En un tiempo donde los vestidos de novia están experimentando tendencias de forma constante y las propuestas se dirigen a novias cada vez menos convencionales, sí que se aprecia un detalle cuando la tradición permanece inalterable al paso del tiempo, como si fuera el mejor hilo conductor entre lo clásico y lo moderno: el uso del encaje. Este tejido está íntimamente ligado a las novias y hace realidad los diseños más románticos de la temporada. Sin embargo, en España o fuera de nuestro país, actualmente cada diseñador nupcial consigue adaptarlo a diferentes tipos de novia como muestra de su infinita versatilidad. La prueba de ello la encontramos en Donatelle Godart, una de las firmas favoritas de las francesas a la hora de pasar por el altar y que bautiza a cada uno de sus diseños con nombre propio. Esta vez nos hemos dejado inspirar por Grace.
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Grace es la historia de una novia contemporánea que huye de los patrones establecidos. Una mezcla compensada de romanticismo, libertad y elegancia. La mujer de Donatelle Godart, tal y como manifiesta en su filosofía creativa, "aprovecha la insolencia para decir ¡sí! Exalta el amor y está feliz con el futuro que ha elegido. Ella se ríe y besa la vida, embriagándose con la felicidad". Con esta declaración de intenciones se recrean vestidos donde el encaje asoma tímidamente entre vestidos de tul y delicado plumeti.
Una imagen ligera, con movimiento y sin pretensiones que se asemeja a ese je ne sais quoi innato que tienen las francesas a la hora de vestir. Grace es un vestido de gasa y crepé de seda bordado, sin mangas y de silueta recta al que se le añade una capelina de plumeti que suma elegancia sin pretenderlo. Cada una de las colecciones de esta diseñadora parisina, que fundó su marca en el año 2015, es una mezcla de muchas fuentes de inspiración. Donatelle intenta resaltar la belleza del cuerpo jugando con la fluidez de los materiales, la transparencia del encaje y la ligereza del tul. Cada vestido está hecho a medida en su taller del distrito 10 de París, como si fueran un himno a la nueva feminidad.
Cruzando la frontera, los diseñadores españoles también tienen algo que decir y mucho que aportar. El encaje es una constante en muchas de las creaciones de los modistos nacionales. Tanto que firmas como L´Arca Barcelona se han basado en esta textura lencera para convertirla en el leitmotiv de su nueva colección, a la que han puesto por nombre Cordelia y el Mar. Son unas propuestas donde las novias etéreas y el valor de la tradición adquieren una dimensión especial. Estos diseños hablan de artesanía, de trabajo bien hecho y de un viaje a las leyendas populares rescatadas del fondo del océano.
Cordelia es un nombre latino que significa 'joyas del mar' y cuenta la historia de unos refinados vestidos elaborados con la hipnótica melodía de los bolillos de madera, su mejor banda sonora. Este arte recuperado simboliza el punto de partida de una colección producida con gusto exquisito. Así, predominan las siluetas etéreas y vaporosas, los tejidos ligeros como la gasa, la muselina la bambula y el juego de plumetis y encajes, que se convierten en el lienzo perfecto para incrustar sutilmente el encaje de bolillo.
María Baraza es una joven diseñadora española que ha lanzado con éxito una nueva colección que lleva por nombre Faith. Su esmerado trabajo artesanal y su marcado estilo personal dan como resultado unas propuestas con nombre propio inspiradas en las musas de compositores y cineastas que basaron en ellas sus canciones y películas de amor. María imagina un 2019 cargado de romanticismo donde los detalles son los protagonistas.
Una mezcla de presente y pasado resumida en 17 vestidos de novia en los que el encaje aparece en distintas formas: cubriendo chaquetas rematadas en cola, en puños abotonados y ceñidos a la muñeca, en las espaldas descubiertas más especiales, vistiendo mangas o adornando los escotes más románticos de la temporada. Un juego de encajes que se enredan con volantes, tejidos de guipur, plumeti o puntillas taupé en vestidos de cortes limpios y sin artificios.