Dra. Carmen Ruiz Garzón, especialista en Medicina Estética© Dra. Carmen Ruiz Garzón

Embarazo

Dra. Carmen Ruiz Garzón, especialista en Medicina Estética: “Durante el embarazo es frecuente la aparición de melasma gravídico”

Se trata de un tipo de hiperpigmentación cutánea en el rostro que afecta al 15-20% de las mujeres embarazadas


4 de agosto de 2025 - 13:36 CEST

Manchas oscuras que aparecen en las mejillas, en la frente o incluso en el labio superior. Es algo muy habitual en mujeres embarazadas y, en ocasiones, en función del tamaño y de la ubicación de esas manchitas, puede ser motivo de preocupación estética. ¿Esas manchas que aparecen durante el embarazo implican algún tipo de riesgo? ¿Por qué aparecen? ¿Es posible eliminarlas? La Dra. Carmen Ruiz Garzón, especialista en cirugía plástica y en medicina estética y miembro del SECPRE (Sociedad Española de Cirugía Plástica Reconstructiva y Estética) y con consulta en la Clínica Ruiz Garzón & Luanco de Sevilla (clinicaruizgarzon.com), aclara todas las dudas al respecto.

Para ti que te gusta

Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!

Para disfrutar de 5 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.

Este contenido es solo para suscriptores.

Suscríbete ahora para seguir leyendo.

TIENES ACCESO A 5 CONTENIDOS DE CADA MES POR ESTAR REGISTRADO.

Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.

Sí, es posible tratar las manchas que no desaparecen tras el embarazo

Dra. Carmen Ruiz Garzón, especialista en Medicina Estética

Por qué a muchas mujeres les aparecen manchas en el rostro durante el embarazo?

Durante el embarazo es frecuente la aparición de melasma gravídico, un tipo de hiperpigmentación cutánea que se manifiesta como manchas oscuras en el rostro, especialmente en mejillas, frente y labio superior. Esta condición afecta aproximadamente al 15-20 % de las mujeres embarazadas y responde a una combinación de factores hormonales, genéticos y ambientales.

En primer lugar, existe una predisposición genética: las mujeres con antecedentes familiares de melasma –por ejemplo, madres o abuelas que lo hayan padecido– presentan un mayor riesgo de desarrollarlo. Otro factor importante es el fototipo cutáneo. Las mujeres con fototipos más altos (tipos III y IV), es decir, aquellas con piel más oscura, cabello y ojos oscuros, y que rara vez se queman al sol, son más propensas a desarrollar estas manchas o melasmas.

Durante el embarazo, el aumento de ciertas hormonas –principalmente estrógenos y progesterona– estimula la actividad de los melanocitos, las células responsables de producir melanina, el pigmento causante de las manchas y de que nos pongamos morenos. Además, se liberan factores estimulantes de esos melanocitos que también van a contribuir al aumento de pigmentación, por lo que la prevención mediante protección solar adecuada es fundamental.

¿Cómo son esas manchas y cuáles son sus riesgos?

Las manchas que aparecen durante el embarazo, conocidas también como “paños”, no son pequeñas ni puntiformes como las que suelen desarrollarse con la edad, sino que tienen una forma más extensa y “geográfica”, como si fueran pequeños “mapas”. Se localizan habitualmente en la frente, alrededor de los labios –especialmente en la zona del bigote– y en las mejillas, aunque pueden aparecer en cualquier zona del rostro.

En cuanto a los factores de riesgo, el más importante es la exposición solar sin protección. También influyen los antecedentes familiares de melasma y el tener un fototipo alto, es decir, piel más oscura. Además, las personas con enfermedades dermatológicas como acné o dermatitis atópica, que presentan una barrera cutánea más frágil, pueden tener mayor predisposición a desarrollar estas manchas.

¿Desaparecen por sí solas tras el parto?

En la mayoría de los casos, las manchas que aparecen durante el embarazo tienden a desaparecer de forma gradual tras el parto. Sin embargo, esto no ocurre siempre. Hay situaciones en las que las manchas persisten, especialmente si la mujer se expone al sol sin protección, tiene un fototipo alto, presenta alteraciones hormonales o continúa tomando anticonceptivos orales después del embarazo.

Es importante dar un tiempo prudencial para observar si las manchas se atenúan por sí solas progresivamente. Si no desaparecen, lo recomendable es consultar con un dermatólogo o médico estético para valorar la necesidad de un tratamiento más específico. De cualquier forma, tanto durante el embarazo como en el postparto, existen tratamientos que pueden ayudar a mejorar el aspecto de la piel y que esas manchas desaparezcan.

Si no desaparecen todas las manchas, ¿es posible eliminarlas?

Sí, es posible tratar las manchas que no desaparecen tras el embarazo. La primera línea de abordaje suele comenzar con tratamientos tópicos (cremas). La elección del tratamiento dependerá, entre otros factores, de si la mujer está en periodo de lactancia.

Si la madre está dando el pecho, existen ciertas limitaciones respecto a los productos químicos que pueden aplicarse sobre la piel, ya que algunos se absorben y no hay suficientes estudios que avalen su seguridad, por lo que es mejor evitarlos. En estos casos, se pueden emplear:

  • Vitamina C, que es segura durante la lactancia, tiene efecto preventivo frente a las manchas y actúa también como antioxidante (sirve también como tratamiento antienvejecimiento).
  • Vitamina B3 (niacinamida), con propiedades despigmentantes, también segura en periodo de lactancia.
  • Ácido azelaico, útil no solo para manchas, sino también en casos con rosácea o acné, apto para pieles sensibles y compatible con la lactancia. Puede mejorar el melasma después de haber dado a luz.

Durante el embarazo no es recomendable iniciar tratamientos para eliminar manchas, ya que la respuesta será limitada y existen restricciones por seguridad de la madre y el feto

Dra. Carmen Ruiz Garzón, especialista en Medicina Estética

Existen otros tratamientos tópicos que NO deben utilizarse durante el embarazo ni la lactancia, como:

  • Retinoides (ácido retinoico, retinol), que son eficaces pero pueden ser irritantes y deben introducirse de forma progresiva. Se usan habitualmente por la noche.
  • Hidroquinona, el despigmentante de referencia, que solo debe usarse en invierno por su capacidad de fotosensibilizar la piel. No es segura durante la lactancia.
  • Ácido kójico, otro despigmentante clásico, que puede provocar sensibilización cutánea con el uso prolongado y tampoco debe usarse durante la lactancia por falta de estudios suficientes que demuestren su seguridad.
  • En algunos casos, los dermatólogos o médicos estéticos pueden indicar fórmulas magistrales que combinan retinoides, hidroquinona y corticoides, como la fórmula de Kligman. Estas fórmulas no solo regulan la producción de melanina, sino que también promueven una exfoliación suave de las capas superficiales de la piel, gracias a los retinoides, acelerando así el aclaramiento de las manchas.

Si los tratamientos tópicos no logran eliminar completamente las manchas, se puede recurrir a tratamientos de segunda línea, realizados exclusivamente por profesionales médicos. Entre ellos:

  • Peelings químicos, como los de ácido salicílico, glicólico, tricloroacético o fenol. Estos tratamientos exfolian las capas superficiales de la piel, favoreciendo su renovación. La profundidad del peeling determinará el número de sesiones necesarias. Están contraindicados durante el embarazo y la lactancia.
  • Luz pulsada intensa (IPL), que actúa regulando la producción de melanina por parte de los melanocitos. Puede combinarse con tratamientos despigmentantes y exfoliaciones suaves. En algunos casos puede provocar hiperpigmentación de rebote, por lo que su indicación dependerá del fototipo y de la valoración médica.

Otros tratamientos posibles, aunque menos frecuentes que los anteriores, serían:

  • Dermapen o microneedling, que permiten la penetración de principios activos mediante microagujas superficiales. Se pueden aplicar productos activos como despigmentantes, antioxidantes, entre otros, aunque su eficacia suele ser menor.
  • Tratamientos orales, como el ácido tranexámico (Amchafibrin), reservado para casos refractarios. Este fármaco regula la producción de melanina, pero debe usarse con mucha precaución, ya que puede aumentar el riesgo de trombosis y está contraindicado en el embarazo y la lactancia. Además, no debe utilizarse de forma prolongada.
© Getty Images

¿Debe la mujer embarazada esperar a dar a luz para someterse a un tratamiento para eliminar estas manchas?

Lo más recomendable es esperar a que la mujer haya dado a luz antes de iniciar tratamientos para eliminar las manchas, especialmente el melasma. Durante el embarazo, los cambios hormonales –como el aumento de estrógenos, progesterona y otras hormonas que estimulan los melanocitos– favorecen la pigmentación y reducen la eficacia de cualquier tratamiento despigmentante. Además, muchos principios activos no están indicados durante esta etapa por precaución hacia el feto.

¿Qué se puede hacer durante el embarazo? Sobre todo, prevención. Aunque el tratamiento se retrase, sí es posible prevenir la aparición de manchas con una combinación de medidas seguras y efectivas.

Sin una fotoprotección continua y de alta cobertura, todo el esfuerzo con cremas despigmentantes y peelings pierde efectividad

Dra. Carmen Ruiz Garzón, especialista en Medicina Estética

Rutina preventiva:

1. Protección solar estricta: Usar barreras físicas (gorras, pamelas, gafas de sol…) y fotoprotectores solares preferentemente con filtros físicos o minerales (como óxido de zinc o dióxido de titanio), que no se absorben y son seguros en el embarazo. Aplicar protector solar todos los días, incluso si no hay exposición solar directa. Reaplicar si se pasa tiempo al aire libre.

2. Rutina de cuidado facial: usar productos con ingredientes seguros durante el embarazo, como:

  • Vitamina C (antioxidante y despigmentante).
  • Niacinamida (vitamina B3), antiinflamatoria y reguladora de la pigmentación.
  • Ácido azelaico, que también es apto en esta etapa y tiene acción despigmentante suave.
  • Evitar exfoliantes fuertes o productos irritantes que puedan inflamar la piel, ya que la inflamación también puede favorecer la hiperpigmentación.

3. Hidratación constante de la piel: mantener la piel bien hidratada ayuda a reforzar su barrera y reducir la sensibilidad a agentes externos.

4. Alimentación rica en antioxidantes que prevendrán la aparición de manchas: seguir una dieta rica en antioxidantes, vitamina C y betacarotenos, presentes en frutas y verduras como naranjas, fresas, zanahorias y brócoli, que ayudan a proteger la piel del daño oxidativo y reducen el riesgo de manchas.

5. Protegerse también de la luz azul: la luz azul de pantallas (ordenadores, móviles, tablets) también puede estimular la melanina. Así que, aunque no estemos trabajando al aire libre, ni en la playa ni expuestas directamente al sol, es importante que, si estás embarazada, te pongas protección solar todos los días. Incluso si solo vas a estar en la oficina. Es buena costumbre aplicarla a diario, porque esa luz azul también puede favorecer la aparición del melasma y otras manchas. 

En general, durante el embarazo no es recomendable iniciar tratamientos para eliminar manchas, ya que la respuesta será limitada y existen restricciones por seguridad de la madre y el feto. Lo ideal es centrarse en la prevención y, una vez finalizado el embarazo y estabilizado el sistema hormonal, valorar el tratamiento más adecuado con un profesional médico.

¿Es necesario que las mujeres embarazadas tomen más precauciones al exponerse al sol para evitar manchas?

La protección solar es el tercer pilar fundamental en el tratamiento, la prevención y evitación de las manchas, junto con los productos despigmentantes y la eliminación de las capas de piel manchada mediante exfoliantes o peelings. Tenemos: despigmentantes (que disminuyen la producción de melanina por los melanocitos, ayudando a que la piel nueva se forme sin manchas), exfoliantes (que eliminan de forma controlada las capas más superficiales de la piel donde se acumula la pigmentación) y protección solar (la fotoprotección es clave para evitar que las manchas se agraven o reaparezcan).

Sin una fotoprotección continua y de alta cobertura, todo el esfuerzo con cremas despigmentantes y peelings pierde efectividad. Es decir, si no se protege adecuadamente la piel del sol, el tratamiento no servirá de nada.

Durante el embarazo y la lactancia, se recomienda usar fotoprotectores con filtros físicos (también llamados minerales), ya que son más seguros. No atraviesan la barrera cutánea y, por tanto, no afectan al feto ni al bebé. Los más utilizados son el óxido de zinc y el dióxido de titanio. Durante todo el embarazo, estos protectores deben aplicarse cada vez que la mujer se exponga al sol y reaplicarse cada 2 ó 3 horas, especialmente si han pasado varias horas desde la última aplicación.

Después del embarazo, si la mujer ya no está dando el pecho, puede utilizar filtros químicos, que suelen tener una textura más cosmética y no dejan el efecto blanquecino que a veces provocan los filtros físicos. En cualquier caso, la fotoprotección debe mantenerse de forma constante durante todo el tratamiento para que las manchas puedan aclararse y no reaparezcan.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.