Puesto que los niños pasan gran parte de su tiempo en el colegio y los padres gran parte del suyo trabajando o realizando otras tareas, los momentos en familia adquieren un gran valor, especialmente en verano... Y más aún cuando son momentos dedicados al divertimento y a realizar actividades conjuntas.
“Realizar cualquier tipo de actividad en familia es siempre algo muy enriquecedor, gratificante para padres e hijos y muy instructivo para los niños”, explica Pilar Róspide, directora de actividades del International College Spain en Alcobendas (Madrid).
Por un lado, la experta señala que los comportamientos que se adquieren desde la infancia son más fáciles de mantener en la vida adulta. De este modo, el tiempo que los niños pasen realizando actividades físicas o al aire libre con sus padres, ayudará a que se les inculquen ciertos hábitos y gustos, como la pasión por la naturaleza o el deporte. Así mismo, esto favorecerá que sean más activos en la etapa adulta, ya que aprenderán viendo cómo lo hacen sus padres, a partir del ejemplo.
Además, Róspide reitera que con estas actividades los niños se divierten en familia, generando que se sientan importantes y queridos, lo que, además, revierte en una unidad familiar más sólida y estable, generando confianza y estimulando el bienestar físico y mental de los más pequeños.
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