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Es uno de los grandes males de nuestro tiempo. Ahora que estamos empezando a darle a la salud mental la importancia que realmente tiene, es importante plantearse qué es lo que pasa por la cabeza de una persona con ansiedad. Lo cierto es que hay que poner un poco de luz sobre una patología que afecta a muchas personas.

Y el primer paso es valorar cuáles son los síntomas que nos delatan que podemos sufrir un cuadro de ansiedad. “La gente siempre suele creer que el cuadro de ansiedad viene de repente, y si bien como tal intensidad así es, hay algunos indicios que nos pueden orientar, como mínimo, a que no vamos bien”, nos cuenta Laia Giménez Gori, especialista en Psicología y miembro de Top Doctors.

 

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Señales para estar alerta

La experta nos los resume en los siguientes:

-La respiración se suele volver muy superficial, respirando pectoralmente; en general, es una respiración muy superficial, corta y rápida, que suele generar mayor estrés.

-Luego viene acompañado de palpitaciones o elevación de la frecuencia cardíaca.

-Sensación de ahogo y opresión en el pecho.

-Puede haber temblores, hormigueo, mareo, náuseas

“La verdad es que hay muchos síntomas que pueden estar asociados a un cuadro de ansiedad, si bien puedes tener el cuadro sin que estén presentes todos los síntomas, y eso es algo que suele confundir a las personas, ya que en unas ocasiones pueden tener unos síntomas y en otras, otros”, nos resume.

 

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En busca de las causas

La pregunta, claro está, es por qué suelen producirse estos cuadros. “La psicología que hay detrás de los cuadros de ansiedad es compleja y simple a la vez: aunque el individuo no se dé cuenta, está viviendo en lo que llamamos estado de supervivencia, puede ser que se sienta amenazado, inseguro o muchas otras cosas que le llevan a vivir con el sistema nervioso alterado”, nos dice.

Y nos lo detalla con ejemplos: a nivel físico, el cuerpo lo vive como una amenaza, y tiene que protegerse de ella. Imagínate que estás en la selva africana, y ves un león. Te vas a sentir amenazado y vas a tener todos los síntomas que hemos dicho anteriormente, pero lógicamente, en esa situación pueden salvarte la vida. Todo tu cuerpo se está preparando para luchar o huir. Sube la frecuencia cardíaca, la sangre se va a las extremidades, todo te prepara para que tomes acción.

Sin embargo, cuando estás en la calle, o en el metro o en una fiesta, y sientes los mismos síntomas, no entiendes nada. Porque desde tu lógica, no hay amenaza. Pero el cuerpo lo siente como real. “Uno de los procesos terapéuticos efectivos, no es solo contener y tener herramientas para controlar la ansiedad cuando llegue, sino entender de qué se está huyendo”, añade.

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Personas con más riesgo

Tenemos ya claros los rasgos que pueden indicarnos que hay un problema, pero le preguntamos a la psicóloga si hay personas con más riesgo de sufrir un cuadro de ansiedad. “Sí. Hay algunos perfiles. En general, las personalidades ansiosas tienen más facilidad, porque su forma de entender el mundo se relaciona con esa sensación de estar alerta, de amenaza o con falta de autoconfianza para afrontar ciertas actividades. Luego dependerá de otros rasgos, como el histrionismo, que puede potenciar todavía más las probabilidades”, nos detalla.

“En general afecta más en mujeres. Ellas son más vulnerables a desarrollar estos trastornos (unas 2 o 3 veces más que los hombres), esta diferencia posiblemente se deba a factores biológicos, sociales, ambientales y psicológicos; en general, las mujeres suelen buscar más ayuda u orientación a nivel profesional”, nos dice.

 

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Preguntas más frecuentes

Llegados a este punto, abordamos la clave que nos ocupa: cuáles son, en la consulta, las preguntas más frecuentes que hacen los pacientes con ansiedad. Y le preguntamos a la experta, basándose en su propia experiencia.

“Las preguntas más frecuentes que me encuentro en la consulta son las siguientes”, nos explica:

  1. ¿Por qué me pasa esto?
  2. ¿Por qué no puedo controlarlo?
  3. ¿Me voy a curar?
  4. ¿Cuánto tiempo suele durar el tratamiento?
  5. ¿Es un problema hereditario?
  6. ¿Tengo que dejar de ir a trabajar y coger la baja?
  7. ¿Tengo solución?
  8. ¿Por qué hay personas que no tienen nunca ningún cuadro de ansiedad y yo no puedo controlarlo?
  9. ¿Puedo morirme en un ataque de ansiedad?
  10. ¿Puedo desmayarme?

 

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Una sensación de desánimo

Lo cierto es que, al margen de las preguntas, lo que los psicólogos perciben es una sensación bastante concreta. “Aun así, en general, más que preguntas, la persona viene muy desanimada, con una sensación de no poder salir de ese estado, con una visión bastante pesimista del futuro, como si no tuviera solución. Aunque la esperan, tienen miedo de que no tenga solución, lo cual retroalimenta la ansiedad”, nos explica la especialista de Topdoctors.

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Recurrir a terapia

Por ello, toca ponerse manos a la obra para abordar el problema y buscar soluciones. “En las sesiones se trata de dar psicoeducación respecto al problema, técnicas y recursos para contener la ansiedad, y entender qué le está diciendo esa sintomatología. Yo siempre digo que la ansiedad es un mensajero, es nuestro cuerpo intentando expresarse de la forma que sabe para que podamos mejorar ciertos aspectos de nuestra vida. Cuando la persona entiende dónde está el conflicto, es más fácil hacerle frente. Además, existen algunas técnicas de vanguardia, como reprogramación del subconsciente, EMDR, EFT, y otras, que ayudan a que los procesos de mejora sean más rápidos”, matiza.

 

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Cómo afrontar la ansiedad

¿Cuáles son los pasos que se deben seguir cuando se tiene ansiedad? La psicóloga lo tiene claro: “Lo primero, calmarse. Es fácil de decir, no tanto de hacer. El cerebro responde a las directrices que recibe. Si te estás diciendo ‘me voy a morir’ la información que el cerebro manda a todo tu cuerpo, lógicamente, es de estrés, con lo cual, los síntomas van a empeorar, no mejorar”, nos cuenta. Y añade que una de las primeras claves para contener la ansiedad es aprender técnicas de respiración. “Respirar con las manos tapando boca y nariz o dentro de una bolsa, es una manera de equilibrar el nivel de oxígeno y CO2 en el cuerpo”, sugiere.

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El 'mindfulness', buen aliado

Y aún podemos encontrar más aliados. No son pocos los estudios que avalan la utilización de técnicas como la meditación para tratar de prevenir episodios de ansiedad. La experta recomienda aprender técnicas de mindfulness, algunas de ellas son el grounding y el abrazo de mariposa. "La ansiedad se relaciona con tener la mente en otra parte constantemente. Todo lo que te impulse a estar más conectado al presente te ayudará. Asistir a algunas sesiones con un psicólogo especializado también es una recomendación muy importante porque te dará técnicas más personalizadas y concretas según el caso, además de recordar que es importante entender el conflicto de base. Ante todo, no cronificar los síntomas. Si ves que no se diluyen, busca ayuda; de lo contrario se llega a creer que es imposible de solucionar, y no es cierto”, concluye.

 

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