A un videojuego©GettyImages

Neurodesarrollo

¿Son recomendables los videojuegos en niños con TDAH o autismo?

Hay, incluso, videojuegos especialmente diseñados para niños con TDAH que solo se pueden adquirir por prescripción médica; ¿es realmente efectivo? ¿Tiene otras posibles consecuencias para ellos?

Primero estuvieron estigmatizados; después, diversas voces han proclamado beneficios en el desarrollo de ciertas habilidades que todos los niños y, en especial, aquellos con trastornos como el TDAH o autismo (TEA), necesitan desarrollar. En los últimos años, parece que es esta última la teoría que está imperando, pero ¿es realmente así?

Preguntamos a una de las mayores expertas de España en el tema, la pedagoga y neuroeducadora María Couso, autora del libro ‘Cerebro, infancia y juego y de formaciones como ‘Cerebro y TDAH’ y ‘Cerebro y pantallas: “Si promovemos una exposición abusiva a las pantallas en estos pequeños, podemos generar adicciones, tal como estamos viendo en el presente, que no solo impidan un desempeño cognitivo a niveles atencionales adecuados aún a pesar de sus posibles características asociadas a los propios trastornos, sino además de esto, podrían mermar considerablemente posibilidades de estimulación en el entorno con otros inputs que generen mayor impacto y beneficio para ellos”, afirma con contundencia.

La experta hace referencia al informe Tecnología en la educación: ¿Una herramienta en los términos de quién? que la Unesco ha publicado recientemente y en el que el organismo internacional hacía un llamamiento urgente para un uso adecuado de la tecnología en la educación.

El informe señalaba con claridad que “los beneficios del aprendizaje desaparecen si la tecnología se utiliza en exceso”, así como que “los teléfonos inteligentes en las escuelas también han demostrado ser una distracción del aprendizaje”. El documento instaba, sobre todo, a que la tecnología se emplease de manera responsable y equitativa, a que sirva como apoyo de la enseñanza, pero que nunca suplante las interacciones humanas, tan necesarias para un verdadero aprendizaje en todos los ámbitos.

Niños con TDAH o autismo y posible adicción a los videojuegos

“El consumo de tecnología, sobre todo de videojuegos y de redes sociales, es muy común en personas con TDAH, de hecho, la comorbilidad, es decir, la existencia de varios trastornos como el TDAH y la adicción a la tecnología varía entre el 30 y el 84%, números significativamente importantes para tomarlos en consideración”. ¿Por qué ocurre esto?

  • Dopamina y cerebro.

“Las pantallas generan a través de sus aplicaciones, como redes sociales, videojuegos o simplemente plataformas de vídeo como YouTube, una gran liberación de dopamina en el cerebro”. Así, “cuando estamos ante un conjunto de estímulos visuales basados en luces y movimiento acompañados de sonido, en nuestro cerebro se activa el circuito de recompensa”. El motivo directo es que hace que el cerebro “libere mayor cantidad de dopamina”, sustancia química que “nos hace sentir mejor” y que provoca que queramos saber más y que queramos seguir jugando, ya que “cuanta mayor sea la diferencia existente entre la predicción que nosotros hacemos de lo que va a acontecer y lo que realmente sucede”, más nos hará que nos quedemos enganchados al juego.

“Y es así como básicamente funcionan las pantallas: nunca sabemos lo que va a pasar, por lo que nuestro error de predicción es considerablemente grande y la dopamina generada, muy alta, lo que hace que queramos volver una y otra vez a la misma actividad porque nos gusta, porque nos genera esa expectativa de placer, aunque después el placer en sí mismo no se vaya a cumplir”.

  • Dopamina y recompensa en niños con TDAH o TEA

Los niños con trastornos del neurodesarrollo con TDAH o TEA se ha descubierto que tienen un sistema de recompensa cerebral muy sensible, ya que tanto los niveles de dopamina como los receptores neuronales de la misma, no trabajan exactamente igual que en cualquier sistema neurotípico (sin trastornos)”. Y es precisamente a este aspecto a lo que hay que prestar especial atención, porque es lo que “hace que las adicciones sean más probables en estos niños que, sobre todo, en edades de desarrollo, todavía carecen de un sistema totalmente optimizado, dado que existen redes a las que les falta un largo camino por recorrer para madurar”.

“Sabemos por neuroimagen que los trastornos asociados al Gaming [a jugar a videojuegos] se asocian a una hipoactivación y a menos volumen” en ciertas zonas del cerebro, como “ la corteza cingulada anterior” (que es una “estructura relevante para el valor del contexto y las recompensas”) y “la corteza prefrontal, que se encarga de tomar decisiones, almacenar y actualizar datos momentáneamente”, detalla la neuroeducadora. “Curiosamente estas afectaciones también se han observado en personas con TDAH, por lo que sumar ambos trastornos es toda una bomba de relojería para cualquier cerebro”.

Jugando a un videojuego©GettyImages

Videojuegos especialmente creados para niños con TDAH

El ritmo de los videojuegos es, por lo general, muy elevado, lo que fomenta que los niños -con o sin trastornos- mantengan su atención durante mucho más tiempo o, al menos, aparentemente. Y decimos ‘aparentemente’ porque en realidad no están prestando más atención, sino más bien todo lo contrario: el juego evoluciona tan rápido, que el jugador no tiene que mantener su atención enfocada en un mismo aspecto más de unos pocos segundos, lo que resulta especialmente atractivo a niños con TDAH. De ahí que parezcan absortos y con una concentración absoluta cuando juegan a videojuegos, mientras que en otro tipo de actividades ajenas a las pantallas le resulta, por lo general, muy complicado hacerlo.

Esta atracción de la mayoría de los menores con TDAH por los videojueos se ha estudiado para intentar sacarle provecho. Así, hace un año salió al mercado estadounidense un videojuego que únicamente se podía adquirir por prescripción médica y que estaba especialmente diseñado para niños con TDAH. ¿Puede ayudarles realmente un videojuego a experimentar mejoras en ciertas habilidades o capacidades afectadas por el TDAH? María Couso es muy contundente al respecto: “puede funcionar pero, ¿por qué utilizamos ese recurso con riesgos en lugar de otros más saludables? La respuesta a esta pregunta es muy sencilla: porque aquí hay intereses económicos”.

“Pueden existir videojuegos que mejoren determinadas habilidades para algunos trastornos del neurodesarrollo, como es el caso del TDAH, pero esta frase está incompleta si se enuncia solo así: estoy omitiendo información relevante, como que el riesgo que supone el uso de dispositivos tecnológicos en cerebros tendentes a la adicción por sus características dopaminérgicas es correr un peligro innecesario, cuando existen en el mercado otras herramientas no tecnológicas que ofrecen similares (o incluso los mismos) resultados que dichas aplicaciones”, explica. “Es ilógico que para mejorar la atención estemos promoviendo el uso de videojuegos en los niños”.