando dijo que la Casa Real no había sabido proteger a su madre, igual que no había protegido a su mujer. "¿Queremos que la historia se repita? No pararán hasta que Meghan muera", dijo el duque de Sussex en su polémica entrevista con Oprah Winfrey. Además, en el programa sobre salud mental The Me You Can’t See (Lo que no ves de mí), el príncipe Harry aseguró que se sintió desamparado y que su familia no le ayudó a superar esta trágica desaparición. Fue entonces cuando desveló que consumió drogas y alcohol para no enfrentarse a la ausencia de su madre: 'No lo disfrutaba, estaba intentando enmascarar algo'. Sobre el funeral de su madre, ese en el que Guillermo y Harry caminaron detrás de su ataúd, el duque de Sussex dijo: "Era como si estuviera fuera de mi cuerpo, simplemente, caminando, haciendo lo que se esperaba de mí, mostrando una décima parte de la emoción que todos mostraban". Según los psicólogos que analizaron sus declaraciones, el príncipe Harry describió un duelo mal gestionado, casi una ausencia de duelo agravada por la imposiblidad de exteriorizar sentimientos. Harry contó como la terapia que ha recibido durante los últimos años de su vida le ha ayudado a romper con ese ciclo de sufrimiento y, entre otras cosas, ha escrito el prólogo de un libro dirigido a niños que han perdido a sus padres a causa del COVID-19.

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El último cumpleaños de Diana

Cuando Diana hubiera cumplido 60 años, es decir, el 1 de julio de 2021, Guillermo y Harry aparcaron sus diferencias y se reencontraron en los Jardines Hundidos del palacio de Kensington, uno de los rincones preferidos de su madre para inaugurar un monumento del artista Ian Rank-Broadley, está inspirada en el "período final de la vida de Diana, cuando ganó confianza en su papel como embajadora de causas humanitarias". La imagen de la princesa abrazando a unos niños descalzos recuerda ligeramente a una que ella misma utilizó para su tarjeta navideña de 1993, la primera que emitió sin el príncipe Carlos. Al concluir el acto, los hermanos emitieron una declaración conjunta para enfatizar su breve momento de unidad: "Todos los días deseamos que ella todavía estuviera con nosotros, y nuestra esperanza es que esta estatua sea vista para siempre como un símbolo de su vida y su legado".

Dejando al margen el distanciamiento que ha marcado la relación entre los hermanos durante los últimos años, los dos comparten el que probablemente sea el mayor legado que su madre les dejó personalmente a ellos: la idea de que la familia es lo primero. Diana de Gales vivió en un hogar roto, tuvo una infancia triste y falta de cariño, y después anheló haber tenido un matrimonio feliz, sin embargo, ella sí supo transmitió a sus hijos la importancia estar presentes y la idea de que ser un Windsor también puede ser un padre amoroso. En una de las biografías que escribió la británica Penny Junor –una de las autoras que más ha favorecido la imagen de Camila tratado de explicar lo difícil que fue para Carlos estar casado con Diana- cuenta que el matrimonio tenía constantes discusiones a cuenta de este tema.

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"Diana insistía en que Carlos fuera a ver a los niños a la guardería al principio y al final del día, y esto consumía su jornada laboral", literalmente así lo explica Junor en La Duquesa, una biografía sobre Camilla. Aunque la escritora pretendía con esto mostrar a la princesa de Gales como una mujer controladora e indiferente a la agenda de Carlos, hay otra lectura posible, y parece ser que es la que han hecho Guillermo y Harry, ya que los dos han priorizado la crianza de sus hijos por encima de todo. Aunque marcados por luchas personales distintas, los hermanos representan un modelo de masculinidad distinta, menos tradicional, más igualitaria y sin miedo a mostrar sus sentimientos, en particular, el amor a sus hijos. Quizá el mayor triunfo de Diana de Gales sea ese, el haber sentado las bases para que sus hijos pudieran elegir libremente a quién y cómo amar.

Escucha aquí los seis episodios del podcast 'Harry y Meghan, jaque a la Reina'