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Cultivar bonsáis es todo un arte. Sin embargo, y al contrario de lo que mucha gente piensa, disfrutar de la belleza de estos pequeños árboles no es un lujo reservado a unos pocos expertos en jardinería. Cuidarlos es más fácil de lo que piensas, incluso dentro de casa.

 

Árboles en maceta

Este es el significado literal de la palabra bonsái y ya nos indica cuál es la esencia de estos pequeños árboles. No se trata de ninguna planta determinada ni de árboles enanos. Cualquier especie puede llegar a cultivarse como un bonsái, controlando su crecimiento y modelando su forma.

Los bonsáis no son otra cosa que seres vivos, vegetales que crecen y evolucionan y que necesitan unas condiciones determinadas para ello. La labor del jardinero consiste en controlar su desarrollo.

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¿De interior o de exterior?

Si no cuentas con mucha experiencia en el cuidado de bonsáis, puede que te surja la duda sobre si se deben cultivar al aire libre o dentro de casa. O quizás te preguntas si existen especies de interior y de exterior.

En realidad, y tal y como explican los expertos de Bonsaikido, no existen bonsáis de interior como tales, sino que la mayoría de ellos encuentran su hábitat ideal al aire libre.

No obstante, es posible cultivar bonsáis dentro de casa, si elegimos las especies adecuadas. En general, se trata de árboles tropicales o subtropicales.

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Un espacio en la terraza

Aunque puedes cultivar bonsáis en el interior, lo ideal para ellos es que estén al aire libre al menos durante parte del año.

Por eso, si cuentas con una terraza, un balcón o un jardín, lo mejor es que saques tus arbolitos a disfrutar del sol y del aire, en especial si has elegido especies autóctonas, preparadas para crecer en el entorno en el que vives.

Eso sí, búscales un buen rincón, evitando la orientación sur, ya que no les gusta estar a pleno sol.

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Trátalos con cariño

Un requisito fundamental para cultivar bonsáis dentro de casa consiste en estar atento a las atenciones que requieren y dárselas en la medida de lo posible.

Lo primero de todo será conocer a tu bonsái, más allá de empaparte de información sobre las técnicas de cultivo. Pasa tiempo observándole, fíjate en sus hojas y ramas, en el color de las mismas, en su porte. En su apariencia se reflejará su estado de salud, si tiene algún problema o si está desarrollándose como debe.

Aparte de esto, trátale con cariño y búscale un rincón luminoso, bien ventilado pero a salvo de corrientes de aire. Procura que el ambiente sea húmedo y riega tu arbolito según sus necesidades. ¡Estará feliz!

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Que no le falte luz

Los bonsáis necesitan luz, por lo que es importante encontrar la ubicación perfecta para ellos.

Un buen lugar es ponerlo cerca de una ventana, mejor orientada al sur, oeste o este. La orientación norte no garantiza que los bonsáis reciban toda la luz natural que necesitan.

Sin embargo, y aunque aman los espacios luminosos, debes evitar que les lleguen los rayos del sol de forma directa, ya que podrían quemarse las hojas.

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¿Qué maceta elegir?

La maceta es un elemento importantísimo en el cultivo de bonsáis. No es un mero contenedor de la planta, sino que incide de forma directa en su crecimiento y en las sensaciones que transmite el árbol.

A la hora de buscar la maceta apropiada para tu bonsái procura que esté en armonía con la forma, el tamaño y el estilo del mismo. Los árboles jóvenes que están en proceso de modelado requieren macetas más grandes que los árboles maduros.

En cuanto a la profundidad, esta ha de ser ligeramente mayor que el diámetro del tronco en su base. En lo que al tamaño se refiere, tu bonsái necesitará una maceta lo suficientemente amplia como para que pueda desarrollarse sin problemas.

Las ovaladas o rectangulares deben tener una longitud de aproximadamente dos tercios de la altura del árbol. Si la maceta es redonda, su diámetro será, más o menos, un tercio de la altura del bonsái.

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La importancia de la poda y el pinzado

El cultivo de un bonsái comprende ciertas técnicas que resultan esenciales para poder controlar su crecimiento, que es el fundamento de este tipo de jardinería. La poda y el pinzado de sus ramas y brotes son dos de estas técnicas claves: sirven para reducir el tamaño de las hojas del bonsái y para mantener su forma.

Mientras que la poda consiste en recortar las ramas de años anteriores, el pinzado se realiza sobre las ramas más jóvenes, las últimas que han brotado.

Como consejos generales, hay que cortar las ramas lo más cerca posible del tronco, y hacerlo cuando ya están maduras y se han desarrollado. Suele hacerse en primavera.

Una vez podado en arbolito, es conveniente aplicar pasta cicatrizadora sobre las heridas que le hemos causado.

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Cómo modelar tu bonsái

Otra de las técnicas que debes conocer y dominar para cultivar bonsáis es la del alambrado. Consiste en sujetar determinadas ramas para permitir que la luz y el aire lleguen a todas las partes del arbolito. Así podrá crecer fuerte y sano.

Mediante el alambrado, además, se consigue modelar el bonsái para que vaya adoptando la forma que deseamos. Funciona mejor en aquellas especies cuyas ramas son más flexibles y menos rígidas.

Las ramas se mantienen alambradas hasta que “lignifican”, es decir, hasta que adquieren consistencia leñosa, más fuerte y sólida. Lo importante para lograr un buen resultado es saber cuándo retirar el alambre para evitar las marcas y lograr resultados naturales.

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Las mejores especies para interior

Ya sabemos que no todas las especies de bonsáis se pueden cultivar en interior con buenos resultados. Por eso es importante saber elegirlas. Te contamos algunas especies por las que puedes optar:

- Bonsái de ficus. Es uno de los más habituales para cuidar dentro de casa, ya que es resistente y tolera bien la baja humedad, uno de los problemas a los que se enfrentan los árboles en interiores. Dentro del género ficus, destacan las especies Ficus retusa (Ficus microcarpa L.), Ficus enano (Ficus benjamina L.) o la higuera (Ficus carica L.).

- Carmona o Té de Fukien (Carmona microphylla). Originaria de China, sobrevive bien en interiores porque necesita un espacio cálido y luminoso. De hecho, no conviene que la temperatura ambiental baje de 20ºC. Abónala con un fertilizante orgánico sólido desde la primavera hasta el otoño.

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