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Si estás buscando una planta ornamental bella y fácil de cuidar, el agapanto (Agapanthus africanus) puede ser la opción que necesitas. Además de exhibir unas preciosas flores azules y blancas durante todo el verano, no tendrás que darle demasiados cuidados. ¿Te animas?

 

Una planta ornamental que decora por sí misma

Conocida también como Lirio africano o Flor del amor, el agapanto es una planta bella y especial. Hace gala de unas hojas alargadas de color verde oscuro que surgen de un tallo central y que se llenan de flores durante los meses estivales aportando color y alegría al jardín.

Pero no solo eso; también es una planta muy sencilla de cuidar, que apenas requiere atenciones. Por todo ello el agapanto es una especie genial para plantar en casa, ya sea en el suelo del jardín o en una maceta adecuada.

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En el suelo del jardín

Para cultivar el agapanto en el exterior tendrás que buscarle un buen lugar en tu jardín. Es una suerte que esta planta no sea exigente con el tipo de suelo, ya que cualquier terreno le vendrá bien para crecer de maravilla.

Procura plantarla a pleno sol ya que florecerá más y mejor, aunque si tu jardín está en una zona muy calurosa lo mejor es ponerla en semisombra. En invierno deberás proteger sus raíces del frío con un buen acolchado.

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Agapanto en maceta

Esta planta crece estupendamente también en contenedor, igual que en el suelo del jardín, por lo que podrás plantarlo en una maceta y disfrutar de su belleza donde tú quieras.

Prepara una mezcla de compost y arena, con un alto contenido en esta última para favorecer el drenaje. Las raíces del agapanto no necesitan demasiado sitio para desarrollarse bien. De hecho, al estar comprimidas se estimula el crecimiento de la planta. Cuando observes que las raíces aparecen por la parte superior de la maceta habrá llegado el momento de cambiar tu agapanto a un tiesto mayor.

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Cómo establecer una correcta pauta de riego

Una de las características que hacen resistente al agapanto es que es capaz de soportar estoicamente la sequía, aunque si quieres que la floración sea larga y abundante tendrás que regarlo de la forma adecuada.

Durante la época de crecimiento y floración, esto es en primavera y verano, debes regarlo abundantemente pero sin excesos, sin encharcar el terreno. Procura que la tierra esté siempre ligeramente húmeda. En otoño e invierno solo tendrás que regar el agapanto cuando la tierra esté seca.

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Una floración de ensueño

Lo que más nos gusta del agapanto, una planta agradecida donde las haya, es ver cómo florece al llegar el verano, durante los meses de julio y agosto. Es entonces cuando aparecer sus grandes esferas compuestas de flores pequeñas unidas por el pedúnculo. Estas maravillosas flores pueden ser de un bonito color azul o blancas.

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Protégela del frío

Aunque se trate de una planta capaz de aguantar un amplio intervalo de temperaturas, hay determinadas situaciones en las que sufre más. Es cierto que puede soportar heladas suaves, pero por debajo de -8ºC el agapanto perderá las hojas y, aunque sobrevivirá, no las recuperará hasta la próxima temporada.

Por lo tanto, si vives en una zona en la que el frío en invierno es extremo lo mejor que puedes hacer es proteger las raíces de la planta con un buen acolchado.

Lo bueno de cultivar el agapanto en maceta es que, una vez se va acercando el otoño, podrás trasladar la planta a un lugar donde esté a salvo de las bajas temperaturas.

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¿Tengo que abonar mi agapanto?

Si pretendes que la planta florezca con fuerza al llegar el verano, es importante aportarle una buena cantidad de nutrientes. Cuando el invierno esté tocando a su fin debes proporcionarle abono orgánico como, por ejemplo, estiércol o hummus de lombriz.

Después, a mediados de la primavera, comienza a abonar la planta cada 15 días con un fertilizante líquido bajo en nitrógeno diluido en el agua de riego. De esta forma se estimulará la floración y tus agapantos se convertirán en todo un espectáculo de belleza y color en verano.

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Cómo multiplicar el agapanto

Conseguir nuevas plantas a partir de tu agapanto es una tarea bastante sencilla si lo haces mediante la división del rizoma a finales del verano.

- Para empezar extrae la planta y deja expuestas las raíces.

- Divide la planta en varias partes, de forma que cada trozo de la raíz tenga al menos un brote.

- Plántalos en una maceta, o en el suelo del jardín, procurando que tenga un buen drenaje.

- Riega de forma abundante.

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Una planta fuerte, resistente a las plagas

No es el agapanto una planta delicada, ni sufre especialmente el ataque de las plagas, aunque sí pueden afectarle insectos como los caracoles o las babosas, que podrían agujerear las hojas.

En cuanto a las enfermedades que puede sufrir el agapanto destacan, sobre todo, aquellas provocadas por un exceso de riego. Si se encharca el sustrato por haber regado demasiado la planta, o porque el drenaje no era el adecuado, eso puede hacer que se pudran las raíces.

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