Entonces, ¿qué nos mueve?
Por otro lado, la artista y cool-hunter inglesa Reba Maybury alude constantemente a un fenómeno más delicado: la romantización del sufrimiento, que la moda traduce en forma de ricos que se visten de pobres en una renuncia a la ostentación y la persecución de la autenticidad.
Este fenómeno es también el causante la gentrificación, un mecanismo que impulsa a los millonarios a mudarse a barrios obreros. "Pienso que existe una necesidad continuada en el ser humano basada en la búsqueda de la diferenciación, un anhelo inalcanzable de ser diferente del que tienes en frente, de expresarte como si tuvieras un talento especial. El paralelismo existente entre el consumidor que paga 1450 euros por unas zapatillas destrozadas y el que pasea entre las calles de un barrio gentrificado, convertido en el nuevo place to be como es Lavapiés, da muestra de ello", añade Luque Ortiz.
De Echegaray se muestra de acuerdo, y añade que "forma parte de llevar la estética grunge al extremo, una tendencia que en los últimos tiempos está tomando protagonismo como un modo claro de emitir un mensaje transgresor, de queja social: salirse de lo establecido, romper las normas. El lenguaje de la calle llevado a la alta costura, concediéndole un máximo protagonismo a través de su precio, el valor universal que todos somos capaces de identificar, el dinero".