1/11 © DutsandSoul

El arte es para la decoración de interiores como un buen bolso o unos zapatos en la moda, el accesorio que convierte un ‘look’ normal en uno lleno de personalidad. La idea es que sea capaz de destacar y aportar su dosis de estilo, incluso cuando no compartan el mismo estilismo. Así, una obra de arte que a priori no encaja en la pared del sofá del salón lucirá ideal si la conviertes en la reina del espacio y logras que todas las miradas, por tamaño, color o tema, se dirijan hacia ella. Si has adquirido recientemente una pieza especial (es el nuevo modelo de inversión) y quieres descubrir otra forma de integrarla en tus estancias, estas 10 ideas de decoración pueden servirte de inspiración. 

1. Sin prejuicios

Saca de tu cabeza la idea de que obra y casa deben compartir estilo: no tiene que ser así. Se puede lograr que un cuadro abstracto se integre en una decoración clásica o que uno antiguo encuentre su hueco en una moderna si le dejas hueco para que respire y no resulte una carga ‘deco’, sino la pieza que equilibra el conjunto. En este ambiente de Dustandsoul (la galería de arte online donde puedes encontrar piezas especiales a buen precio), ambas obras (la de la pared y la del suelo) conviven en paz y armonía, respetándose tanto mutuamente como a la estancia.

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2/11 © HAY

2. Del techo al suelo

Hablamos siempre de las posibilidades de la verticalidad de las paredes como lugar extra para almacenar y para aprovechar cada centímetro libre. Sin embargo, en esta ocasión, invertimos las reglas y convertimos el suelo en el sitio perfecto para nuestra colección de arte. En esta propuesta de HAY se han colocado en un rincón cercano al salón, para recibir luz natural, y se han dejado en el pavimento como si estuvieran de paso. Una buena idea para no restar luminosidad es usar un paspartú blanco, como aquí. La mesa auxiliar con la escultura completa el conjunto y atrae la mirada hacia la parte inferior del espacio.

3/11 © Inna Kostukovsky

3. Sobre un mueble

A veces solo tienes que buscar un buen apoyo para que el arte encuentre su propio espacio en la casa y nos mire de tú a tú, como ocurre en este proyecto del estudio Red Deer donde un original cuadro casi reposa (está colgado a escasos centímetros del mueble) sobre un armario amarillo. El efecto se potencia aún más con las paredes en azul oscuro. Puedes colocar una sola obra, como aquí, o intercalar varias de distinto tamaño creando una composición armoniosa. Como en todo, busca el equilibrio y despeja de ‘elementos’ extraños la superficie elegida.

4/11 © J-Line

4. Solo en la pared del sofá

La pared del sofá es unos de los lugares más usuales para colgar tus cuadros y acertar, aunque por defecto solemos elegir uno XL. En este ambiente de J-Line nos llaman dos cosas la atención: la propia obra y su tamaño, pequeño para ‘coronar’ el sofá. Sin embargo, el resultado funciona porque el cuadro, extravagante y divertido, no pasa desapercibido e imprime personalidad a un rincón clásico, y porque está estratégicamente situado entre las molduras, para ajustar sus dimensiones. De todas maneras, si tienes dudas, recuerda que en esta pared tanto si se trata de uno como de varios es importante que no sobresalgan por los lados, que estén centrados y que el centro quede a la altura de nuestros ojos.

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5/11 © Carlos Garmendia Fernández

5. Llenando las paredes

Este proyecto de Garmendia Cordero Arquitectos, que convierte una iglesia renacentista en una casa de diseño, hace del arte uno de los pilares principales de la decoración. Para lograrlo, usa las paredes como un gran lienzo en blanco donde crear diferentes composiciones, que, sin embargo, forman parte de un todo. Desde la subida de la escalera, hasta el salón en la planta baja o el dormitorio en la alta, sin olvidar la cocina donde un retrato con marco dorado ‘descansa’ sobre una balda, alejado de la zona de fuegos. Si quieres copiar su estilo, no debes tener problemas de metros, ya que esta opción solo funciona en grandes espacios abiertos.

6/11 © Jonathan Adler

6. Con marcos y a lo loco

Aunque las obras modernas suelen ir marcos y prefieren la desnudez para no restarles protagonismo, nosotros rompemos una lanza a su favor y los queremos para nuestra pared en distintos tamaños. Eso sí, la clave de nos darnos un empacho está en usar el mismo modelo y color, como mucho un mix de blanco y negro, jugar con la forma de colocarlos e introducir algún elemento dispar sin marco, como en esta propuesta de Jonathan Adler. Por cierto, como las reglas están, de vez en cuando, para saltárselas, prueba a combinar cuadros de diferentes estilos y temáticas y déjate llevar por el subidón de lo ecléctico. ¡Engancha!

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7/11 © Photolini

7. En perfecta simetría

Para crear una composición original no siempre es necesario saltarse las reglas básicas de integrar el arte en casa de forma natural, sino que basta con seguirlas al pie de la letra, como ocurre en esta propuesta de Photolini, donde se ha creado una composición de lugar perfecta, gracias a la simetría. Así, los cuadros comparten tamaño y marco y juegan con el binomio blanco y negro, aderezado con un toque rosa en uno de ellos. Para que funcione visualmente, es preciso que o bien crees una figura (un cuadrado o un rectángulo, por ejemplo) o bien establezcas la misma distancia entre ellos, respetando los ‘caminos’.

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8/11 © Alfredo Ezquerra

8. Por toda la casa

Incluso en lugares insospechados o que puedes pasar por alto. El salón, el dormitorio o el recibidor son las estancias habituales para lucir tu última adquisición. Sin embargo, el pasillo, el baño o la cocina pueden ser una buena opción, siempre que no interfieran en la actividad que se desarrolla en ellos. En esta propuesta de Carrillo Proyectos se crea una especie de paseíllo que te marca los pasos hacia el lado de la casa al que quieres dirigirte. Como siempre la luz es clave, pero no determinante para colocar un cuadro en un pasillo largo.

9/11 © AMPM x La Redoute

9. De tres en tres

Y tiro porque me toca. Aunque en una pareja tres es multitud, en decoración es el número perfecto para (casi) todo, ya que percibimos más atractivas las composiciones de tres elementos o de impares, sin olvidar que resultan más equilibradas y dinámicas. Además, es el mantra para todos aquellos que han descubierto la decoración de interiores hace poco y son aún principiantes. La regla del tres o de los impares es perfecta a la hora de combinar colores, muebles en un rincón, objetos sobre una pieza, materiales o, como en este ambiente de AMPM x La Redoute, cuadros. Aquí, se ha dado protagonismo a uno y se han colocado a distintas alturas, de manera que se complementan y equilibran al mismo tiempo.

10/11 © Derek Swalwell

10. De tamaño 'XL'

Pon un cuadro grande (o dos) y no necesitarás nada más, ya que estos conceden a la pared todo el protagonismo en detrimento del resto de objetos decorativos y aportan la dosis de carácter y personalidad que necesitas para elevar el nivel 'deco' de la estancia. Para que funcione estilísticamente hablando, necesitas un espacio sin problemas de metros, aunque tampoco tiene que ser extragrande, y una buena ubicación, como la que brindan la pared del sofá o del cabecero. Además de XL, las obras de este proyecto de K2LD Architects son de colores llamativos, por lo que destacan sobre la base cromática oscura de paredes y mobiliario.

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11/11 © Lorna Smith

11. En un pedestal

Y sola ante el peligro. Si antes comprobábamos que la unión (y llenar la casa de cuadros) hace la fuerza, ahora apostamos por una única pieza como estrella invitada. Para ello, una buena idea es subirla a un pedestal, olvídate de que solo los bustos pueden tener ese honor, y deja que brille en solitario. Eso sí necesitarás que sea tan especial como esta de Lorna Smith, una de las artistas que estará presente en la I Edición de Pop Up Art, que se celebrará en Madrid del 20 al 30 de enero.

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