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Legumbres

Son ricas en zinc, que contribuyen al normal funcionamiento del sistema inmunitario; tienen un alto valor nutricional, aporte de fibra y bajo contenido en grasas. A mediodía una buena opción podría ser combinar una legumbre, con cereal y verduras. Por ejemplo: lentejas estofadas con verduras y arroz.
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Atún, salmón…

El pescado es una magnífica fuente de selenio, que ayuda a proteger las células de los radicales libres. También contiene vitamina D, cuya fuente principal es el sol, que en otoño e invierno escasea más. Por tanto, los alimentos ricos en vitamina D ayudan a suplir esa carencia. Que no falte como ingrediente en tus ensaldas y sándwichs que llevas al trabajo.
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Yogur

Los yogures son un probiótico natural y son esenciales para una defensa inmunitaria adecuada. “La flora microbiana de nuestro intestino es esencial para que generemos una inmunidad adecuada, ya que el intestino contiene el 70% del conjunto de las células inmunitarias de nuestro organismo”, explica el Dr. Carlos Jarne, del laboratorio Ysonut.
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Algas

Nos aportan un mineral fundamental en nuestra alimentación, como es el zinc, especialmente importante en esta época del año en la que conviene consumir alimentos que refuercen el sistema inmunitario y nos ayuden a combatir gripes y catarros. Además, nos ayudan al control del peso.
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Infusiones de equinácea, tomillo o sauco

Refuerzan y estimulan el sistema inmunitario. La equinácea previene infecciones de las vías respiratorias superiores (nariz, garganta, laringe) y ayuda a reducir la duración y la gravedad de los síntomas de la rinitis (secreciones nasales, garganta irritada, congestión, dolor de cabeza, escalofríos…). El tomillo, por su contenido en antioxidantes, tiene efectos antimicrobianos y desinfectantes, y es recomendable en caso de tos, bronquitis y dolores de garganta. El saúco, reconocido por la OMS para el tratamiento de resfriados, está indicado en el inicio del proceso para combatir la tos y luchar contra la fiebre, gracias a sus micronutrientes antioxidantes.
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Frutas y verduras con vitamina C

Algunas frutas y verduras de temporada nos pueden ayudar a evitar posibles resfriados gracias al extraordinario aporte de vitamina C –la ingesta recomendada por la EFSA (órgano europeo de seguridad alimentaria) es de 200 mg diarios para obtener todos los beneficios-. Lo encontramos en mandarinas, kiwis, caquis, manzanas, naranjas, plátano o uvas.
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Sopas y caldos

Ante la bajada de las temperaturas, el cuerpo nos pide platos ‘de cuchara’ para calentar el organismo. Alimentos como el apio, las espinacas, las setas… y otros alimentos que, como decíamos, contienen hierro y zinc, le aportan al caldo un beneficio antiinflamatorio. Sin embargo, evita los que sean ricos en grasas. “La diferencia calórica que nuestro organismo gasta de una estación a otra es mínima, por lo que no es necesario un aporte extra, ya que además nuestra alimentación habitual ya sobrepasa ligeramente las calorías que necesitamos”, explica Natalia Galán, nutricionista de Sanitas.
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