“La confianza en una misma es el poder”, ha declarado recientemente Kate Winslet a los medios tras su nombramiento como portavoz global del grupo L’Oréal Paris. Sin embargo, nunca tuvo tan grabado a fuego este mantra. Sincera, audaz, rebosante de ingenio, precursora de talento… Veintitrés años después del estreno de Titanic y veinticinco desde Sentido y sensibilidad, los dos títulos que la lanzaron al estrellato, Kate Winslet no solo se ha labrado el clamor de la audiencia y el de la crítica, también se ha convertido en una voz inspiradora para generaciones futuras. Especialmente en sus últimas apariciones, la actriz británica nacida en Reading, un pueblo situado en el condado de Berkshire, ha decidido plantar cara a los estereotipos de Hollywood y apelar al sentido común. Winslet no solo nos ha demostrado a todos que hay que desarrollar la capacidad de honrar al propio cuerpo, sino que también es posible deslumbrar desde la más honesta autenticidad.

En su reciente aclamado papel en la serie Mare of Easttown , que protagoniza y produce, Winslet se mete en la piel de una detective, una mujer normal de 45 años, que es madre y abuela. Pero Mare, o, mejor dicho, Kate, ha traspasado las fronteras de esta brutal e hipnótica entrega policíaca, pidiendo a sus productores ‘la temeridad’ de aparecer sin filtros. Pero ¿por qué querría una actriz como ella enseñar los ‘michelines’ y arrugas propios de la edad?, se preguntarían muchos.

“Sé cuantas arrugas tienen mis ojos, por favor, ponedlas de nuevo”, fueron sus palabras al ver el cartel promocional de su serie, ‘Mare of Easttown’

Si jugáramos a adivinar la respuesta de Winslet, estamos seguros de que probablemente hubiera espetado un: “¿Y por qué no?”. La británica ya ha dejado claro en más de una ocasión que no tiene pelos en la lengua. Por eso, no hay duda de que a la hora de mostrarse ‘al natural’, tras décadas de ser ‘la chica gordita’, no duda más en ser ella misma. “Mare Sheeran es una mujer de mediana edad… Cumpliré 46 en octubre, supongo que por eso la gente ha conectado con este personaje de la manera en que lo ha hecho, porque claramente no hay filtros. Es una mujer imperfecta y en pleno funcionamiento, con un cuerpo y un rostro que se mueven de una manera que es sinónimo de su edad, su vida y de dónde viene. Creo que estamos un poco hambrientos de eso”, declaró Kate en la presentación de su estreno. “Sé cuántas arrugas tienen mis ojos, por favor, ponedlas de nuevo”, fueron sus palabras al ver el cartel promocional de la serie en cuestión, contaba en primera persona a The New York Times.

Winslet fue una de las actrices más jóvenes de la historia en ser nominada al Oscar por su papel en Titanic , pero lo ganó en 2008 por The Reader, y también ha sido galardonada con cuatro Globos de Oro y tres BAFTA. En paralelo a su imparable carrera, ha sido madre de tres hijos, la también actriz Mia Honey (20) y Joe Alfie (18), a quienes tuvo junto a Jim Threapleton y Sam Mendes, respectivamente, y del pequeño Bear Blaze (7), fruto de su actual matrimonio con Ned Rocknroll, sobrino del millonario Richard Branson, a quien conoció cuando ambos sobrevivieron a un incendio en la isla privada de Necker, en el año 2011. Kate es consciente del impacto que genera con sus actos y opiniones. Quizás por ese motivo, en plena era del body positive, las declaraciones de la actriz se han tornado cada vez más libres y reivindicativas.

“Cuando era joven y tenía sólo 14 años, un profesor de teatro me dijo que a lo mejor me iría bien si era feliz conformándome con papeles de chica gorda... ¡Mírame ahora!”, pronunció Kate en su discurso de los Premios Bafta

Kate declaraba a The Guardian haberse sentido ‘tratada con crueldad’ durante años en la prensa sensacionalista. “Era casi ridículo lo traumático, lo crítico y lo directamente crueles que fueron”. “Además -continuó-, esto altera tu percepción de lo que es bonito. Me sentí muy sola. Por la simple razón de que nadie puede prepararte para algo así. Al convertirme en madre, todo eso se evaporó, por suerte”, confesaba la actriz. Pero la revelación sobre este lamentable hecho que sufrió desde los 19 no solo no la debilitó, sino que pulió su actitud y carácter, procesando un respeto solemne y palpable a lo más importante, ella misma. “Cuando era joven y tenía solo 14 años, un profesor de teatro me dijo que a lo mejor me iría bien si era feliz conformándome con papeles de chica gorda… ¡Mírame ahora!”, llegó a pronunciar en su famoso discurso de los premios BAFTA en 2016. A sus 46 años recién cumplidos, Kate Winslet no tiene más que demostrar al mundo, el talento le ha bastado para llegar a todas partes.