Un calendario de adviento es el gran preámbulo de la Navidad. Tiene 24 ventanas o cajones (también sobres, bolsitas… y todo lo que se nos ocurra) y cada una contiene una sorpresita. Lo interesante es abrir un cajón o ventana por día, empezando el 1 de diciembre; la última es, por tanto, el día de Nochebuena. Marca así la llegada de la Navidad. Una tradición muy especial la de este calendario que gusta especialmente a los niños: ¿qué puede haber mejor que recibir un regalo cada día? No tiene por qué fomentar el consumismo ni convertir a nuestros hijos en niños hiperregalados, puesto que las sorpresas pueden ser experiencias en familia (un día de excursión, una tarde en el parque de atracciones, en el cine…) o una pequeña chocolatina, por ejemplo. Además, aporta otros beneficios a los peques que enumeramos a continuación: