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En tiempos de ruido mental y sobrecarga emocional, sentarse a escribir puede parecer algo simple, pero en realidad, es un acto profundamente transformador. Desde las clásicas listas de propósitos de Año Nuevo hasta los diarios, poner en palabras lo que sentimos, soñamos o necesitamos nos permite vernos con más claridad, y reconectar con lo que de verdad importa.
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Escribir puede ser un trabajo, un hobby, una herramienta organizativa y, tal y como recalcan las nuevas generaciones en los vídeos más virales de las redes sociales, también puede ser una práctica terapéutica. Cada vez son más las personas que recuperan este hábito para encontrar orden y propósito en su día a día. Y TikTok —una vez más— ha sido el altavoz de una nueva forma de hacerlo mediante el método 10-10-10.
Qué es el método 10-10-10
La tendencia comenzó con vídeos de diferentes usuarias de la red social hablando de cómo esta práctica sencilla había cambiado su forma de empezar el día. ¿La propuesta? Escribir cada mañana tres listas con 10 elementos cada una: diez cosas que deseas, diez cosas por las que estás agradecida y diez cosas que amas. Esta última categoría puede sustituirse, si lo necesitas, por 10 razones por las que mereces que tus sueños se hagan realidad o 10 cosas que quieres dejar ir.
Esta visión nos ayuda a relativizar los problemas, reducir la ansiedad y a conectar con lo que de verdad importa. No es solo una herramienta útil en momentos de crisis o duda, sino un entrenamiento emocional que, practicado con constancia, fortalece nuestra capacidad de elegir desde la claridad, no desde el miedo
La idea de esta técnica es que el ejercicio te ayude a alinear tu conciencia con tus valores más profundos, a la vez que fomente una mentalidad positiva y enfocada. Mientras que la gratitud te ancla al presente, reconocer lo que amas te conecta con la alegría genuina, y escribir lo que deseas activa tu intención.
Pero más allá de la dimensión energética o emocional, este método puede ayudarte también a tomar decisiones desde un lugar más centrado. Y aquí es donde entra en juego la segunda forma de aplicar el 10-10-10: pensar en las consecuencias de tus decisiones a corto, medio y largo plazo.
¿Funciona el método 10-10-10?
Los beneficios de la práctica son reales, tal y como señala el coach experto en bienestar, desarrollo personal y meditación, Tony Espigares (www.tonyespigares.com): "Pensar en las consecuencias a diez minutos, meses y años nos saca del piloto automático y nos permite mirar la vida con más perspectiva. El cerebro humano está diseñado para priorizar el placer inmediato y evitar el dolor, lo que muchas veces nos lleva a decisiones impulsivas. Pero cuando pausamos un momento y nos proyectamos en el tiempo, activamos una parte más consciente, sabia y serena de nosotros mismos".
Como señala el experto en bienestar, las ventajas aparecen si la práctica es frecuente: "Esta visión más amplia nos ayuda a relativizar los problemas, reducir la ansiedad y a conectar con lo que de verdad importa. No es solo una herramienta útil en momentos de crisis o duda, sino un entrenamiento emocional que, practicado con constancia, fortalece nuestra capacidad de elegir desde la claridad, no desde el miedo".
Este enfoque nos invita a detenernos antes de actuar en piloto automático. Ante una duda importante —desde un cambio de trabajo, hasta una ruptura— pensar en cómo te sentirás con esa decisión dentro de diez minutos, diez meses y diez años puede cambiar radicalmente tu perspectiva. Te ayuda a ver más allá del impulso o del miedo inmediato, y te conecta con lo que de verdad deseas para ti.
Escribir para manifestar (pero también para elegir con calma)
Lo más interesante de este método es que funciona tanto en momentos de crisis como en la rutina del día a día. No se trata de tomar decisiones perfectas, sino de tomarlas con intención. Hacerlo, eso sí, requiere constancia.
Escribir las respuestas puede ayudarte a tomar distancia y a observar si estás actuando desde el miedo, la prisa o desde tus valores más auténticos
Para empezar a aplicar esta tendencia de TikTok, Tony Espigares propone una herramienta sencilla: "Ante una decisión importante, haz una pausa, respira profundo, pon la mano en tu corazón y pregúntate con honestidad cómo te sentirás con esa decisión dentro de diez minutos, meses y años. Escribir las respuestas puede ayudarte a tomar distancia y a observar si estás actuando desde el miedo, la prisa o desde tus valores más auténticos".
Hay personas que lograrán hacerlo de inmediato, y hay otras que, por estar menos acostumbradas a evaluar sus emociones, encontrarán mayor dificultad al practicarlo. Sin embargo, todos podemos llevarlo a cabo. No obstante, el coach sugiere su estrategia personal todos aquellos a quienes se les dificulte el proceso: "Suelo imaginar que tomo un café con Dom, uno de los personajes que he creado en mi camino interior. Él representa a mi yo futuro, el sabio, el que ya ha vivido, amado, y ha aprendido a honrar lo esencial. Cuando tengo que tomar una decisión importante, planteo varias preguntas. ¿Dom estaría orgulloso de esto? ¿Estoy eligiendo desde el amor o desde la supervivencia? ¿Desde mi ser o desde el personaje?".
Si no te sientes cómoda con este sistema o si necesitas otras herramientas, hay alternativas igual de poderosas. "Meditar o practicar respiración consciente, para acallar el ruido mental y escuchar la intuición, visualizar diferentes escenarios y sentir cuál te da más paz interior, hablar con alguien de confianza porque una mirada externa puede aportar claridad, y sobre todo, aprender a pausar antes de decidir", señala el experto haciendo hincapié en una idea: "La presencia es clave para no reaccionar desde el automatismo. Al final, toda buena decisión nace cuando nos preguntamos con sinceridad si honra la vida que queremos crear y la persona en la que deseamos convertirnos".