¿Alguna vez te has sorprendido riendo en un momento incómodo o tenso? Justo en medio de una reunión de trabajo complicada, en la sala de espera de un hospital, en un examen... No estás sola. Esa risa inesperada no significa falta de seriedad, sino que muchas veces es la manera en que nuestro cuerpo busca protegernos y aliviar la presión interna.
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En lugar de bloquearse o dejarse llevar por el llanto, algunas personas recurren a la risa como un salvavidas emocional que les permite seguir adelante. Comprender este gesto tan humano nos ayuda a mirarnos con más empatía y a descubrir cómo la risa también puede ser una forma de cuidar de nosotros mismos y para ello hemos querido contar con la ayuda de Luis Guillén Plaza, psicólogo general sanitario de Psicopartner, especialista en terapia focalizada en la emoción.
¿Por qué algunas personas reaccionan con risa en momentos de tensión o incomodidad?
La risa puede aparecer como una forma de aliviar un nivel de tensión muy alto. Cuando alguien se siente nervioso, incómodo, avergonzado o expuesto, el cuerpo busca una salida para liberar esa activación interna. En lugar de llorar, bloquearse o enfadarse, algunas personas ríen. No porque les haga gracia, sino porque la risa actúa como un “regulador” que baja la intensidad emocional y permite seguir adelante sin quedar paralizadas.
Cuando alguien se siente nervioso, incómodo, avergonzado o expuesto, el cuerpo busca una salida para liberar esa activación interna. En lugar de llorar, bloquearse o enfadarse, algunas personas ríen
¿Se trata de un mecanismo de defensa del cerebro frente al estrés?
Sí. Se puede considerar un mecanismo de defensa natural. Cuando el cerebro detecta estrés o una emoción difícil de sostener, activa respuestas automáticas para protegernos. En unas personas aparece la risa, en otras el silencio o el llanto. La risa, en este contexto, actúa como una especie de “chaleco salvavidas emocional”, que ayuda a no sentirse desbordado.
¿Puede la risa en situaciones tensas ser una forma de regular la ansiedad o de liberar tensión acumulada?
Totalmente. La risa puede funcionar como una válvula de escape para liberar ansiedad, tensión y nerviosismo. Permite a la persona mantenerse en un nivel emocional manejable y seguir presente en la situación. No siempre es una risa consciente o buscada, muchas veces aparece de forma automática porque el cuerpo necesita aliviar la presión interna. Es una forma de autorregulación emocional que, en algunos casos, ayuda a sobrellevar un momento difícil.
¿Qué papel juegan la socialización y el aprendizaje en este tipo de reacciones?
La socialización influye muchísimo. Muchas personas han crecido en entornos donde expresar emociones intensas no estaba permitido, o se les decía cosas como “no llores”, “no te enfades”, “sé fuerte”. Como resultado, han aprendido a recurrir a la risa para suavizar el ambiente o para no mostrar vulnerabilidad. Además, la risa tiene un papel social: reduce la tensión, facilita la interacción y comunica que no hay intención de conflicto. Es decir, es una reacción que también se aprende en la convivencia con otras personas.
No siempre es una risa consciente o buscada, muchas veces aparece de forma automática porque el cuerpo necesita aliviar la presión interna
¿En qué casos puede interpretarse como una señal de inmadurez emocional y en cuáles como una estrategia adaptativa?
En lugar de llamarlo “inmadurez”, es más útil entender qué función cumple la risa.
Puede indicar falta de recursos emocionales cuando:
- En niños o adolescentes, aparece cuando se sienten avergonzados o regañados; es una respuesta involuntaria ante miedo, vergüenza o confusión.
- En adultos, surge cuando cuesta identificar lo que se siente; la risa aparece porque no saben muy bien cómo gestionar esa emoción interna.
- La persona utiliza la risa para evitar conectar con emociones más profundas, como tristeza o inseguridad.
Es una estrategia adaptativa cuando:
- Ayuda a rebajar la tensión del momento sin evitar hablar de lo importante.
- Permite mantenerse estable ante situaciones muy intensas.
- Funciona como un recurso temporal para aliviar la ansiedad y continuar con la conversación o la tarea.
La clave es observar si la risa ayuda a sostener el momento o bloquea por completo lo que se necesita expresar.
¿Qué consejos daría para manejar estas reacciones en contextos donde pueden resultar inapropiadas (trabajo, reuniones, entrevistas)?
- Reconocer la señal interna. Notar cuándo la risa aparece y entender que no es “ridícula”: es un indicador de nerviosismo o tensión.
- Identificar la emoción en el cuerpo. Buscar dónde se siente el nerviosismo: pecho, respiración, mandíbula, estómago. Esto ayuda a rebajar la intensidad.
- Conectar con la emoción real que hay debajo. Preguntarse: “¿Qué estoy sintiendo de verdad? ¿Vergüenza? ¿Miedo a equivocarme? ¿Inseguridad?” Cuando la emoción se reconoce, la urgencia de reír disminuye.
- Practicar otras estrategias de regulación. Respirar un poco más lento, apoyar los pies en el suelo, hacer una pausa breve, o incluso decir una frase calmada internamente como “estoy nervioso, y es normal”.
- Buscar apoyo si ocurre muy a menudo. Si la risa aparece en momentos importantes y genera malentendidos o bloqueos, trabajar estas respuestas con un profesional puede ayudar a tener más recursos y a sentirse más segura en situaciones exigentes.
