Amadrinar a un niño es una modalidad cada vez más extendida. Se trata de una donación que ronda los veintitrés euros mensuales y que se destina a una comunidad determinada. En la mayoría de los casos, el dinero es destinado a un fondo común de desarrollo que decide cómo invertir y a qué familia ayudar primero. Es una idea de economía colaborativa, donde todos los habitantes se puedan ver beneficiados.