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No hay duda: hay una serie de hábitos que contribuyen a mejorar nuestra calidad de vida e, incluso, a hacer que cumplamos más años. Y es que son muchos los estudios que vinculan el estilo de vida con la prevención de determinadas enfermedades. Uno de los más recientes ha sido llevado a cabo por Frank Hu, de la Harvard School of Public Health, que explica cómo aquellas mujeres norteamericanas de 50 años que siguen unos hábitos saludables tienen 10 años más de esperanza de vida que las que no lo hacen. Una década extra por cambiar o adoptar determinadas costumbres en nuestro día a día. No es extraño que la medicina se vuelque en la promoción de estos hábitos. Tanto es así, que el Gobierno de la Comunidad de Madrid se plantea que los médicos puedan prescribir como tratamiento la realización de ejercicio físico, para fomentar una región más activa y más saludable.

Y estos cambios deben incorporarse desde la infancia, para que los niños los asuman como algo propio, los normalicen y los incorporen sin problemas a su día a día. “El estilo de vida saludable debe promoverse desde la infancia y fomentar desde la escuela”, apunta el doctor Ramón Gomis, endocrinólogo y director de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC. 

 

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1. Cuida lo que comes

Es uno de los pilares fundamentales de esta estragegia saludable. Y es que el somos lo que comemos cobra cada vez más sentido. “Adquirir buenos hábitos nutricionales consiste en ingerir una proporción de alimentos que nos permita un desarrollo adecuado y la prevención de enfermedades como las cardiovasculares, la obesidad y la diabetes”, afirma el profesor Gomis. Y es que la dieta tiene un papel importante en el desarrollo de determinadas enfermedades como todas aquellas relacionadas con la salud cardiovascular o determinados tipos de cáncer. De hecho, seguir unos hábitos saludables permitiría evitar la mitad de los cánceres gástricos y un 37 % de los de colon. Cifras nada desdeñables, sin duda.

 

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2. Incorpora el deporte a tu vida

Hay que apostar por una vida activa, en la que el deporte entre a formar parte de nuestra filosofía vital. Y es que además de aportarnos beneficios para nuestra silueta y ayudarnos a liberar el estrés, también tiene un efecto positivo a la hora de prevenir enfermedades cardiovasculares. Pero aún hay más: según el neurocientífico Diego Redolar, de la UOC, también genera resistencias contra el Alzheimer. “Actualmente se lleva una vida demasiado sedentaria y es fundamental modificar este hábito”, considera el endocrinólogo Ramón Gomis.

 

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3. Tabaco, alcohol y drogas fuera

No le aportan nada bueno a nuestra salud. Por eso, lo mejor es mantener estos componentes tóxicos alejados. “Se ha avanzado mucho en la lucha contra el tabaco, pero todavía hay mucho trabajo por hacer”, afirma el doctor Ramón Gomis. En relación al consumo de alcohol y las drogas, hay que abordar el problema entre los más jóvenes. “El cerebro de los adolescentes es más vulnerable a los efectos adictivos del alcohol y otras drogas durante el periodo de neurodesarrollo”, explica Marina Bosque, profesora de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC y coordinadora del Grupo de Trabajo sobre Alcohol de la Sociedad Española de Epidemiología. Un punto más a tener en cuenta: en España mueren centenares de personas cada año debido a los accidentes de tráfico y en muchos de ellos están implicadas las drogas y el alcohol.

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4. Una vida con menos estrés

Es uno de los males de nuestro tiempo. Vivimos deprisa, no llegamos a todo y el estrés se apodera de nosotros en más ocasiones de las que pensamos. “Hay que intentar evitarlo, porque el estrés crea muchos problemas vinculados a la depresión, a la ansiedad, y también a enfermedades cardiovasculares y endocrinas”, explica Ramón Gomis. Su colega Diego Redolar también lo relaciona con problemas de crecimiento y enfermedades autoinmunes.

 

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5. Un buen descanso, fundamental

Relacionado con el estrés del punto anterior se encuentra el sueño. En general, dormimos menos de lo que necesitamos. “Nos equivocamos cuando pensamos que no necesitamos dormir. Además, en el caso de los niños los hábitos son muy importantes, y no es buena idea que el fin de semana vayan a dormir mucho más tarde que de costumbre”, apunta el profesor Gomis, que matiza que los hábitos pueden flexibilizarse, pero solo hasta un cierto punto, y que la clave es aprender a dormir.

 

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6. Las vacunas, imprescindibles

Salvan vidas. Lo han demostrado a lo largo de los años. Por eso, las vacunas se convierten en una garantía que aumenta nuestra esperanza de vida. “Las vacunas han tenido un impacto muy importante en la mejora de la salud y no podemos bajar la guardia con el hábito de la vacunación”, considera Ramón Gomis, que cita situaciones como el brote de sarampión en Ucrania del año pasado, con más de 30.000 personas afectadas en Europa. “Son situaciones que se tienen que evitar”, afirma. No hay que olvidar, por ejemplo, la incidencia de una vacuna reciente, como la del virus del papiloma, que ha contribuido a disminuir las cifras de cáncer de cuello de útero. Y queda camino por recorrer, pues  “se están desarrollando nanovacunas que pueden ser importantes para enfermedades neurodegenerativas, metabólicas y para el tratamiento del cáncer a través del sistema inmunitario”, tal y como explica el doctor Gomis.

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7. Un planeta enfermo, mal aliado de nuestra salud

Nuestra salud depende, en gran medida, de la salud de nuestro entorno. Un planeta enfermo acaba siendo un gran condicionante para nuestro bienestar. Solo hay que pensar, por ejemplo, en que los casos de cáncer aumentarán en un medio ambiente cada vez más contaminado, como el que nos rodea en la actualidad. “Es imprescindible que aprendamos a cuidar el planeta para mejorar nuestra salud, y que estos hábitos los adquiramos ya desde muy pequeños, en la escuela”, concluye, apuntando, de nuevo, a la importancia de fomentar esos hábitos en los niños.

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