Cuándo acudir con tu hijo al logopeda.©AdobeStock

Aprendizaje

Cuándo es aconsejable acudir con tu hijo a un logopeda

Hablantes tardíos que dan lugar a un trastorno en el lenguaje o dificultades en la lectoescritura son solo algunos signos que nos alertan de que debemos acudir a un especialista

Las señales que nos dan nuestros hijos, en cuanto a desarrollo del lenguaje y el habla, son muy significativas. Además, suelen ser habituales y pensamos que se trata de algo puntual que quizás desaparezca con el tiempo. En muchos casos, puede ser así, pero en otros, el tiempo juega en nuestra contra y puede ser perjudicial no ponerle remedio. Así lo confirman los logopedas, quienes señalan que es aconsejable consultar a un especialista si vemos ciertos signos de alarma. Pero, ¿cuáles son? ¿sabemos identificarlos?

La logopeda Laura Castro Romero, vocal de la junta directiva del Colegio Profesional de Logopedas de la Comunidad de Madrid (CPLCM) y miembro de su Comisión de Educación, nos ayuda a saber en qué debemos fijarnos o cómo podemos darnos cuenta de que nuestro hijo necesita ir a un logopeda, además de contarnos cuáles son los problemas más frecuentes.

Síntomas de que tu hijo debe acudir al logopeda

Como punto de partida, la experta nos sitúa: “el logopeda especialista en población pediátrica atiende diversas patologías y debe acudirse a él cuando exista una sintomatología que así nos lo aconseje”. Además de dividir los síntomas para tener una mejor visión de ellos:

Con respecto al habla y al lenguaje. “Es muy importante acudir al logopeda si a la edad de 2 años nuestro niño no dice alrededor de 50 palabras”. Ahora, suelen ser niños muy elocuentes con sus gestos, tienden a señalar lo que quieren para que les entiendas y, con frecuencia, se molestan si no sabes qué quieren o pasan a otra cosa cansados de no ser entendidos.

Si hablamos de pronunciación, tenemos que ir por franjas de edad:

  • A los 3 años, deben ser capaces de pronunciar los fonemas: m,n,ñ,p,t,k,b,g,f,x,ch,l.
  • A los 4 años, las letras ‘d,r,s’ y sinfones con la letra ‘l’: bl,pl,gl,cl,fl.
  • A los 5 años, sinfones con la letra ‘r’: br,pr,dr,gr,cr,fr,tr.
  • A los 6 años, ya deben pronunciar la letra ‘r’ fuerte.

En cuanto a la lectoescritura, “cada niño lleva un ritmo diferente y hay que respetar sus tiempos”. Sin embargo, al finalizar el primer curso de primaria, debería haber conseguido adquirir lo esperado para su edad. Si no es así, se debería consultar con un logopeda.

Por último, si nuestro hijo es aún más pequeño, podemos detectar posibles dificultades en el desarrollo o aprendizaje que nos indiquen, de nuevo, la recomendación de acudir a un logopeda. Así, como nos cuenta la experta, “hacer caso de esos consejos que aparecen como un “tranquilo, ya hablará, es muy pequeño aún” puede ser un gran problema en la evolución del tratamiento logopédico”. Entre ellos, están:

Trastornos más frecuentes en las consultas de los logopedas

Como nos cuenta Laura Castro, los problemas que más aparecen son “los hablantes tardíos, que dan lugar a un retraso o un trastorno del lenguaje, dificultades de pronunciación y en la adquisición de la lectoescritura, además de dislexia y deglución atípica”.

Unos problemas que se dan en niños y adolescentes de todas las edades, ya que, “la edad suele depender de las dificultades que se presenten”, nos dice la experta. Por ejemplo, en los niños de 3 a 4 años, “los padres acuden a consulta porque aseguran que a sus hijos no se les entiende nada y, al entrar al colegio o ya en el segundo año de Educación Infantil, la profesora les ha dado la voz de alarma”.

Desde los 5 a los 9 años, “los padres acuden por dificultades en la adquisición de la lectoescritura o por mala pronunciación”. En el caso, por ejemplo, de los pacientes con deglución atípica, otro de los problemas frecuentes, “la pauta de acudir al logopeda es aleatoria y lo hacen cuando son diagnosticados y derivados por el odontólogo”.

En qué consisten los tratamientos de un logopeda

El trabajo de un logopeda, en estos trastornos frecuentes y en todos los demás, “consiste en evaluar, diagnosticar y rehabilitar estas patologías”. Para ello, en los trastornos que hemos visto más frecuentes -del habla, lenguaje y lectoescritura-, “se suelen realizar sesiones individuales de 30 minutos de duración, un par de veces por semana”. Y las sesiones, siempre que se pueda, “han de ser lúdicas”.

“Necesitamos que el niño esté motivado, que le guste acudir al logopeda, aprender cosas nuevas porque se divierten”, nos cuenta la experta. Por tanto, las sesiones se basan mucho en el juego. Aunque, con los más mayores, buscamos más ese “matiz motivacional para captar el interés por mejorar”.

Un trabajo que los padres deben siempre reforzar desde casa, siguiendo los consejos de su logopeda. “Hay que trabajar las actividades o juegos que les marcamos que han los días que no acuden a sesión”. No sirve de nada realizar los ejercicios propuestos el mismo día, “ya que, ese día, van a trabajar”. Pero, importante también, “no presionar al niño ni transmitir preocupación y realizar el tratamiento hasta que el logopeda nos dé el alta”.

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