Más allá de su rol en El diablo viste de Prada, Anne Hathaway es un icono de moda consolidado, y las grandes firmas de lujo se pelean por vestirla en sus apariciones de alfombra roja. Ella, sin embargo, solo es fiel, por el momento, a Bvlgari, la casa italiana de joyería que la fichó como embajadora internacional el pasado año.