Adapta tu look al tiempo y a cada ocasión
Cuando se trata de vestir, hay un dos factores clave a tener en cuenta que pueden dañar nuestra ropa de inmediato. Por un lado, el tiempo atmosférico. No es lo mismo vestir para los días de sol y calor, que para los de lluvia o invierno. Algunas pieles, como el ante, cuando se mojan se llenan de marcas del agua, y, a no ser que tengamos gran habilidad con el cepillo o llevemos esa pieza a la tintorería, poco podemos hacer para solucionarlo. Por otro lado, la ocasión en la que luzcamos un conjunto es muy importante. Si, por ejemplo, acudimos a una fiesta de noche en un local, es probable que nos caiga alguna gota de copas de otras personas en la pista de baile, por lo que es preferible que llevemos prendas de tejidos fáciles de limpiar. Si, en cambio, decidimos organizar una jornada campestre o una ruta por la montaña, también es preferible que apostemos por tejidos que no se enganchen fácilmente con las plantas o calzado cómodo que pueda resistir la caminata y el barro.
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