Retrato de la sexóloga Sonia Encinas© Sonia Encinas

Maternidad

Sonia Encinas, sexóloga: 'Sin corresponsabilidad en la pareja, la madre se sobrecarga, el vínculo se resiente y el deseo sexual desaparece'

La naturaleza prioriza siempre el bienestar del bebé y su supervivencia, por eso la madre vive transformaciones que afectan a todo su ser, incluyendo la sexualidad. Pero la falta de deseo que suele ser tan común en el posparto no tiene una única causa. Con ayuda de una experta desentrañamos qué sucede en realidad.


20 de mayo de 2025 - 12:00 CEST

Sonia Encinas es sexóloga especializada en la etapa de la maternidad y la crianza. Para ella, ser madre y la sexualidad no son excluyentes, pero sí es necesario que comprendamos los procesos que se generan en la mujer y en la pareja tras la llegada de un hijo. De ello trata su libro El sexo de las madres (Ed. Roca), donde habla de carga mental, corresponsabilidad, biología, descanso y estereotipos para descubrir qué pasa realmente en esa etapa. Hemos conversado con ella.

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¿Qué pasa en la sexualidad de las mujeres cuando son madres: hay una bajada de interés, pero es por cansancio, por la carga mental, por tener el foco en el bebé, por desconexión con la pareja…?

¡O por todas esas cosas a la vez! Lo primero que ocurre es que la sexualidad se transforma, como lo hace en distintas etapas de la vida, y que esos cambios no encajan con la idea que tenemos de cómo debería ser la sexualidad, que, por otro lado, esa idea es estática. Solemos pensar en la sexualidad como un espacio principalmente compartido cuando se tiene pareja, y ese ya es un error de partida, porque la sexualidad es, en primer lugar, propia y, dentro de ella, pueden darse o no las circunstancias de compartirla. Pero, que quede claro, somos sexuales per se, independientemente de nuestras prácticas sexuales. 

Si la pareja ejerce un rol corresponsable, entonces hay que saber que el desinterés por compartirse sexualmente, que tendrá que ver con la situación hormonal, el cansancio, etc... será pasajero

Sonia Encinas, sexóloga

Al hecho de que se produzcan cambios en nuestra sexualidad propia en el proceso de la maternidad, se suma que, respecto a la pareja, de haberla, también ocurren cambios: ¿Qué rol ejerce la pareja? ¿Hay cuidados, escucha, admiración y respeto hacia el proceso de la madre? Cuando la pareja no ocupa un rol de corresponsabilidad y de cuidados, se produce una sobrecarga en la madre y el vínculo de pareja, evidentemente, se resiente. Esto ocurre demasiadas veces cuando llega la maternidad/paternidad. Y con un vínculo resentido, las ganas de compartirse sexualmente desaparecen. Es normal y funcional que así sea, ¿cómo voy a tener ganas de sexo si me siento decepcionada? 

Y si la pareja sí ejerce un rol corresponsable, entonces hay que saber que el desinterés por compartirse sexualmente, que tendrá que ver con la situación hormonal, el cansancio, etc. será pasajero. Me encanta decir que cuando sabemos acompañarnos bien durante el posparto, nos volvemos a encontrar en el despuerperio. Si no vuelve, es que posiblemente estamos agotadas, así que antes de preocuparnos por lo sexual, nos toca hacerlo por el poco espacio que tenemos en el día a día.

Los cambios son inevitables y si nos acompañamos con amor, respeto y cuidados, el espacio sexual compartido volverá a ocupar nuestra vida a su debido momento. Eso sí, la pareja es responsable también de querer entender esto. No se trata de que las madres, además de vivir su posparto, tengan la tarea de hacer pedagogía. Los hombres tienen que ponerse las pilas en este sentido.

Esa bajada de deseo tras ser madre parece algo bastante común. Según recoges en tu obra, muchas veces se vive desde la culpa. ¿Cómo hay que trabajar este aspecto?

Por una parte, necesitamos entender los cambios fisiológicos que se dan durante el posparto, ya que cumplen una doble función. Primero, que la madre tenga espacio para enamorarse de la criatura y construir ese vínculo de seguridad y amor que garantiza el bienestar del bebé, segundo y en relación, que no se dé otro embarazo para propiciar lo primero, que la energía de la madre se centre en su bebé. 

Por otra parte, también hay que identificar el porqué de esa culpa. ¿Por qué sentimos culpa por centrarnos en el bebé, cuando es algo absolutamente natural? Pues porque las mujeres hemos aprendido a poner mucho el foco en la pareja y que nuestra función es la de satisfacerla para que nos quieran y que la relación funcione. 

Es más, hemos interiorizado el sexo como parte de ese pacto. Y esta creencia cultural es absolutamente limitante y nociva. Porque nos lleva a pensar en la sexualidad como algo que entregamos a otra persona para que se quede a nuestro lado, es decir, como una exigencia y no como un espacio para el goce y para cargar las pilas, como cualquier otra práctica que nos conecte con el placer (lectura, paseos, bailar…) a la que no le pedimos tanto como al sexo.

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Comentas que del sexo de las madres no se habla: ¿cuál es el motivo de que esta faceta de la mujer deje de nombrarse?

Porque no se contempla que podamos hablar de sexo si no lo estamos haciendo en pareja. Y resulta que la maternidad nos conecta con una sexualidad que es mucho más amplia y que forma parte de nuestra naturaleza. Entonces, como no encaja con lo que yo llamo el guion sexual, la invalidamos y silenciamos. Parece que si las mujeres no tenemos sexo con un hombre, no somos sexuales. Y esto es absolutamente falso. 

Luego pasa, también, que no se habla porque nos da mucho miedo confesar que estamos fuera del guion y que eso signifique que la relación de pareja está en peligro. Cuando muchas veces, el único problema es que la idea que teníamos de la sexualidad era incorrecta, demasiado estrecha. Y terminamos viviéndola con desconfianza.

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En el libro relatas los beneficios del sexo durante el embarazo, ¿cuáles son los más destacados?

En el libro especifico una lista de casi dos páginas, pero, por ejemplo, el que suele chocar más es que si el embarazo es normal y el sexo apetece (ya sea a solas o compartido), no solo es bueno para ti, sino también para el bebé por la liberación de endorfinas, oxitocina y otros neurotransmisores que le llegan. 

Choca porque la falsa creencia popular es que con sexo puedes hacer daño al bebé y esto esconde ya nuevos mitos como que sexo es sinónimo de coito (y, a lo mejor, lo que te apetece es masturbarte sola). Pero incluso si te apetece sexo coital, también es beneficioso. Con deseo y placer, todo son beneficios.

"El mayor problema sexual es el sistema", destacas en el libro. ¿Cómo influye esa estructura social en lo que pasa dentro de casa en este ámbito?

Influye, sobre todo, en que vivimos vidas que nos dejan extenuadas, hasta arriba de responsabilidades y exigencias, con muy poco espacio para el descanso, la tranquilidad, el ocio y el disfrute. Y desde esa sensación de sobrecarga, es casi imposible que el deseo aparezca. Ya que el sexo requiere de un excedente de energía y vivimos bastante en déficit. Así que si queremos disfrutar del sexo, tenemos que intentar reorganizar la vida para que no nos drene.  

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.