10 consejos prácticos

Ser hermana en una boda: lo que nadie te cuenta sobre tu papel en el gran día


No te olvides de cumplir estos pasos, que lograrán que tu comportamiento se perciba como impoluto


Vestido de novia Helena Mareque© PelayoLacazette
Estrella AlbendeaColaboradora de Novias
8 de diciembre de 2025 - 19:00 CET

Pocas noticias resultan tan fascinantes y emocionantes como el hecho de que un hermano o hermana comunique a su familia que se casa. Ser la hermana del novio o la novia es un privilegio y una responsabilidad a partes iguales. Desempeñar este papel correctamente requiere cumplir una serie de normas no escritas de comportamiento, respeto y presencia. Hacerlo de forma adecuada implica saber estar en el lugar que corresponde y expresarse con claridad, saber qué hacer en cada momento para dejar una buena impresión. Cumpliendo con esta función, hemos recopilado diez consejos a seguir que garantizarán que la hermana siempre esté acertada y no llame la atención o, por el contrario, parezca muy distante.

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© @marfelicesdesign

1. Sé un apoyo incondicional

Quizá esta sea una recomendación muy obvia, pero nunca está de más recordar que, más allá de la ilusión que pueda invadir a la hermana del novio o la novia, su labor será ser la persona de confianza de uno de los miembros de la pareja. Apoyo incondicional no significa que no pueda hacerse pública una opinión, sino que si ese comentario puede causar daño a uno de los protagonistas, mejor ahorrárselo o moldearlo para que sea lo más amable posible. La idea es no buscar motivos de conflicto, sino crear un clima de respeto y convivencia en el que los novios puedan estar verdaderamente tranquilos. Y si una crisis hace acto de presencia, saber esquivarla o ponerle fin de forma rápida.

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© @mariabarragancostura. Foto: @violettaturatti

2.⁠ ⁠No tomes decisiones que no te corresponden

Muchas parejas piden ayuda a sus respectivas hermanas durante los preparativos de la boda. Los meses previos al enlace, estas invitadas destacadas se convierten en sus pies y manos: a la hora de hablar con proveedores, solicitar presupuestos, comprar material o ayudar en momentos tan especiales como la creación de un vestido de novia. Sin embargo, contar con esta importancia en el organigrama de una boda no se traduce necesariamente en tener la capacidad para tomar decisiones. Elegir, determinar y desechar ciertas ideas solo corresponde a los prometidos y por eso conviene tener claro que las hermanas no pueden extralimitarse en las funciones que ellos les han otorgado. De otro modo, pueden surgir notables diferencias y rencillas.

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© Lath Studio

3.⁠ ⁠Ante la duda, discreción

Hay una máxima, que recomiendan tanto los diseñadores como las wedding planners aplicar, siempre de cara a invitadas como las madrinas o hermanas de los novios que tienen un lugar especial durante la jornada nupcial. Este concepto no es nada más ni nada menos que apostar por la discreción, ante la duda. No necesariamente se tiene que caer en lo aburrido, pero sí es recomendable moderar el protagonismo que pueden tener, en muchos casos, tanto ciertas aptitudes como algunos looks y accesorios e incluso algunos regalos sorpresa que, como es obvio, la pareja no espera. Hay que conocer muy bien a los novios para saber qué puede gustarles o disgustarles.

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© @alpoydel. Foto: @hafner.studio

4. En términos de etiqueta, nada de blanco

Esta es una de las grandes reglas de protocolo en bodas, pero aunque suele cumplirse entre las invitadas, a veces las hermanas se plantean tonalidades cercanas al blanco para este día. No son apropiados los blancos rotos, los beis, los amarillos excesivamente claros y otras versiones parecidas al color níveo. Existen muchas otras ocasiones en las que poder lucir esta gama cromática sin comprometer el lugar de la novia. Salvo que esta la autorice o lo solicita, no sería apropiado llevar este tipo de paleta. La única posibilidad de lucir blanco es hacerlo mediante un estampado que sume muchos otros colores o en el que otra tonalidad sea la predominante.

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© luciacherubina

5.⁠ ⁠Siempre puntualidad el día de la boda

Dice un refrán popular que "el tiempo no espera a nadie, pero recompensa a quienes lo honran". Esta frase es un buen aviso para las hermanas de los novios, dado que si no quieren perder detalle de las bodas de sus hermanos, necesitan estar listas incluso antes que ellos el día del 'sí, quiero'. En muchos casos, tendrán que aparecer en las fotografías de los preparativos y esto implica que deban quedar listas con anterioridad. Pueden ayudar a la novia a vestirse e incluso llevarle la cola antes de entrar en la ceremonia.

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© @kinvitadas

6.⁠ Discursos siempre con la conformidad de los novios

Aunque las bodas son momentos en los que la emoción puede invadirnos y provocar que se produzcan anécdotas divertidas, resultado de la improvisación, hay parejas que, a fin de cumplir el timing planteado o por huir de experiencias que les harían sentir incómodos, prefieren no dejar lugar a lo espontáneo. Esto implica que los discursos o la intención de darlos deban ser comunicados a los recién casados. En consecuencia, es recomendable cerciorarse de qué tipo de experiencias quieren o no los novios en su gran día y cuando la intención es dar una sorpresa, si hubieran contratado a una wedding planner, consultar con ella si ve apropiado una intervención o no durante la ceremonia, el banquete o la fiesta y en qué momento encajaría mejor con el plan. 

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© Aortiz

7.⁠ ⁠Sé un soporte con los invitados

Es normal que el día del enlace, los protagonistas no lleguen a todo y tengan que esforzarse por saludar a cada uno de sus invitados. Del mismo modo, las hermanas de los novios, a fin de crear un clima ameno y ser educadas, pueden saludar a todos los convidados (que conozcan o que se acerquen a ellas) para compartir impresiones, fomentar un ambiente más íntimo y entrañable y brindar por el devenir de los recién casados.

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© @enzapatosplanos

8.⁠ ⁠Mejor dejar el móvil a un lado

La mayor parte de las novias está decidida a llevar a cabo el gran consejo que suelen dar todos los diseñadores (y las antiguas novias que se casaron antes que ellas): no llevar el teléfono móvil a su boda. De esta forma se desconecta y se reconecta con el momento, todo se disfruta mucho más. Lo mismo aplica a las hermanas de los novios. Es cierto que es habitual que este dispositivo les acompañe durante el día, por si es necesario informar sobre los tiempos o apagar "algún fuego", pero no deberían abusar de su uso como sí haría un invitado corriente. Afortunadamente, en la actualidad contamos con grandes equipos de fotografía y vídeo en los que los prometidos realizan una importante inversión y que suponen un alivio, pues hacen que no sea necesario sacar la cámara.

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© @liven_ph

9. Facilita la vida y sé conciliadora

Tanto el propio día de la boda como durante los meses de preparativos, con jornadas muy relevantes como la prueba de menú o la pedida, la hermana del novio o la novia debe tender puentes, buscar hacer más fácil la vida los novios. Ante momentos de tensión, dudas o estrés, su labor será la de ser conciliadora, cercana y estar entregada para dejar un buen sabor de boca en ese encuentro. No hay que olvidar que es un proceso que, en principio, se producirá una sola vez en la vida, por lo que lo ideal es que se pueda rememorar con gran ilusión. 

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© @quetzal_collection. Foto: @alejandrasalido

10.⁠ ⁠Recuerda que eres una aliada, pero no protagonista

Como última recomendación solo nos queda hacerte ver que habrá muchos focos puestos sobre ti y seguramente seas una figura destacada del enlace. Pero, es cierto que no es tu día y esto implica que siempre el protagonismo de los novios tendrá que ir por delante del tuyo. Por ello, antes de tomar cualquier decisión que pueda ser interpretada como un gesto sobrepasado, conviene hacerse una buena pregunta: ¿es esto excesivo? ¿podría ser malinterpretado? De esta manera, evitaremos ciertas actitudes, comentarios y comportamientos que puedan resultar incómodos a los recién casados y también a muchos invitados, que estarán pendientes de las hermanas de los novios. Lo ideal es encontrar el equilibrio entre educación, simpatía y naturalidad.

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