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La psicología nos ayuda a gestionar nuestras emociones, a mejorar la autoestima, nos proporciona herramientas para lidiar con los problemas o con las crisis a manejar mejor el estrés... en definitiva, pese al estigma, recurrir a una terapia psicológica no solo está indicado cuando tenemos un trastorno, hemos sufrido un revés, estamos atravesando un duelo o tenemos una enfermedad mental.

Buscar la ayuda de un psicólogo es muy recomendable si queremos entendernos y conocernos mejor y tener mejor bienestar. Sin embargo, son muchas las personas que rehúsan la terapia por miedo al 'qué dirán', porque piensan que no lo necesitan o les resulta difícil acudir a la consulta. Para estos últimos, la terapia online es un excelente recurso. Incluso existe la modalidad de chat, una manera más sencilla de hablar con nuestro terapeuta sin estar pendiente del reloj. Rafael San Román, de iFeel nos explica las ventajas y los inconvenientes de este tipo de terapia. Pero antes, nos aclara cuándo es conveniente que busquemos el apoyo de un experto. 

 

¿Cuándo acudir al psicólogo?

Hay dos posibilidades básicas. La más “agradable” es la de aquellas personas que, sin encontrarse mal o tener problemas graves, sí sienten la intuición de que les gustaría desarrollar más algún área, consultar sobre alguna inquietud, mejorar ciertas cosas que no acaban de convencerles de sí mismas con la ayuda de un profesional, pero “sin dramas” o prisas. Lo hacen por su propio desarrollo y crecimiento. 

La otra posibilidad es la más habitual: la persona siente que, desde hace mucho tiempo o bien por algún suceso reciente o que se avecina, tiene dificultades de algún tipo con sus relaciones, sus hábitos, su estado de ánimo, su identidad, su autoestima, etc. y no entiende por qué, o no sabe encauzar esa situación por sí misma y necesita la ayuda de un profesional. 

En cualquier caso, es bueno hacer terapia cuando, por su frecuencia, intensidad o duración, lo que nos ocurre está teniendo consecuencias negativas en nuestro bienestar, funcionamiento en las responsabilidades del día a día o relaciones interpersonales. 

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Y si no queremos ir, ¿podemos recurrir a una cita online? 

Por supuesto. Aunque no es nuevo, el formato de terapia psicológica online está cada vez más desarrollado y extendido, un ejemplo de ello es la plataforma de ifeel. Muchas personas no disponen de tiempo para desplazarse hasta la consulta de un psicólogo, o no hay ninguno cerca de donde viven, o tienen problemas de movilidad, u otra circunstancia que les impide realizar una psicoterapia presencial. Otras personas, sencillamente, no desean tener ese tipo de interacción con su terapeuta y se sienten más cómodas con un formato online. 

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¿Cuáles son las ventajas de la terapia online por videollamada?

Ahorro de tiempo (y, por tanto, posibilidad de encajarlo mejor en la agenda diaria), ahorra casi un 50% de dinero en relación con la terapia presencial, promueve la privacidad (nadie me ve salir de casa para ir a la consulta, ni nadie me ve entrar o estar en una consulta, puedo ahorrarme explicaciones), posibilidad de acceder a un psicólogo adecuado para mi caso cuando no vivo cerca de ninguno o no lo tengo accesible (o bien vivo en el extranjero y no hay ningún psicólogo cerca que hable mi idioma), posibilidad de realizar la terapia en mi propio espacio (mi salón, mi habitación, mi despacho)...

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Si aún así nos sentimos incómodos, ¿podríamos hacer la terapia por chat? 

Por supuesto. "Muchas personas no desean (al principio de la terapia o bien en ningún momento) interactuar cara a cara con su terapeuta, ya que por alguna razón les supone un tipo de interacción demasiado intensa o que les requiere un nivel de compromiso o exposición que no desean tener (por timidez, por desconfianza, porque son personajes públicos y no desean ser reconocidos…)", indica Rafael San Román.  

Nos explica que el tipo de terapia por chat asincrónico que ofrece en su plataforma (con comunicación diaria pero no en forma de sesiones de horario pautado) en lugar de las videollamadas puede ser una buena manera de realizar un proceso terapéutico y, además, permite que todo el contenido quede escrito y se pueda seguir repasando y profundizando sobre él tiempo después. 

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¿Cuáles son sus ventajas y cuáles los inconvenientes? 

Las ventajas del chat asincrónico (en el que paciente y terapeuta se comunican por escrito de lunes a viernes pero no en forma de sesiones, sino en momentos diferentes) son que permite un nivel de anonimato total (no se ve la cara, ni se oye la voz ni se tiene por qué dar el nombre verdadero si no se desea). 

No compromete a un horario concreto, lo cual para algunas personas muy ocupadas resulta muy beneficioso. 

Todo lo que se habla queda recogido por escrito para el paciente y su terapeuta (solo para ellos) por lo que pueden volver a ese contenido con facilidad. 

La escritura es una herramienta muy útil para que algunas personas verbalicen con mayor facilidad y profundicen en su experiencia interna de una manera diferente a cómo sucede con la espontaneidad del habla oral. Al contrario de lo que sucede con las sesiones semanales, el paciente no tiene que esperar una semana hasta obtener una respuesta de su terapeuta o hasta poder consultarle algo, sino que puede hacerlo con mucha mayor fluidez. 

Inconvenientes:

Los inconvenientes estarían relacionados con la ausencia de una interacción inmediata (como sucede en las sesiones) a través de la cara y la voz del terapeuta, que aportan otro tipo de presencia. No obstante, son inconvenientes que, existiendo, quedan por debajo de las ventajas para aquellas personas que optan por el chat en nuestra plataforma.

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¿En qué consisten las sesiones de terapia por chat?

Escritura libre. Existen diferentes modalidades en función del centro que ofrezca este servicio. San Román, de ifeel nos explica que en su caso permiten que el paciente escriba siempre que quiera (sin límite de horarios o de espacio y con posibilidad de volver al chat y añadir nuevas cosas que se le ocurran) sabiendo que su terapeuta le contestará al menos una vez al día de lunes a viernes con todos los comentarios y pautas que corresponda hacerle en cada momento. 

Ausencia de horarios. Por tanto, paciente y terapeuta tienen la posibilidad de comunicarse a diario de lunes a viernes pero ninguno de los dos está comprometido a un horario: no tienen que cuadrar un hueco en sus agendas para conectarse a la vez porque no realizan sesiones, sino que se van leyendo y escribiendo mutuamente según lo van decidiendo. 

Previsión. Para aportar un mayor orden, el terapeuta sí toma una mayor responsabilidad sobre el encuadre de la comunicación (como no puede ser de otra manera): le indica al paciente el número aproximado de veces que le escribirá cada día y la franja horaria aproximada en que lo hará. Esta previsibilidad aporta seguridad al paciente. 

Evitar la incertidumbre. Para que una terapia con este sistema sea efectiva el paciente tiene que entender que su terapeuta le indica cuándo se conectará para leerle y contestarle para que él sepa cuándo sucederá sin tener la incertidumbre sobre cuándo obtendrá respuesta, pero no para conectarse en ese momento al chat y tratar de tener una conversación en tiempo real que no está prevista. 

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¿Cómo saber que la terapia por chat no es adecuada para nosotros? 

La terapia por chat está demostrando ser muy útil para muchas personas en multitud de situaciones diferentes. No obstante, aquellas personas que tienen una necesidad alta de contacto y apego con su terapeuta, o que no están preparadas para respetar las pautas del chat asincrónico, o que presentan un motivo de consulta relacionado con adicciones, conductas compulsivas o un alto grado de angustia es mejor que acudan como mínimo a un formato de sesiones por videollamada, donde podrán tener una contención más potente por parte de los psicólogos aunque sea solo una vez por semana.

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