Radiadores que decoran: 10 Ideas para que calienten tu casa sin arruinar el estilo


Desde pintarlos del mismo color que la pared hasta integrarlos en un mueble, para que aporten tanto calor como diseño


Salón comedor y cocina en un mismo espacio, con suelo de madera en espiga, mesa de madera con sillas, columna de cemento, taburetes altos, cuadros, lámpara de techo blanca, radiadores blancos,, librería de obra© AM Love Stories
15 de octubre de 2025 - 18:00 CEST

Las viviendas actuales están eliminando los radiadores a favor de sistemas invisibles, como el suelo radiante. Sin embargo, la mayoría de las casas, especialmente las que pueden presumir de cierta edad, cuentan con ellos. Integrarlos o no integrarlos es una de esas cuestiones que despiertan debates en los corrillos deco, especialmente cuando llega el frío y piensas en ellos. 

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Por eso, nosotros no vamos a apostar por una u otra solución, sino que hemos recopilado 12 ideas de decoración para que encuentres inspiración. Piensa que el tipo de elemento, los de hierro fundido, son una joya, por ejemplo, y el estilo de la estancia también son importantes en la decisión. 

En esta propuesta del estudio Anabel Soria Arquitectura e Interiorismo (foto de apertura), los radiadores se integran en el ambiente de manera natural, sin esconderse, pero tampoco sin acaparar demasiado protagonismo. Son elementos estructurales que, como el pilar en bruto que organiza el espacio entre la cocina y el salón, forman parte de la vivienda

© Amador Toril

Tras las cortinas

Como si estuvieras jugando a 'me ves y ahora no me ves'. Una manera de ocultarlos sin complicaciones, es corriendo las cortinas. Así, notarás que están, pero no te molestarán visualmente. Eso sí, ten cuidado a la hora de colgarlas, para que no queden pegadas. Se recomienda dejar, entre ambos, al menos 5 cm, para que no bloqueen la transmisión de calor, con el peligro que esto conlleva, además del consiguiente gasto de energía. 

Lo ideal, como en este salón, diseñado por Alberto Torres Interiorismo con estilismo de Beatriz Sánchez, es optar por tejidos ligeros y claros, que permiten el paso de la luz y dejan que el calor circule sin obstáculos. 

© John Taylor

A juego con la pared

Y el ambiente. Una de las maneras más sencillas de camuflar el radiador es pintándolo en el mismo color que la pared. De esta forma, se mimetizará y pasará más desapercibido. 

Aunque lo habitual es que vaya en blanco, en esta vivienda de la inmobiliaria John Taylor se visten en gris antracita, a juego con las molduras decorativas. El resultado es tan sorprendente como elegante. Si te quieres divertir y dar un giro inesperado a tu decoración, atrévete con la tendencia 'color block'

© David Montero

A los pies de la ventana

Es una de las ubicaciones más usuales y de los dúos decorativos mejor avenidos e infalibles. Además, esta situación privilegiada combate mejor el frío del exterior, garantiza mayor confort térmico y es más eficiente

En esta propuesta de la interiorista Raquel González, con estilismo de Cristina Rodríguez Goitia, se ha logrado un espacio de trabajo calentito y con mucha luz natural. La combinación de estor y cortinas es perfecta tanto a nivel decorativo como práctico. 

© Alejandro Castellano

Bajo un mueble alto

Si quieres disimular su presencia en una estancia, prueba a ocultarlo bajo el mobiliario. Puede ser una estantería, baldas o un armario. En esta habitación infantil, diseñada por el estudio Marta Labrador, el radiador se camufla bajo el escritorio a medida y el mueble. Su color blanco, a juego con la mesa y las puertas, logran un conjunto en armonía, donde apenas se nota su presencia, pero sí su confort. 

© Antonio Matres Design

Integrado en una pieza del mobiliario

Al integrar el radiador en un mueble adaptado a ese uso, tanto cerrado como abierto, evitas todas las molestias y su impacto en la estética de la estancia, sin renunciar a sus ventajas. Así, pasa desapercibido y encaja en el conjunto. Eso sí, es importante que la pieza tenga un diseño adecuado a este fin, que permita la circulación del calor, nunca puede ser cerrado del todo. 

Este proyecto del arquitecto Antonio Matres pone de manifiesto cómo disimular el radiador puede ser también una muestra de estilo. 

© Scirocco

Acaparando la atención

Si no puedes vencer a tu enemigo, únete a él. Así, podríamos describir esta idea para integrar los radiadores en tus estancias. Eso sí, si optas por esta opción debes elegir un modelo que cumpla tus expectativas decorativas. No vale con uno estándar, debe llamar la atención por el color, material o diseño. El modelo Tiffany de Scirocco lo hace cumple los tres requisitos. Realizado en hierro fundido y de estilo 'art nouveau', su tono azul redondea el efecto de su magia en la estancia. 

© Irsap

Como un objeto decorativo

Una manera de integrar un radiador en una estancia es convirtiéndolo en un objeto decorativo, cuya visión no solo no te moleste, sino que te guste. Para ello, debes elegir un diseño decorativo, como el modelo Arpa 18 Vertical de Irsap, que aúna estética con un alto rendimiento térmico. 

Por cierto, su posición vertical es perfecta para pisos pequeños, ya que resulta más ligera y recarga menos el ambiente.  

© Himacs

Camuflado en un cubrerradiador

Si no quieres que se vea, nada mejor que un cubrerradiador, que permiten que el calor circule, pero mantienen el aparato oculto, o casi. 

En este baño, con lavabo de Himacs, su diseño encaja a la perfección en el estilo minimalista y limpio del ambiente. Colocado bajo la ventana, su color blanco y sus lamas verticales son todo un acierto. Además, deja libre el alféizar a modo de estante. 

© David Montero

En modo repisa

Vale que solo puede tener ese uso en verano, pero lo cierto es que nos encanta. Además, esta solución cuenta con otra ventaja, ya que hace que pierdas de vista el radiador y dirijas la vista hacia el cuadro, como ocurre en esta propuesta de la interiorista Raquel González, la planta o los adornos que hayas colocado. 

Si quieres replicar esta idea todo el año, haz que el radiador sea tu chimenea y coloca una balda encima, que puedes usar como superficie de apoyo para un cuadro o un espejo

© Antrax

Con más de una función

Los radiadores toalleros son un clásico de la vivienda actual, ya que, además de aumentar el confort en el baño, mantienen calientes las toallas y suman estilo a la estancia. 

Sobre todo si se trata de un diseño tan decorativo como la Serie T de Antrax, diseñada por Matteo Thun & Antonio Rodríguez. Un modelo que se instala en vertical, otro punto a su favor, que nos recuerda a un armario, tipo columna, por lo que el albornoz queda dentro, favoreciendo la limpieza visual.  

© Lupe Clemente

En solitario

Hemos dicho que integrar o no los radiadores es cuestión de diseño, estilo y gustos. Por eso, en ocasiones, dejar que luzca palmito en un ambiente no solo no afea la estancia, sino que aporta un plus de elegancia

Esto ocurre, especialmente, en viviendas clásicas, donde los elementos estructurales son la esencia y el alma de la casa. Como ocurre en la reforma integral de este piso madrileño, llevada a cabo por Estudio Ibarra. 

© John Taylor

De dos en dos

Los metros de la estancia y el número de radiadores vistos también son importantes a la hora de integrarlos en la decoración. 

En el caso de que haya más de uno, como ocurre en esta vivienda de John Taylor, una buena idea es jugar con la simetría y el equilibrio. Aquí, se trata de modelos idénticos que se han situado bajo las ventanas. Todo un acierto decorativo, que también influye en la distribución del espacio. 

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.