Por qué hacer pilates no es tan sencillo como parece

Si no contemplas practicar pilates porque te parece un ejercicio demasiado sencillo, hemos de decirte que estás muy equivocada.

por Cristina Soria
Por qué hacer pilates no es tan sencillo como parece

Es más habitual de lo que parece que muchas personas rehusen incorporar el método Pilates a su rutina de entrenamiento por considerarlo, de manera errónea, un tipo de ejercicio demasiado sencillo y relajado, que solo está indicado si padeces dolores de espalda. Y aunque se hable sin cesar de la gran cantidad de beneficios que aporta a nuestra salud y a nuestro estado físico, no se repara lo suficiente en el trabajo físico que supone realizarlo de manera correcta y efectiva.

Una disciplina en la que trabaja todo el cuerpo

Para empezar, en cada ejercicio de Pilates interviene todo nuestro cuerpo, lo que implica que para conseguir una ejecución correcta hemos de poner a trabajar a toda la maquinaria física a la vez. Solo de esta forma nos estaremos asegurando de obtener todos los beneficios posibles de manera completa. Eso quiere decir que, lejos de basarse en ejercicios simples, se trata de una disciplina compleja muy adecuada para todos aquellos a los que les guste disfrutar del deporte.

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Los movimientos que se realizan en Pilates pueden parecer sencillos a la vista, pero implican la total movilidad de nuestro organismo, y han de realizarse manteniendo un control absoluto sobre todo nuestro cuerpo: abdomen, lumbares, piernas, glúteos, escápulas, pelvis… Estos movimientos, además, han de realizarse de manera lenta y controlada, por lo que somos más conscientes en cada momento de si los estamos ejecutando bien o no.

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La concentración es indispensable

En uno de los principios fundamentales del método. Necesitamos una buena concentración que nos permita trabajar cada músculo concreto con la precisión e intensidad necesaria. Solo el tiempo y la práctica logran que consigamos una mayor conciencia de nuestro cuerpo gracias a la concentración, y que podamos lograr los máximos resultados posibles en cada ejercicio. La concentración necesaria se consigue gracias al trabajo de respiración y al ambiente relajado de las clases. Conseguirla es uno de los mayores retos, pero nos ofrece el beneficio inmediato de liberarnos del estrés diario y de ayudarnos a conectar cuerpo y mente, haciéndonos sentir más conscientes del momento presente.

Es necesario un gran sentido del equilibrio

Los ejercicios de pilates requieren de un perfecto equilibrio para realizarse. La razón es que todos tienen como eje la zona central de nuestro cuerpo y toda la fuerza se concentra ahí, en lo que llaman el powerhouse. Por eso la mayoría de movimientos incluyen el objetivo de potenciar esta parte del cuerpo. Un buen equilibrio y una buena forma física nos permitirá trabajar de forma correcta y no tensar de manera innecesaria ninguna parte del cuerpo.

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Hay que aprender a respirar adecuadamente

Y es que el pilates no es el ejercicio que realizan las personas sedentarias. Al contrario, practicarlo de manera correcta requiere, como hemos visto, de una buena forma física, de equilibrio y de capacidad de concentración. Además, la respiración juega un papel fundamental en todos y cada uno de los ejercicios, ya que están perfectamente pautados los momentos de inspiración y expiración con el movimiento correspondiente. Respirar en el momento adecuado es clave para que todo funcione de manera correcta. Y esto, como todo lo demás, requiere de entrenamiento y práctica.

Sin duda, el pilates es un tipo de ejercicio muy completo que nos reporta numerosos e importante beneficios, pero no debemos pensar que se trata de una actividad ligera, porque, si bien no te hará sudar como una clase de spinning, tampoco es tan sencillo como muchos creen.

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