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Un palo de lluvia colorido
El primero de ellos es el clásico palo de lluvia. Son unos tubos que, en su interior, incluyen diferentes bolitas y piezas de colores que, al agitarlas, se mueven mucho, suenan y crean movimientos muy coloridos. El tamaño debe ser el adecuado para que el bebé pueda agarrarlo y estimular su sentido del oído, la vista y, a su vez, también el tacto.
Puedes hacer uno casero, con una botella de agua, bien cerrada. Pero Petit Boum ha creado una colección preciosa, sostenible y completamente segura -para evitar escapes indeseados- que puede acompañar a diario a tu bebé, desde los primeros estímulos hasta el gateo o las primeras palabras. Es un juguete totalmente evolutivo. Sus palos de lluvia están llenos de luz, con suaves purpurinas y pequeños muñequitos que ayudan a que el niño, además, pueda también relajarse. Su sonido es agradable y su tacto suave, con un tamaño y peso adecuado.