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Si hay una planta de invierno hiperconocida es el acebo. Este árbol con hojas dentadas es característico por sus bayas rojas, con las que es típico decorar en Navidad, además de un símbolo de estas fechas. De hecho, es habitual ver tantos sus verdes hojas como sus frutos en coronas navideñas, adornos o centros de mesa. Y lo  mejor es que es una planta hermosísima para decorar tu jardín, ya que aguanta perfectamente las bajas temperaturas del invierno y, al ser perenne, disfrutarás del verdor de sus hojas durante todo el año. Te contamos todo lo que tienes que saber para cuidar el acebo. 

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Características del acebo

El acebo, cuyo nombre científico es Ilex aquifolium, es una planta perenne caracterizada por sus hojas rígidas de un verde oscuro y bordes espinosos. Se trata de un árbol pequeño de crecimiento lento, con porte piramidal y tronco recto, de un color gris verdoso. Otra de sus señas de identidad son sus frutos de color rojo, conocido como falso muérdago. Si tienes mascotas o niños pequeños en casa, recuerda que estas bayas son tóxicas y que no deben ingerirse. 

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Tipos de acebo

- Acebo común: es el más popular y del que vamos a hablar en este artículo. Se trata de una especie de crecimiento lento, pero que puede llegar a alcanzar los 10 metros de altura. Sus flores tienen poco valor decorativo, aunque es llamativo por sus frutos de color rojo, que nacen en las plantas que son hembras. 

- Acebo canario: procedente de las Islas Canarias y de la Isla de Madeira, suele crecer en altitudes superiores a los 700 m. A diferencia del acebo común, sus hojas no tienen espinas. Puede llegar a crecer hasta los 15 m de altura. 

- Ilex x altaclerensis: de las especies más resistentes de acebo. Tiene muchas variedades con hojas espinosas, otras ligeramente aserradas o enteras, así como con distintos tonos de verde.  

- IIllex crenata: de origen japonés, gracias a su porte compacto es muy empleado en bonsáis. Se caracteriza por tener los frutos de color negro. 

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¿Dónde coloco el acebo?

El acebo es una planta de exterior que quedará increíble en tu jardín, especialmente en invierno y si nieva, el resultado será una atmósfera muy navideña. Esta planta perenne necesita estar expuesto a la brisa natural, así como al frío y la luz indirecta. Es importante que lo coloques en una ubicación en la que no reciba el sol directo, ya que podría quemarse. Asimismo, aunque lo tengas en maceta, evita meter tu acebo con el resto de plantas de interior de tu casa, donde no podrá beneficiarse de estos elementos y las hojas terminarán cayéndose.

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Cuidados del acebo: el sustrato y el riego

Para que el acebo crezca fuerte y frondoso, es necesario prestar cierta atención al sustrato en el que está plantado y el riego que le proporcionamos: 

- Sustrato: elige un sustrato rico en nutrientes, especialmente en nitrógeno. Asimismo necesita alguna dosis de abono de vez en cuando. 

- Riego: durante los meses de verano, sus necesidades hídricas son mayores, por lo que se recomienda regarla casi a diario. Mientras, en invierno, espacia los riegos a uno o dos a la semana, dependiendo de la humedad de la zona en la que vivas. Evita que el agua se seque entre riegos, evitando siempre el encharcamiento. 

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Cómo cultivar el acebo en maceta

Aunque no lo creas, el acebo es una planta que se da también muy bien en maceta. Además, así podrás moverla a una zona cubierta para protegerla de las heladas. Aun así, no la metas en el interior, ya que, con el tiempo, se le caerán sus hojas y se morirá. 

Si cultivas el acebo en maceta, asegura también un buen drenaje, colocando piedras en el fondo de la maceta para evitar que el agua se acumule. Asimismo, en maceta es necesario aumentar los riegos semanales, aumentando hasta 3 o 4 semanales en verano y una o dos a la semana. 

Ten en cuenta también que si tienes el acebo en maceta, esta tiene que tener al menos el doble de profundidad que el alto de la planta, incluyendo el repellón para que pueda crecer sin problemas.    

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Cuándo y cómo podar el acebo

La poda del acebo se hace durante los meses de otoño e invierno. Al hacerlo, elimina las ramas que se estorben entre sí, al igual que las que estén creciendo en direcciones erróneas. Aprovecha también para quitar las hojas y ramas dañadas o muertas. Además de la de limpieza, otro tipo de poda que puedes realizar ahora es la de formación, de manera que no crezca más de lo deseado, así como darle la forma que desees. Recuerda hacerlo con unas tijeras de poda desinfectadas previamente. 

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Cómo reproducir el acebo por semillas

En España, es una especie protegida, por lo que no se debe arrancar un acebo del monte, ya que las multas podrían ser muy elevadas. Así, siempre puedes coger un fruto de un acebo de un amigo o un familiar y siempre que el ejemplar sea hembra (que son los que producen los llamativos frutos rojos). Te explicamos cómo hacerlo paso a paso: 

Paso 1. Selecciona varias bayas y mételas en un tarro con arena de sílice o arena de río para evitar que se sequen completamente. Después, introduce el frasco en la nevera durante un par de meses y así darle a las semillas el frío que necesitarán después para germinar. 

Paso 2. Haz un semillero con tierra de semilleros (que lleva ya incorporada la arena y ayudará a que las semillas germinen) y coloca las semillas con la arena directamente del tarro. Después presiona la tierra y deja el tiesto en el exterior. 

Paso 3. Pasado un tiempo comenzarán a brotar los acebos. Ten en cuenta que no sabrás si es un ejemplar hembra o macho hasta que hayan crecido. 

Paso 4. Cuando haya crecido al menos 20 cm, trasplántalo a una maceta más grande. Mantenla ahí al menos durante un año antes de plantarla en tu jardín.  

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Problemas más comunes del acebo

Aunque el acebo es una planta muy resistente, puede verse afectada por plagas y enfermedades

- Ácaros: producen decoloración y manchas en las hojas. Puede solucionarse con jabón potásico mezclado con agua y rociado sobre el follaje. 

- Minador de hojas: esta plaga forma galerías en las hojas, provocando senderos de color amarillo o marrón. En este caso, elimina todas las hojas afectadas y aplica un tratamiento específico. 

- Manchas en las hojas: este hongo puede afectar al acebo. Lo verás si aparecen manchas amarillas que luego se tornan oscuras y de forma redondeada en sus hojas. 

- Clorosis: lo verás cuando las hojas del acebo se tornen amarillas. Se debe a una falta de hierro. Aplica un tratamiento con quelato de hierro para solucionarlo. 

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