Moda circular: así cambiará nuestra forma de vestir en los próximos años

El reciclaje textil, el mercado de segundo mano y la sostenibilidad empiezan a cobrar importancia poco a poco

Por Elena M.Medina

El concepto de moda circular se utilizó por primera vez en 2014 en un evento sobre moda sostenible celebrado en Estocolmo. Este término hace hincapié en la necesidad de repensar la forma de producir de una industria de tendencias efímeras con unos ritmos cada vez más acelerados, con el impacto medioambiental que conlleva. Seis años después, parece que cada vez más marcas se suman a esta forma de consumo, aunque a veces cuesta distinguir lo que es una estrategia green washing de marketing de una verdadera voluntad de concienciar a los consumidores. La moda circular tiene como objetivo el reciclaje de tejidos (una reivindicación plasmada en algunos desfiles), reducir los residuos (según la Fundación Ellen MacArthur, especializada en economía circular, cada segundo el equivalente a un camión de basura lleno de ropa se tira a vertederos o se quema), o utilizar sistemas de producción no agresivos con el planeta. Los cambios que los expertos demandan para la industria no solo tienen una razón de ser medioambiental, también podrían jugar a favor de las compañías si se tiene en cuenta que los compradores empiezan a preocuparse cada vez más por la sostenibilidad. Según el buscador de moda Lyst, en un informe presentado a principios de año, las búsquedas que incluían palabras relacionadas con la sostenibilidad aumentaron un 75% interanual. Además, siendo todavía más concretos, señalaron que los tejidos menos contaminantes, como el econyl (nylon reciclado), el algodón ecológico, el Repreve (fibras hechas a partir de botellas de plástico recicladas) o el Tencel (más conocido como Lyocell) también habían visto cómo sus búsquedas crecían de manera llamativa. 

El mantra de Vivienne Westwood 

El famoso mantra de Vivienne Westwood Buy less, choose well, make it last (Compra menos, elige bien, haz que dure) es ya una mentalidad para muchos amantes de la moda que prefieren invertir en una sola pieza de calidad antes que llenar el carrito online con otro par de vaqueros más. En el camino hacia el consumo responsable el mercado de moda de segunda mano atraviesa su mejor momento. Según una encuesta elaborada recientemente por la plataforma de ropa de lujo de segunda mano Vestiaire Collective y la consultora Boston Consulting Group, la crisis sanitaria podría haber acelerado esta cambio de consumo ya que señalan que "un 70% de los encuestados confirmaron su preferencia por productos de segunda mano por razones de sostenibilidad, en comparación con el 62% de 2018". Además, apuntan que la presencia de diseños de segundo mano en los armarios aumentará del 21% al 27% de aquí a 2023. Un interés creciente con el que coincide Cristina, creadora de la tienda vintage @desupadreydesumadre, un proyecto donde esta abogada amante de la moda vende piezas vintage a una comunidad cada vez más grande de seguidores. "Sostenibilidad, exclusividad y calidad, estas tres caracterísitcas definen al mercado de segunda mano y la gente cada vez es más consciente. Creo que hemos ocupado mucho tiempo en desarrollar otro tipo de ropa y esto estaba un poquito abandonado pero ahora va teniendo más fuerza y como está tan bien aceptado cada vez habrá más, yo creo que en los próximos cinco años el mercado de segunda mano va a crecer mucho", nos explica vía teléfono. El mayor acceso que proporcionan las herramientas digitales hacen que sea mucho más fácil que hace unos años dejarse enamorar por la moda vintage.

Ya no hace falta conocerse los templos de la moda de segunda mano -algo que normalmente solo existe en las grandes ciudades- para conseguir piezas únicas. Un tipo de ropa que, además de alejarse del fast fashion, te evita sentir que, hoy en día, todos vestimos comos los demás. "Tengo varios tipos de clientes pero en general es gente que a la hora de vestirse busca una personalidad. El público con el que estoy conectado son personas que adoran la moda y que quieren buscar una prenda diferente, con más calidad" apunta Cristina en este sentido. El buscador Lyst reafirma a través de sus datos esta nueva perspectiva y señala que desde el pasado mes de septiembre se ha registrado un incremento del 104% en las búsquedas de moda online para las palabras relacionadas con "segunda mano". Y añaden que el término "moda vintage" generó más de 35.000 búsquedas mensuales en la plataforma, siendo los bolsos y zapatos (sobre todo zapatillas de lujo) los artículos más buscados.

La explosión del 'recommerce'

Ante el crecimiento de las apps y plataformas para vender ropa de segunda mano (de Vinted a Wallapop, Depop o TheRealReal), muchas marcas han visto una oportunidad de negocio que pueden explotar dentro de su propia firma. ¿Para qué dejar que un usario revenda ropa de mi marca en otra plataforma cuando podría hacerlo desde mi propia web? Algunas ofrecen a sus compradores vender sus prendas y obtener a cambio una remuneración en forma de vale para gastar en esa misma tienda, algo que podría incitar a seguir consumiendo. Por eso, Gema Gómez, fundadora de la plataforma Slow Fashion Next se muestra escéptica con algunas iniciativas de recommerce. "Pocas de estas iniciativas hablan de un concepto clave cuando queremos hacer algo que realmente tenga que ver con sostenibilidad: el concepto de límites planetarios, es decir, aquellos límites que no deberíamos sobrepasar en diferentes áreas como, por ejemplo, la emisión de gases de efecto invernadero o el uso intensivo de la tierra si queremos asegurar la supervivencia de nuestra especie en este planeta. Asociado a este concepto se debería de hablar de un consumo responsable y de que no se necesita comprar tanto. Pocas marcas hablan de esto…".

Una apuesta interesante es la que propone Is Coming, la nueva firma de Constán Hernández, fundador de Intropia. La marca se define como "un proyecto slow fashion basado en la economía circular" con producciones limitadas. La novedad principal es el concepto Buy Back, una iniciativa a partir de la cual el consumidor que compre algún diseño de la firma tendrá la posibilidad de revenderlo en el periodo de un año. De esta manera, el cliente podrá recuperar el 25% de su valor (en forma de descuento para la firma) y la marca apostará por el upcycling destinando la prenda en cuestión al mundo cinematográfico, donde el vestuario tiene muchas veces un peso esencial. 

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La también española Corsicana, fundada por la diseñadora y arquitecta Paula Currás, busca alentar el consumo responsable a través de una versión del made to order. En su última colección, Casa Corsicana, el sello ha introducido dos formas de co-creación con el cliente bautizadas con el nombre Previo y Permanece. La acción consiste en ofrecer al comprador la posibilidad de personalizar online su prenda antes de ser producida y después se podrán modificar para darles una segunda vida. Dejando a un lado las firmas independientes, muchos gigantes textiles también tratan de apostar por el reciclaje de prendas. Uniqlo ha lanzado hace poco Re-Uniqlo para permitir a los clientes alargar la vida de la ropa usada transformándola en nuevas prendas para la marca. La acción se materializará en la chaqueta Recycled Down, confeccionada en su totalidad a partir de plumas recicladas y a la venta el próximo 9 de noviembre. Cos por su parte ha presentado Resell, un espacio digital de reventa de prendas de su marca, de momento disponible solo en Reino Unido y Alemania. El vendedor recibe el 90% del precio de su venta y la marca se queda con el porcentaje restante como comisión, explican desde Cos. El proyecto tiene como objetivo que el sello sea "completamente circular y sostenible". Una meta a la que solo llegarán quienes se tomen en serio esta carrera de fondo.     

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