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La primavera es una estación perfecta para disfrutar de un precioso jardín que, pasado el frío invernal, vuelve a recuperar su imagen más bucólica y llena de vida. Son muchas las flores que florecen en esta estación y la cosecha del huerto será más variada que la invernal, además, también es momento de cultivar nuevas frutas y hortalizas. Suena perfecto, ¿verdad? Pues lo sería, salvo porque habrá que estar vigilante con las plagas de las orugas, que sobre todo se producen en estos meses. Te contamos cómo identificarlas, combatirlas y, también, métodos para tratar de evitar una nueva aparición futura. Y así, solo te tendrás que preocupar por disfrutar de tus espacios al aire libre sosegadamente.

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El ciclo de la vida, y de las plagas del jardín

La de las orugas es una de las plagas más frecuentes tanto en los jardines como en los huertos y, al mismo tiempo, de las más agresivas con nuestras plantas. Aparecen a principios de la primavera, cuando las polillas o las mariposas se reproducen tras su descanso invernal y ponen sus huevos, que se convertirán en orugas. En primavera también son habituales los ataques de cochinillas y pulgones. Mientras que la ‘temporada’ de ácaros, trips y hongos como la negrilla se da especialmente en verano.

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¿Cómo detectarlas?

No siempre es fácil detectarlas hasta que no han hecho ya estragos, pues se trata de insectos que suelen presentarse en grupo formando comunidades, pero hay algunas especies que solo atacan por las noches, por lo que pasan desapercibidas a nuestro ojo.

Los signos que indican que una planta ha sido atacada por orugas son principalmente agujeros en las hojas o raíces comidas, hilos de seda en el follaje, excrementos visibles… Conviene estar atentos también a los frutos de la huerta, si presentan un mal aspecto pueden sufrir mala salud por su culpa.

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No todas son iguales, ¡ni comen lo mismo!

Las orugas procesionarias son generalmente fáciles de detectar porque, su nombre indica, desfilan en procesión. El problema es que sus pelos son un riesgo para la salud de las personas y los animales (no es necesario tocarlas, los lanzan al aire) y, la buena noticia, que sobre todo atacan a los pinos y los robles. Suelen actuar de forma gregaria y se alimentan sobre todo de las hojas.

Las orugas verdes, por otra parte, no siempre presentan ese color, las hay amarillas, marrones, negras… Y a veces son peluda, pero no resultan peligrosas para el ser humano. ¿De qué les gusta alimentarse? Algunas hierbas aromáticas, como la albahaca, arbustos y flores (las rosas y los geranios son de sus preferidas) y, de la huerta, sienten apetito frente a lechugas, pimientos, tomates o melones, por ejemplo.

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La oruga blanca puede causar estragos en el huerto y de las flores le agradan mucho las peonías. Y las orugas defoliadoras son un peligro para las flores, las plantas tropicales, las trepadoras y árboles como las coníferas o los frutales.

Por último, aunque existen muchas más, destacar que si tienes tomates debes vigilar con la oruga del tomate, muy minadora y con un altísimo poder reproductivo.

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Formas de erradicar las orugas

Primero de todo, ponte guantes para evitar posibles irritaciones y elimina todas las orugas visibles cogiéndolas con la mano. Si detectas nidos, debes quitarlos y posteriormente quemarlos. Como es posible que queden larvas, es el momento de aplicar remedios naturales que terminen con ellas sin dañar a las plantas del jardín o bien fitosanitarios que contengan de forma concentrada la bacteria Bacillus thuringiensis, un tratamiento ecológico.

Otra forma que conseguirá acabar con ellas y, especialmente que se reproduzcan, consiste en instalar trampas impregnadas de feromonas femeninas que atraigan a las orugas del género masculino, de este modo no podrán fertilizar a los ejemplares femeninos, al quedar atrapados en ellas.

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¿Se pueden prevenir?

¡Claro! Hay varias formar de prevenir la aparición de las plagas de orugas, como fomentar la biodiversidad atrayendo a sus depredadores naturales. Por ejemplo, si incluyes en tu jardín un comedero para pájaros, estos acudirán, aunque piensa en que, si tienes frutas y hortalizas, además de acabar con las orugas es posible que les atraiga algún producto de la huerta, así que en ese caso no deberás promover la presencia de aves. Una alternativa la tienes entonces en colocar algunos posos de café a los pies de las plantas, dado que es un aroma que aleja a las orugas. También eficaz resulta aplicar un abono bacteriano preventivo.

Además, las plantas cuanto mejor cuidadas estén mejor luchan contra cualquier plaga, así que procura abonarlas cuando toque y podarlas, si lo necesitan y suministrarles el agua que necesiten, pues pasarse con el riego puede ser muy perjudicial para su salud.

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Sugerencias específicas para el huerto

Una solución eficaz para evitar que las orugas (y de paso también otro tipo de plagas) ataquen al huerto es practicar la rotación de cultivos y no optar por el monocultivo, sino diversificar al máximo las plantas que se planten en él.

¿Más cosas? Sí, hay plantas y flores que ayudarán a ahuyentar a estos bichos, como la milenrama, una herbácea de ciclo de vida perenne.

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