Esla y Álex se conocieron en la universidad y llevaban junto 9 años y medio cuando decidieron dar el paso. La pedida, como relata ella, fue algo atípica. "Estábamos comiendo en un restaurante por el centro y yo le estaba contando mis ideas para el verano siguiente, algo a lo que él contestó que le parecía un plan de viaje de novios, haciéndome reaccionar de dos maneras: Uno, ¡pero si es un viaje con mochilas, ¿cómo que de novios?! Dos, ¡igual con 50 años ya no me apetece este destino! Pero me calló diciendo, Esla no lo estás entendiendo, te estoy pidiendo que te cases conmigo... inmediatamente empecé a llorar y el camarero interpretó que me estaba dejando".