El nombre de Rocío Crusset conecta la mente como un rayo con su familia, la saga que triunfa en el mundo de la comunicación formada por Carlos Herrera y Mariló Montero (sus padres) y su hermano, Alberto Herrera, que sigue los pasos de su progenitor en las ondas radiofónicas.
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Con su belleza racial y unas medidas perfectas, Rocío ha conquistado el mundo de la moda, y con su creatividad, ha conocido el éxito como diseñadora. Afincada en Nueva York —la meca de las tops—, no renuncia a sus veranos en Sanlúcar de Barrameda, como nos cuenta, mientras posa con moda de baño de Calzedonia.
—Rocío, las vacaciones están a la vuelta de la esquina. ¿Prefieres playa o un gran viaje?
—Playa. Viajo tanto durante el año que en verano prefiero quedarme cerca, estar en casa, disfrutar de los míos y de la calma.
—¿Y entre ir cómoda o sexi a la playa?
—Cómoda, sin duda. Me gustan piezas que se adapten bien al cuerpo, que no aprieten, con líneas sencillas que me permitan coger sol de forma uniforme. Pero creo que lo cómodo y lo sexi no están reñidos, se pueden lograr ambas cosas.
—¿Qué te gusta más, bañador o bikini?
—Uso más bikinis, aunque también me encanta un bañador clásico. Me parece una opción muy elegante.
—Calzedonia es femenina y sugerente. ¿Te identificas con su estilo?
—Totalmente. Es muy fácil sentirse identificada con Calzedonia. Tiene una gran variedad de estilos que siempre mantienen ese toque sexi y femenino.
—Tiene líneas juveniles, elegantes y sensuales. ¿Con cuál te quedas?
—Depende del momento, del estado de ánimo, del plan... Justo por eso confío tanto en la marca: porque tiene opciones para cada ocasión.
—¿Tu estilismo ideal para este verano?
—Croché, tejidos fluidos, colores neutros, pero con aire veraniego. En este shooting me he quedado con todos los looks porque me encantan, especialmente el estilo boho.
—¿Cuál es tu truco para estar en forma y lucir fantástica en traje de baño?
—No me privo de nada, pero soy muy activa. Camino mucho, viajo, trabajo de pie, hago deporte... Intento llevar una buena alimentación, aunque no siempre es fácil con el ritmo que llevo. Ahora soy más consciente de lo que necesita mi cuerpo y, cuando estoy en casa, cocino platos sencillos, pero nutritivos, que me recargan de energía.
—Define tu estilo.
—En el día a día soy básica. Me gusta estar cómoda. No suelo pasar tiempo pensando en qué ponerme. Pero si hay que arreglarse, me gusta divertirme con los looks, jugar con una prenda protagonista, estampados, colores… y joyas, siempre.
—Defínete a ti misma.
—Soy una persona con carácter y muy apasionada. Suelo guiarme por mis valores y me implico de verdad en lo que me importa. Me gusta disfrutar, incluso de las cosas más simples, e intento encontrarle el lado divertido a lo que hago. A veces puedo ser un poco terca, sobre todo cuando creo firmemente en algo, pero esa convicción me mantiene con los pies en la tierra.
—¿Qué lección te ha dado la vida?
—Que todo pasa por algo y que todo, al final, es para bien.
—¿Qué colores definen tu humor?
—Me encanta mezclar colores y sentirme viva a través de ellos. Rojo, verde, amarillo, morado…
—¿De qué color te encuentras ahora?
—De todos los que transmiten calma y alegría. Estoy en el mejor momento de mi vida. Además, por suerte, siempre he tenido una salud mental muy estable, me mantengo constante emocionalmente.
—Diseñas joyas y diseñaste una colección cápsula con Duarte. ¿Alguna asignatura pendiente?
—Seguir explorando. Me encanta curiosear y aprender constantemente.
—¿De dónde nace tu creatividad?
—Desde niña he sido muy creativa. Para mí es una forma de desconectar y meditar.
—¿Cuál es tu idea del éxito?
—Encontrar el equilibrio. Sentirte bien contigo misma, orgullosa de cómo tratas a los demás, estar bien rodeada. Salir de una reunión, cena, trabajo y saber que has dado lo mejor de ti, que te has esforzado y te has interesado por los demás. El éxito es poder elegir tu propio camino con libertad, superar obstáculos, tener serenidad incluso cuando todo es un caos.
—¿Qué es la felicidad para ti?
—La tranquilidad. Serenidad. Sentirse en paz. Y eso se consigue siendo agradecida, valorando lo que uno tiene y sabiendo relativizar los problemas.
—Te hemos visto en la Feria de Sevilla. ¿Cómo ha sido reencontrarte con tu tierra, con los tuyos?
—La feria es, para mí, un sentimiento. Es mi infancia, mis raíces, reunirme con los míos. Me siento agradecida por haber nacido en una ciudad con tanta tradición y cultura.
—Y este verano, ¿podrás escaparte a Sanlúcar?
—¡Claro! Sanlúcar es fundamental en mis veranos.
—¿Qué tiene Nueva York que te tiene atrapada?
—Buena pregunta. Cuando me mudé a Nueva York, tenía pensado irme un par de años, siempre que el trabajo fuera bien. Llevo ocho, que se han pasado volando. He vivido casi toda mi veintena en esta ciudad y, aunque pretendo vivir en España en un futuro, nunca dejaré Nueva York. Siempre tendré allí mi casa, mis amigos, mi trabajo, mis contactos... Es una ciudad con mucha energía, siempre hay algún plan, algo nuevo. Es fascinante, sobre todo en la juventud.
—Se nota que estás muy unida a tu hermano. ¿Cómo le has felicitado por su Antena de Plata?
—Pues imagínate el orgullo que siento. Soy testigo de lo mucho que trabaja, lo mucho que estudia y se prepara. Está en un lugar privilegiado, pero ha sabido aprovecharlo. Si no vales o no funcionas, en una profesión como esta, con la responsabilidad que te brindan, no durarías mucho.
"Me han ofrecido proyectos de televisión, pero siempre he dicho que no; no porque no me guste, pero no quiero que mi trabajo como modelo pase a un segundo plano"
—Al igual que Alberto ha seguido los pasos de tu padre, ¿te has planteado algún día seguir los de tu madre y trabajar en televisión?
—Nunca digas nunca. Me han ofrecido proyectos de televisión, pero siempre he dicho que no; no porque no me guste la profesión, le tengo un gran respeto, sino porque sería imposible cuadrar horarios. Mi vida, de momento, está en Nueva York y viajo mucho por trabajo. Tendría que reducir mis viajes al menos al 50 por ciento para poder dedicarle tiempo a un proyecto televisivo que me obligase a estar en Madrid semanalmente, y, de momento, no quiero que mi trabajo como modelo pase a un segundo plano.