Es un roedor sociable, pero debes guardar las distancias
Como ocurre con conejos, chinchillas y hámsters, los degús temen que en cualquier momento un depredador se lance sobre ellos. Están programados para temer a las amenazas ocultas y visibles, por eso nunca están del todo relajados en previsión de que un desenlace fatal acabe con sus vidas. Por ese motivo, no debes tomarte muy a pecho si tu degú parece asustado o demuestra suspicacias cuando tratas de jugar con él. Antes de tocarle debemos tantear si realmente nos autoriza a hacerlo, sino sería contraproducente. De hecho, como ocurre con los conejos, la forma de que salga de su jaula a jugar al exterior no es cogiéndole con la mano y dejándolo fuera, sino abriendo la jaula y esperando a que sea él mismo el que decida salir. Cuidado con cogerlo por la cola pues, como otros roedores y reptiles, está preparado para deshacerse de ella si se sintiera amenazado, desprendiéndose de una parte de su cuerpo muy preciada pues favorece su comunicación y defensa.
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