Las doctoras Lidia Otero Durán y Marta González-Valcárcel Espinosa son pediatras. Trabajan en la Unidad de Neonatología del Hospital Universitario de Toledo donde, a diario, atienden a bebés muy pequeños. Ambas pertenecen a la Sociedad Española de Neonatología (SENEO).

Acaban de publicar Nacer prematuramente (Ed. Círculo Rojo), donde hacen un completo repaso de lo que supone llegar al mundo cuando aún debías permanecer en el vientre materno. Hemos charlado con ellas.

Una de las emociones más frecuentes con un hijo prematuro es la incertidumbre. ¿Cómo sobreponerse a ella?

Creemos que serían los padres y madres de bebés prematuros los más idóneos para responder esta pregunta aunque una de las claves para poder vencer la incertidumbre es poder disponer de información necesaria que permita responder las dudas que pueden surgir respecto a tener un hijo que nazca antes de tiempo.

Muchas madres se sienten culpables por si han hecho algo mal. ¿Qué se puede decir a estas mujeres?

Al hablar sobre este tema con las familias hemos sido conscientes de las diferentes emociones que pueden surgir ante el nacimiento de un bebé prematuro. Sería muy recomendable formar a los profesionales sanitarios en el manejo de las emociones, en el trabajo de la inteligencia, no sólo científica sino empática. En muchas ocasiones, más que decir algo es acompañar a las familias, explicando la situación día a día de sus hijos. El nacimiento de un bebé prematuro supone un cambio en el concepto normal de tener un bebé a término.

Dudas, miedo, sentirse sobrepasados... ¿qué suponen las unidades neonatales abiertas para los padres en estos casos?

La posibilidad de poder acompañar a sus hijos en todo momento siempre supone una ventaja. El poder colaborar en el cuidado y estar presente en el día a día es un modo de sentirse implicados en el entorno de sus bebés. Creemos que las diferentes emociones son un proceso que todos los profesionales sanitarios debemos acompañar, sin presionar y sin realizar ningún juicio. La colaboración de los padres y madres en las Unidades Neonatales es el camino que debemos seguir para conseguir una mejor humanización de la Neonatología.

El piel con piel y los cuidados madre canguro también son fundamentales. ¿De qué manera ayudan al bebé y a sus padres?

El útero materno constituye nuestro primer hogar, los diferentes órganos de los sentidos se desarrollan de un modo secuencial. Nacer antes de tiempo supone un estrés y una sobresaturación sensorial de ruidos, luces y cambios de posicionamiento. El método canguro, el contacto piel con piel de los bebés con sus madres y padres supone un entorno conocido, el olor del calostro materno asemeja el olor del líquido amniótico, reconforta, estabiliza.

Las constantes hemodinámicas y respiratorias se estabilizan estando piel con piel, los días de ingreso se acortan, la obtención de la alimentación enteral exclusiva se produce antes, el desarrollo neurológico es más progresivo estando en ese entorno.

La lactancia materna es, en estos casos, más que un alimento, casi un ‘medicamento’. ¿Qué le aporta al prematuro?

La lactancia materna es una de las mejores medicinas para estos bebés. Constituye una fuente de macronutrientes y micronutrientes, de defensas, de estimulación, de crecimiento. El calostro, como ya hemos comentado, asemeja el olor del líquido amniótico. Inicialmente, estos bebés nacidos antes de las 34 semanas no disponen de una coordinación succión-deglución efectiva y son alimentados a través de sonda nasogástrica, completando el aporte calórico mediante nutrición parenteral. Poco a poco van recibiendo más aporte calórico por alimentación enteral, siendo progresiva la estimulación de la coordinación succión-deglución y el aporte vía oral de la misma.

¿Por qué los prematuros están más expuestos que otros niños a infecciones?

El sistema inmune de los recién nacidos es más inmaduro que el del resto de la infancia y en el caso de los recién nacidos prematuros esta situación es más marcada. Ello se une a la necesidad de vías centrales, de tubos endotraqueales y de la estancia en unidades de hospitalización superespecializadas como son las Unidades de Neonatología.

¿Cómo impacta la prematuridad en el cerebro del bebé?

El desarrollo de las diferentes conexiones neuronales, las vías de conexión se forman en un entorno exterior que nada tiene que ver con el entorno del útero materno. Por ello es esencial fomentar los cuidados centrados en el desarrollo, controlar la cantidad de luz, sonido y mejorar el posicionamiento y el método canguro; humanizar los entornos.

¿Cuáles son, en ese sentido, los bebés más vulnerables?

Todos los bebés nacidos antes de las 37 semanas son prematuros, pero aquellos nacidos antes de las 32 semanas serían los más vulnerables en el grupo de la prematuridad.

¿El prematuro será siempre un niño con más problemas de salud?

Los avances que se han producido en la Neonatología han mejorado no sólo la supervivencia sino también la calidad de vida y la reducción de la morbilidad a largo plazo. Los bebés nacidos antes de las 32 semanas requieren un proceso de seguimiento a largo plazo una vez dados de alta, pero un gran porcentaje de los mismos no presentan problemas de salud posteriormente.

¿Qué cuidados básicos va a necesitar un bebé prematuro en sus primeros años de vida?

Sería conveniente individualizar cada caso. El seguimiento multidisciplinar que estos bebés requieren pasa por varias citaciones en consultas, seguimiento en Neonatología, Neurología Pediátrica, Atención temprana y estimulación motora y del lenguaje, seguimiento en diferentes consultas pediátricas según la patología de cada bebé.