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Normalmente  en estas fechas del año, nos gusta pensar en buenos propósitos para cambiar intenciones y fijar nuevos objetivos de cara a los 12 meses que están por delante. Y uno de esos objetivos puede ser tratar de desconectar más a menudo, dejar el móvil de lado y alejarnos de la presión de los mensajes, los correos, los chats y las redes sociales.

 

Pero, como pasa con muchos propósitos de año nuevo, no siempre se cumplen.  “Lo hacemos de forma recurrente año tras año, a pesar de saber que en muchas ocasiones esos objetivos no se cumplirán. Eso supone frustración por no poder lograrlos y por ello tras todo lo que hemos pasado con la pandemia, tal vez lo mejor sea no fijarnos ningún objetivo ni propósito de año nuevo. Así podremos estar más tranquilos y poner el foco en cambiar nuestra intención. La diferencia entre un objetivo y una intención es que el objetivo busca lograr resultados concretos mientras que la intención es la manera en la que afrontamos cada día”, nos cuenta la coach Coco Brac de la Perrière, colaboradora de la app de meditación Petit BamBou, quien nos explica que el mindfulness puede ayudarnos en esta tarea.

 

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Marca bien tus intenciones

  • La intención principal sería calmar la mente, y ello pasa por sentarnos en un lugar ´como y tranquilo, cerrar nuestros ojos y respirar a nuestro propio ritmo al menos durante 10 minutos al día.
  • Una segunda intención podría ser la premisa de “menos pensar y más sentir”, porque pensar nos llena la cabeza y sentir nos permite conectarnos con el cuerpo, y este nos da mucha información.
  • La tercera intención es conectar aún más con nuestro corazón, ya que este no tiene mismo idioma que la cabeza. Entonces, cuando estemos estresados, alterados o enfadados, sabremos cómo conectar rápidamente con nuestras emociones para sacar la alegría y hacer desaparecer la ansiedad.
  • La última intención sería preguntarse cada día cuándo fue la última vez que has hecho algo por la primera vez.
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Dosificar el uso de las redes sociales

Uno de los objetivos, como decíamos, puede ser vivir con una menor dependencia de las redes, marcando distancia. ¿Cómo podemos 'desintoxicarnos' en este año nuevo de esa hiperconexión?

-Las claves o estrategias que podemos hacer para cambiar y pasar de la hiperconexión al bienestar digital podrían pasar por eliminar de nuestro teléfono todas aquellas aplicaciones que no sean esenciales para nuestra vida.

-Además, podemos programar límites de tiempo de las redes sociales para controlar de manera consciente la cantidad de minutos u horas que dedicamos en ellas. Otra cuestión importante sería que, cada vez que estemos mirando la pantalla durante dos horas continuadas, levantemos la vista y el cuerpo. Debemos movernos y relajarnos.

-También podemos decidir dedicar solo una tiempo determinado al día para responder a correos mensajes, solo focalizándonos en eso, por ejemplo durante una hora. Cuando estemos en un espacio con otras personas, ya sea conversando o comiendo, deberíamos desactivar las notificaciones de otros sitios, así como poner el móvil en silencio, modo avión o incluso en otra estancia. Las pantallas no deberían estar siempre con nosotros.

-Los fines de semana podemos decidir no usar pantallas de ningún tipo durante algunas horas.

-Ahora que el teletrabajo es tan importante debemos tener buenos hábitos como, por ejemplo, que cada vez que estamos más de una hora sentados sin movernos de la pantalla, nos levantemos y quitemos la mirada de la pantalla, descansar nuestras manos etc.

 

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¿Qué señales nos pueden indicar que necesitamos un 'descanso' digital?

Cuando necesitamos un descanso en cualquier otra actividad que suponga esfuerzo, nuestro cuerpo nos lanza señales. Pues tal y como nos explica la experta, también en el caso de un uso excesivo del móvil hay signos que pueden indicar que necesitas parar: señales corpóreas como cuando nos pican los ojos o los dedos, también el dolor de espalda o el cuello nos pueden indicar que necesitamos un detox digital. Pero es que, además, vemos que la concentración se hace imposible y nuestra respiración es cada vez más corta porque nos encontramos más cansados. Todo ello hace que aumenten nuestros niveles de estrés y que nos sea imposible estar presentes

Estas señales te indican que tienes que reconectar con tu tiempo, tus sensaciones y dejar la pantalla y el móvil de lado.

 

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¿Cuáles son las claves que tenemos que tener en cuenta para hacer una 'desintoxicación digital'?

La experta parte de la base de que hemos pasado un año complicado con la COVID-19 y nuestra nueva normalidad supone pasar mucho tiempo delante de las pantallas.  Pero al igual que en el resto de cuestiones de la vida, a veces es necesario desintoxicarnos de hábitos, lugares y personas. Es por ello que debemos focalizarnos en precisamente lo contrario: aquello que nos hace bien.

"Nuestra salud y bienestar dependen de nuestras decisiones diarias y eso pasa por decidir si queremos pasar tanto tiempo frente algo como las pantallas, que está muerto, o relacionándonos en el mundo real de forma consciente. Porque de la misma manera que hay alimentos que nos ayudan a desintoxicar el cuerpo también funcionan algunas cuestiones para desintoxicar el cuerpo de las pantallas. Primero, es muy importante dejar las redes sociales apartadas por un momento", apunta.

 

Además, incide en que es importante volver a muscular el contacto visual, tenemos el hábito de mirar durante todo el día las pantallas, pero hemos perdido la costumbre de mirar a los ojos a las personas que nos rodean. Debemos cambiar eso. También podemos sacar unos minutos cada día, para acercarnos a nuestro entorno. "Generalmente, solemos escribir un mensaje a través de Whastapp u otra plataforma para preguntar u organizar alguna cuestión pero, ¿cuándo llamamos a nuestros familiares, amigos o conocidos para preguntar cómo están sin motivo, solo por saber de ellos? Es muy gratificante recibir una llamada, simplemente, para saber cómo estás", sugiere.

 

Por último, nos cuenta que hay que ser conscientes de que a veces somos esclavos de los mecanismos químicos de recompensa que activan nuestro cuerpo cuando recibimos un like o comentario en redes sociales. Debemos decidir que hay otras maneras de tener recompensas mucho más importantes, que deberían causarnos más satisfacción y que pasan, precisamente, por la gratitud con lo que ya poseemos.

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