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Paloma Cuevas regresa a su ciudad natal para poder vivir y disfrutar la gran Feria de Córdoba y lo hace de la mano de su hija Bianca. La diseñadora, que intenta estar presente en los eventos de su lugar de origen y no desvincularse de sus raíces, lució orgullosa un traje de flamenca rojo con el que recorrió todos los rincones de la ciudad.
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Con una elegencia innata y a pesar del calor extremo, madre e hija disfrutaron de un paseo en coche de caballos por el Arenal. Un recorrido marcado por sus llamativos trajes llenos de volantes y color. Para esta ocasión, en la que volvía a vestir de flamenca tras varios años sin poder asistir, la protagonista apostó por el color de la elegancia y tradición en un traje lleno de toque moderno hecho por Juana Martín, que se sube a las nuevas tendencias sin perder la identidad y el corte tradicional de un traje.
Es por ello que la empresaria y diseñadora ha acaparado todas las miradas al lucir un diseño que destaca por sus hombros descubiertos, estilo también conocido como off-the-shoulder, tendencia que ya destacó la pasada temporada de otoño-invierno y que llegó para quedarse en las prendas más chic de este verano. En este tipo de diseños, el mantón no es necesario ya que así puede lucirse sin tapar los hombros con el mismo. Una apuesta llena de innovación, sin perder la sofisticación y la elegancia.
A su vez, unas mangas largas que acaban en grandes volantes pomposos y estratégicamente dispuestos para aportar volumen y un gran movimiento al traje, tanto al mover las manos como al caminar. Así es como a pesar de ser entallado, el traje destaca por el acabado de su falda lleno de movimiento debido al gran tamaño de los volantes superpuestos que caen con elegancia hasta rozar el suelo, creando un efecto visual lleno de movimiento al andar, aportando dinamismo al look.
Además de su impecable traje rojo de flamenca, Paloma Cuevas completó su estilismo con una selección de complementos que reforzaban su conexión con la tradición andaluza y subrayaban su buen gusto a la hora de vestir en una cita tan emblemática.
Sobre su recogido, Paloma colocó una gran flor roja, situada en la parte superior de la cabeza, siguiendo el estilo clásico flamenco. El tamaño generoso del adorno y su color a juego con el vestido creaban un efecto armónico y potente, aportando verticalidad al conjunto. En cuanto a las joyas, optó por unos pendientes largos dorados, de diseño vistoso y con caída. Estas piezas, que combinaban brillo y movimiento, añadían un toque de luz al rostro y al look final, elevando el rojo monocromático.
Ambos complementos fueron las piezas perfectas para realzar el conjunto, mantener la elegancia y subrayar la personalidad de una mujer que conoce bien las raíces de su tierra. Y es que Paloma demostró una vez más su gusto por la moda flamenca tradicional, interpretada desde la elegancia y el conocimiento profundo de la estética andaluza.