© José Sevilla Alma Obregón

Entrevista

Alma Obregón: ‘Lo importante de cocinar en familia no es el resultado sino pasar tiempo juntos’

Acaba de presentar un nuevo libro en el que plantea, a través de cuentos, recetas para los más pequeños de la casa. Porque, para ella, cocinar es mucho más que elaborar un plato. ¿Qué les aporta a los niños compartir esos momentos con sus padres?

En Cuentos para minichefs (Ed. Timunmas), Alma Obregón, chef que apuesta por la repostería creativa, da el salto a la literatura infantil. Se trata de un libro en el que los protagonistas son sus tres hijos (Bruno, Lola y Chloe), a los que les encanta cocinar con su madre.

Cada cuento va acompañado de una receta que pueden elaborar los pequeños para ocasiones especiales o para cualquier momento. Lo importante es que sea compartido en familia. Hemos hablado con la autora sobre esta nueva aventura.

En este nuevo libro, tus hijos se convierten en los personajes principales, ¿cómo han reaccionado al verse sobre el papel?

 ¡¡Están súper emocionados!! Les hizo mucha ilusión cuando les conté por primera vez los cuentos al momento de escribirlos (fueron los primeros en escucharlos, incluso antes de enviarlos a mi editora), pero lo que más nerviosos les tenía a Bruno y Lola, que son los mayores, era ver “los dibujos” como ellos dicen. Para mí fue muy emocionante ver las ilustraciones por primera vez, así que esperé a tener una copia física para enseñarselas a ellos y... ¡qué emoción! Se sienten súper identificados, tanto en los cuentos como en las ilustraciones maravillosas de Anna Villegas. Es 100% nosotros. Como dice Bruno cuando habla del libro: “Estas historias no han pasado... ¡pero podrían haber pasado tal cual!”.

En las redes sociales compartes muchas de tus rutinas con tus hijos, ¿qué papel juega la cocina en la relación que mantienes con ellos?

 Para nosotros, la cocina es el centro de nuestra vida. No sólo es la habitación más importante de la casa, en la que más tiempo pasamos juntos (desayunando, comiendo, cenando... pero también cocinando, montando Legos o dibujando...) sino que, además, en mi relación con ellos ha tenido un papel esencial. Con Bruno he cocinado (y cocino) muchísimo, tanto primero con él en la mochila como luego con él como ayudante, y tenemos preciosos recuerdos los dos metidos en la cocina. Con Lola, la repostería fue fundamental en el postparto de Chloe, cuando ella todavía no iba al cole y pasábamos las mañanas cocinando diferentes recetas mientras Chloe dormía plácidamente en mi mochila. Chloe está empezando ahora y abrir huevos es su parte favorita, así que siempre hacemos recetas que lleven por lo menos uno. Es precioso entrar con ellos en la cocina y ver cómo aprenden sobre los ingredientes y las elaboraciones, cómo disfrutan del proceso y cómo se enorgullecen del resultado. Lo recomiendo al 100%.

Al final del libro das consejos sobre cómo lograr un ambiente idóneo para que los niños cocinen con sus padres, ¿qué es lo más importante en ese sentido?

 Para mi gusto hay dos cosas claves, que aparecen reflejadas en el libro. En primer lugar, tener todo lo más listo posible cuando los peques entren en la cocina, es decir: ingredientes pesados, herramientas en la encimera, moldes listos... sobre todo cuando son muy pequeños. Esto evitará que tengamos que estar corriendo por la cocina buscando ingredientes mientras les dejamos cara a cara con la receta. Al final, en esos pequeños momentos de espera mientras buscamos en la despensa la canela es cuando se producen los desastres y la caja de huevos acaba en el suelo o la masa en el fregadero. Como yo digo: en la cocina, ¡nunca les des la espalda! Por otro lado, y quizá es lo más importante, animo a los papás y las mamás a relajarse, a disfrutar del proceso, y a no preocuparse si se mancha más de lo esperado o si la receta nos sale un pelín chuchurría. Lo importante es disfrutar todos juntos de ese momento en familia y, por qué no, también de la posterior limpieza (a los más chiquitines de la casa les suele encantar pasar la bayeta por la encimera o ayudarnos con los cacharros). Al final, de lo que se trata es de compartir esa experiencia tan bonita de cocinar todos juntos.

En el libro utilizas mucha fruta, harinas integrales... ingredientes más saludables que los que popularmente se asocian con la pastelería. Disfrutar de un pastel saludable, ¿ha dejado de ser una tarea imposible?

 Sí, lo cierto es que hoy en día tenemos muchísimas herramientas para poder hacer nuestros postres más saludables y que así los peques puedan comer lo que han preparado sin que los padres nos llevemos las manos a la cabeza. En ese sentido, todas las recetas del libro son con ingredientes naturales y muy sencillos de encontrar, con mucha fruta y sin azúcar añadido. Además, al final del libro ofrezco alternativas para sustituir el huevo, los lácteos y el gluten.

©Timunmas

¿Qué ingredientes debe tener un postre saludable pensado para niños?

 Para mí, lo más importante es que sea todo lo más natural posible. No creo que la solución para que coman más saludable pase por usar edulcorantes artificiales, por ejemplo, sino que creo que es mucho mejor que apostemos por el poder endulzante de la fruta o de los dátiles.

A veces se critica que a los niños se les castigue o se les premie con comida, ¿cuál es tu postura con respecto a ello?

En mi caso no soy partidaria de castigar a los niños, ya sea un castigo relacionado con la comida o no, creo que existen muchas herramientas mucho más beneficiosas para trabajar con ellos las situaciones en las que tradicionalmente se aplicaba el castigo como “corrección”. Respecto a los premios, creo que pueden ayudar a fomentar su autoestima y a hacerles creer en sí mismos, a valorar cuando respetan los límites... pero no creo que debamos apostar por premios en forma de comida (lo mismo pienso para los premios que son regalos), ya que estos casi se usan más bien para sobornarles y que “se porten bien a cambio de...”, sino más bien entendiendo el premio como la puesta en valor de sus actitudes positivas, el alabar su comportamiento cuando han hecho algo bien. Es con nuestras palabras, con nuestros gestos, con nuestros abrazos y con nuestro cariño como podemos ofrecerles el mejor premio a una actitud positiva.

¿Cuáles son los beneficios más importantes que para los más pequeños tiene cocinar?

Creo que nos aporta muchísimo. Por un lado, realizamos una actividad en familia, que nos une y que es sencilla. En este sentido quiero reiterar que no siempre tenemos que entrar en la cocina con ellos para elaborar algo “especial” que nos requiere un esfuerzo extra, sino que nos pueden ayudar a elaborar la cena, o la comida el fin de semana, y sentirse partícipes de esta actividad. Se acabó lo de mandarles a jugar a otro cuarto mientras preparamos la cena, ¡hagámosla juntos y disfrutemos de un ratito más en familia! Por otro lado, cocinando ellos aprenden sobre los ingredientes y los procesos y, cuando van creciendo, les ayuda a practicar la lectura (leyendo las recetas) y las mates (pesando los ingredientes). Incluso, en un momento determinado, cuando empiezan a ser más mayores, podemos hablar con ellos también de temas de nutrición, del origen de los diferentes ingredientes, de la historia detrás de la receta... Desde mi punto de vista, creo que es beneficioso en todos los sentidos. Es cierto que tardaremos más en cocinar y que, probablemente, también mancharemos más, pero es súper gratificante.

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