Cada 22 de diciembre, millones de personas miran la pantalla con una mezcla de esperanza y nervios. ¿Y si me toca? ¿Y si mi vida cambia para siempre? ¿Y si el número que he jugado es el Gordo? Ganar la lotería sigue siendo uno de los grandes mitos de la felicidad moderna. Decimos mito porque la psicología lleva años advirtiendo de que el dinero, cuando llega de golpe, no siempre trae calma. A veces trae justo lo contrario: ansiedad, conflictos, decisiones impulsivas y, en muchos casos, ruina.
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“La gente cree que el problema es no tener dinero, pero muchas veces el verdadero terremoto psicológico llega cuando lo tienes de golpe y no sabes qué hacer con él”, explica la psicóloga Lara Ferreiro, especializada en relaciones, autoestima y procesos vitales complejos. De hecho, existe un nombre para este fenómeno: el síndrome de la riqueza repentina.
“Lo sufren personas a las que les toca la lotería, futbolistas que firman un gran contrato, herederos inesperados o cualquiera que recibe una gran cantidad de dinero en muy poco tiempo”, señala. Y lanza una frase que desmonta muchos mitos: “La felicidad económica tiene fecha de caducidad. Dura, como mucho, unos 90 días”.
La felicidad económica dura 90 días (o menos)
El primer impacto de un premio millonario es casi siempre el mismo. “Hay un pico brutal de dopamina, la hormona del placer. Es euforia pura. El cerebro entra en modo recompensa total”, explica Ferreiro. Es el subidón: viajes soñados, cenas, regalos, sensación de libertad absoluta.
Pero ese estado no se sostiene. “Después llega lo que llamamos el crash, la bajada. El cerebro se adapta muy rápido al nuevo nivel de riqueza, lo que en psicología conocemos como adaptación hedónica”, aclara. Es decir, lo extraordinario se convierte en normal antes de lo que imaginamos.
“Los estudios muestran que, pasados unos tres meses, la mayoría de ganadores vuelve a su nivel previo de felicidad. Incluso algunos están peor que antes”, afirma. Por eso insiste: “El dinero ayuda a resolver problemas, pero no construye bienestar emocional a largo plazo”.
La gente cree que el problema es no tener dinero, pero muchas veces el verdadero terremoto psicológico llega cuando lo tienes de golpe y no sabes qué hacer con él
¿Por qué ganar mucho dinero de golpe puede desestabilizar a una persona?
Porque no estamos preparados psicológicamente para ello. “Lo primero que aparece es lo que llamamos sobrecarga económica. Tener demasiado dinero también es una fuente de estrés”, explica Ferreiro. De repente hay que decidir qué hacer, en quién confiar, cómo invertir, a quién ayudar y a quién no.
“Hasta un 40 % de las personas que reciben grandes sumas de dinero se sienten abrumadas”, señala. A eso se suma algo aún más profundo: la ruptura de la identidad. “De repente ya no sabes quién eres. Tu rol social cambia, tu estatus cambia y tu relación con los demás también”.
Empiezan las dudas: ¿me quieren por mí o por mi dinero? “Aparece una paranoia social muy clara. Se incrementa la desconfianza y, en muchos casos, el aislamiento”, explica. No es raro que surjan ansiedad, insomnio e incluso síntomas depresivos.
“Más dinero no significa más tranquilidad. Muchas veces significa más miedo: miedo a perderlo, a equivocarte, a decepcionar”, resume.
Ganar la lotería aumenta la ansiedad financiera, aunque parezca contradictorio. También aumenta las conductas de riesgo. Los ganadores de lotería tienen más probabilidades de aumentar el consumo de alcohol y drogas durante los cinco primeros años
Las fases psicológicas de la riqueza repentina
Según Lara Ferreiro, este proceso suele repetirse con bastante frecuencia y atraviesa varias etapas:
“El primer momento es el shock. No te lo crees. Luego viene la euforia, la fantasía de que todo va a cambiar”, explica. Después aparece el estrés, cuando empiezan las decisiones complejas. Más tarde, la fase de administración del dinero y, finalmente, la construcción de una nueva identidad.
“El problema es que muchas personas se quedan atascadas en la euforia o toman decisiones importantes antes de llegar a la fase de reflexión”, advierte.
¿Qué cambios psicológicos aparecen tras un premio millonario?
Los cambios afectan a muchas áreas de la vida. “Aumenta la ansiedad financiera, aunque parezca contradictorio”, señala Ferreiro. También pueden aparecer conductas de riesgo.
“Los ganadores de lotería tienen más probabilidades de aumentar el consumo de alcohol y drogas durante los cinco primeros años”, apunta. No porque el dinero lo provoque, sino porque elimina límites.
“Cuando todo es accesible, el cerebro pierde referencias. Se activa el núcleo accumbens, relacionado con la impulsividad y la gratificación inmediata, y la parte racional, el lóbulo prefrontal, pasa a un segundo plano”, explica.
Aparecen gastos compulsivos, inversiones sin analizar, compras para agradar a otros o para compensar carencias pasadas. “El dinero actúa como un acelerador emocional. No te cambia, te magnifica”, resume.
Hasta el 40% de los ganadores de la lotería experimentan una crisis de identidad porque el yo anterior y el yo millonario no encajan bien
¿Por qué el dinero favorece decisiones impulsivas y sin control?
Porque genera una sensación de invulnerabilidad. “Muchas personas piensan: ahora puedo con todo, nada puede salir mal”, explica Ferreiro. Ese exceso de confianza lleva a subestimar riesgos y a tomar decisiones rápidas.
Además, el dinero reduce momentáneamente el estrés. “Gastar baja el cortisol y sube la dopamina. Por eso comprar engancha”, explica. El problema llega cuando ese patrón se convierte en un estilo de vida.
“Internet lo ha complicado todo. Gastar hoy es inmediato, invisible y sin fricción”, añade la psicóloga, que también es autora del libro Ni un capullo más, donde aborda precisamente cómo poner límites y reconstruir la autoestima.
Cómo afecta el premio a la identidad y a la autoestima
Aquí está uno de los puntos más delicados. “Hasta el 40 % de los ganadores experimenta una crisis de identidad”, señala Ferreiro. El yo anterior y el yo millonario no encajan bien.
“La autoestima se vuelve inestable porque el estatus no se ha construido, ha llegado por azar”, explica. En algunos casos aparece culpa: no lo merezco, otros lo necesitan más. En otros, ocurre lo contrario: narcisismo económico.
“Personas con autoestima frágil pueden sentirse superiores de repente. El dinero tapa inseguridades, pero no las resuelve”, advierte.
Por eso insiste en la importancia del propósito. “El dinero no sustituye valores ni sentido vital. Si no sabes quién eres antes, el dinero te descoloca más”.
El papel del entorno: cuando el dinero no viene solo
El entorno puede ser un gran apoyo… o un factor de ruina. “Hasta un 50 % de los conflictos tras ganar la lotería son familiares”, explica Ferreiro. Aparecen presiones, expectativas y reproches.
“Págame esto, invierte aquí, cómprate aquello… El entorno celebra el lujo y empuja a gastar”, señala. A veces por entusiasmo, otras por interés.
“Surgen relaciones instrumentales. Gente que se acerca por lo que tienes, no por quién eres”, advierte. Y añade: “Muchas personas no saben decir que no, y eso es letal para la salud financiera”.
En países como Alemania, incluso se recomienda apoyo psicológico a grandes ganadores. “No es casualidad. No estamos preparados para gestionar tanto cambio
¿Cómo evitar acabar arruinado tras ganar la lotería?
Otra de las consecuencias de ganar mucho dinero de forma repentina es arruinarse al cabo de poco. ¿Cómo evitarlo? Lo primero es no decidir nada importante los primeros meses.
“Yo recomiendo un periodo de enfriamiento de entre seis y doce meses”, afirma Ferreiro. Nada de grandes inversiones ni cambios radicales.
Después, poner barreras. “Blindar el dinero del yo impulsivo: cuentas con limitaciones, estructuras claras”, explica.
También aconseja mantener rutinas. “Conservar parte del trabajo, los horarios, la vida previa. Eso da estabilidad”. Y algo muy importante: discreción. “Cuanta menos gente lo sepa, mejor”, afirma.
Aprender a decir no, rodearse de personas honestas y, si es posible, acudir a terapia. “Construir una nueva identidad lleva tiempo. El dinero llega rápido, pero el equilibrio no”. De hecho, concluye señalando que "en países como Alemania, incluso se recomienda apoyo psicológico a grandes ganadores. “No es casualidad. No estamos preparados para gestionar tanto cambio”.
