Silvia Tcherassi nos abre las puertas de su nueva casa en Madrid: su hija Sofía, un universo de color y la elegancia más 'chic'


La diseñadora colombiana es la encargada de inaugurar la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid como figura internacional invitada


© Mattia Bettinelli
20 de septiembre de 2025 - 13:08 CEST

La famosa diseñadora colombiana Silvia Tcherassi inaugura la Mercedes Fashion Week Madrid como creadora internacional invitada. Aunque reside en Miami, Silvia recibe este homenaje de la ciudad en la que, desde hace diez años, tiene una boutique y en la que, recientemente, ha estrenado su precioso apartamento, ya que Madrid es la ciudad europea que más le ha enamorado.

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Silvia Tcherassi y su hija, Sofía, en el salón del piso madrileño de la colombiana. Sobre la chimenea original, un espejo antiguo que la diseñadora compró en Milán.

La vivienda habla en términos de moda. Un envolvente blanco, respetuoso con la estructura antigua de la casa, se ilumina con una sinfonía en lima, azul aguamarina, con toques de naranja, rojo, azul y dorado en las numerosas obras de arte que Silvia, con su perfeccionismo innato, ha buscado para dar a esta casa un encanto que caracteriza todo su estilo. 

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Los tonos neutros del sofá y de las dos sillas italianas de los años 50, del arquitecto Erberto Carboni, contrastan con el lima de la alfombra

Entrar en su mundo es fascinante, sobre todo si es ella quien lo explica. Incluso los libros, sin buscarlo, narran paletas de colores que convierten la biblioteca en un arcoíris de azules, rosas y violetas, como los vestidos de sus colecciones. El clasicismo y la sofisticación moderna con toques vintage seleccionados con gran gusto se convierten así en el marco de sus días madrileños, llenos de alegría, intenso trabajo y de afecto familiar.

"Madrid me recibió con los brazos abiertos hace diez años y España y su cultura siempre me han inspirado", nos dice la creadora

© Mattia Bettinelli

—¿Por qué decidiste abrir una casa en Madrid?

—Desde que abrí mi boutique en Madrid, hace diez años, con la intención de que fuera la puerta de entrada a Europa, empecé a pasar mucho más tiempo en la ciudad. Cuando estaba en Milán, Florencia o en Como, visitando las fábricas donde producen mis telas y mis accesorios, o en Portugal, conociendo un potencial proveedor, no veía la hora de regresar a Madrid. La arquitectura, los restaurantes, la vida cultural y, sobre todo, los madrileños no tienen comparación en Europa. Antes me alojaba en el Villa Magna y me hacían sentir como en casa, pero necesitaba tener un espacio más personal para mis visitas a la ciudad, cada vez más frecuentes.

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En la pared, obra del artista colombiano Ricardo Cárdenas y lámpara "chandelier" de Vico Magistretti
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Carrito de bar postmoderno de Ettore Sottsass

—Y te estableciste en el barrio de Salamanca.

—Sí, empecé a buscar hasta que encontré el espacio con el encanto, el potencial, la luz y la distribución que necesitaba en el barrio de Salamanca, muy cerca de la boutique, otra cosa que para mí era importante. Está en un edificio de 1825, perfecto representante de la arquitectura de la época. Tiene una disposición amplia, resaltada por cornisas, columnas y discretos acentos. Los pisos de madera son los originales y eso se ve y se escucha…Como diseñadora de interiores, para mí son aspectos muy importantes.

"Mi naturaleza es ecléctica y me gusta jugar con los contrastes. Por eso hay piezas de arte contemporáneas mezcladas con otras antiguas y muebles 'mid- century'”

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Sofía Espinosa Tcherassi, de 27 años, posa en otro de los espacios de la casa. La hija de la diseñadora se formó en Parsons, la mejor escuela de Nueva York. Posteriormente, trabajó en algunas de las firmas más prestigiosas para, finalmente, pasar a formar parte de la empresa familiar como directora de la línea "ready to wear"

—¿Qué nos puedes contar de la decoración?

—Quería que el piso conservara su identidad, que reflejara su historia y, al mismo tiempo, mi estilo personal. A diferencia de mis otros espacios, en este hay mayor presencia del color. Trabajé una gama de cítricos y neutros y los acentos de color se replican generando un resultado armónico. Disfruté el proceso al máximo.

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"Disfruto mucho haciendo mis mesas. Con el tiempo, he ido coleccionando piezas de distintas épocas y me gusta mezclarlas. No diría que soy la anfitriona perfecta, pero sí que pienso en cada detalle"

—Háblanos de las obras de arte.

—Mi naturaleza es ecléctica y me gusta jugar con los contrastes. Por eso hay piezas de arte contemporáneas mezcladas con otras antiguas y muebles "mid-century". Creo que esa mezcla da más personalidad a los espacios. También hay piezas que pertenecen al archivo de la marca y que formaron parte de una exhibición retrospectiva que me hicieron, y de la decoración del Tcherassi Hotel en Cartagena. 

He incorporado piezas realizadas por mi madre, Vera, que siempre ha sido una apasionada del arte, pero recientemente empezó ella misma a crearlo, y ya ha participado en su primera exhibición colectiva aquí en Madrid, en la Galería El Museo. También hay un dibujo de David Manzur, pinturas de María Teresa Rizzi, obras en pequeño formato de Catalina Ortiz, fotografías vintage de Milán tomadas por Arnaldo Chierichetti, esculturas de Nadín Ospina y Ricardo Cárdenas y una pieza postmodernista en acrílico que adquirí en Italia.

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En el comedor, tras la mesa de Lievore Altherr Molina para diez comensales, rodeada de sillas contemporáneas españolas en un vibrante amarillo, vemos el aparador italiano "mid-century" sobre el que cuelga un Cuadro elaborado con etiquetas de la marca
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La mesa exquisitamente puesta con una vajilla de edición limitada de Vista Alegre y manteles individuales de Borgo delle Tovaglie
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Cuadro elaborado con etiquetas de la marca en tonos metálicos
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—¿Qué otros elementos destacas?

—El elemento central en el comedor es la mesa de diez puestos de Lievore Altherr Molina; tiene un tamaño perfecto que resalta la silueta de las sillas, que es muy limpia. Sobre el aparador italiano "mid-century", que cuenta con un panel central pintado, descansa una pieza colgante elaborada con etiquetas de la marca en tonos metálicos, y dos obeliscos en resina de los años 70, de Pierre Giraudon. Para la sala, escogí de mi colección dos sillas italianas de los años 50 del arquitecto, diseñador e ilustrador Erberto Carboni, que son cómodas, ligeras visualmente y van perfectamente con el sofá de tonalidades neutras. 

Contrastan con otros modelos en el ambiente, como las King Costes de Philippe Starck y las sillas españolas contemporáneas del comedor. Me gustan mucho los carros de bar y les doy múltiples usos: tengo uno "mid-centuryen latón y otro postmoderno de Ettore Sottsass, la figura destacada del movimiento Memphis, con un colorido increíble. La chimenea original está coronada por un espejo antiguo que compré en Milán. Las lámparas para mí son muy importantes en términos de funcionalidad y estética, y destacan un chandelier de Vico Magistretti, para Artemide, y dos piezas de pared de Kazuhide Takahama. Me fascina estar rodeada de libros, de lectura y, por supuesto, de moda, pero también de viajes y gastronomía.

"Quería que el piso conservara su identidad, que reflejara su historia y, al mismo tiempo, mi estilo personal. A diferencia de mis otros espacios, en este hay mayor presencia del color"

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Silvia Tcherassi ha convertido también la biblioteca, sin buscarlo, en un arcoíris de azules, rosas y violetas por el color de los libros

—Te encanta el arte de la mesa. ¿Cómo recibes a tus invitados?

—Disfruto mucho haciendo mis mesas. Con el tiempo, he ido coleccionando piezas de distintas épocas y me gusta mezclarlas. En cuanto a vajillas, me gustan las antiguas de Minton, las Rosenthal vintage y los diseños contemporáneos de Bernardaud. Para estas fotos, he escogido una edición limitada de Vista Alegre, que tiene un atractivo visual incomparable. En cuanto a cubiertos, me gustan tanto los de Christofle, como piezas de madreperla y plata de Sheffield. 

Me fascina la cristalería de Moser. No estoy casada con una marca o un estilo. Así como me encargo de seleccionar el menú y, si tengo tiempo, preparar algunos de los platos, me gusta hacer personalmente los arreglos florales… No diría que soy la anfitriona perfecta, pero sí que pienso en cada detalle, empezando por el grupo que voy a invitar, ese es el primer paso para un acontecimiento exitoso. Y recientemente he ido dejando a un lado la formalidad y me inclino más por una cuidada mezcla de aperitivos y platos compartidos family style. Eso crea una atmósfera más relajada y, como diría respecto a mi moda, elegante sin esfuerzo.

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Destacan también dos sillas King Costes de Philippe Starck, tras las que se aprecia una colorida obra de arte creada por Vera Tcherassi, la madre de nuestra anfitriona
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—Trabajas junto a tu madre y tu hija. ¿Resulta fácil mezclar familia y negocios?

—Somos orgullosamente una empresa familiar, donde los límites entre la vida de familia y los negocios son invisibles porque disfrutamos de lo que hacemos; nuestra vida gira alrededor de la moda y nos gusta estar creando, explorando y descubriendo. Como mis hijos crecieron en este mundo, no conocen otra forma de vida. Cada uno tuvo la oportunidad de escoger su carrera y ambos apostaron por acompañarnos en esta aventura en una industria retadora y competitiva, pero que nos ha llenado de éxitos y satisfacciones. Ellos han visto cómo, con disciplina y dedicación, se pueden materializar los sueños y tener impacto. 

Con ellos, siento que mi legado está en buenas manos. Mauricio llegó a apoyar nuestra expansión y Sofía a ampliar nuestro lenguaje de moda con nuevos productos y materiales. Y Mariel, la esposa de Mauricio, se sumó a la familia hace poco más de un año, pero parece que nos conociéramos de toda la vida. A sus 82 años, mi madre nos sigue inspirando, tiene una capacidad de trabajo y una visión increíbles. A veces digo que es la más moderna de las tres. No descansa nunca y ahora, además, combina su trabajo en la empresa con su pasión por la pintura. Y Sofía no deja de sorprenderme, con su madurez y alto sentido de la responsabilidad.

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Sofía posa ante un jarrón "vintage" de cristal de Murano y la colección de fotografías antiguas de Milán, tomadas por Arnaldo Chierichetti, que decoran una de las estancia

"Sofía no deja de sorprenderme, con su madurez y alto sentido de la responsabilidad. Ha ampliado nuestro lenguaje de moda con nuevos productos y materiales"

—¿Qué es la esencia de Tcherassi?

—Nuestra esencia se materializa en la búsqueda de una elegancia sin esfuerzo, natural, sin artificios, ni excesos. Esto guía todo nuestro proceso creativo, entrelazado con los códigos que nos caracterizan: un artístico manejo del color y las texturas, la incorporación de técnicas de la alta costura al ready to wear y el compromiso con la innovación. Nuestro proceso es muy experimental y eso se nota en los resultados. 

Por otro lado, hay conceptos que son importantes para nosotros, como la autenticidad, la transparencia y la sostenibilidad… Toda esa mezcla crea nuestro universo y lo que nos ha distinguido desde el principio. Nunca hemos perdido la capacidad de sorprender, hemos evolucionado, pero siendo fieles a nuestro estilo y a lo que somos.

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Uno de los dormitorios en tonos verdes
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Cabecero tapizado con corales y un baño, en rojo, con armario de diseño de Kartell
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—Cuéntanos tus proyectos.

—Estamos en una etapa que se caracteriza por la apertura de nuestros propios espacios en destinos y en direcciones importantes, ofreciendo lo mejor de nuestras colecciones, pero también piezas exclusivas de cada boutique. Recientemente, abrimos en Capri y en Palm Beach. También seguiremos ampliando categorías de productos, con los accesorios como punta de lanza. Empezamos con el bolso Sofia, que fue muy bien recibido, y en las recientes colecciones hemos incorporado nuevos modelos. Y tener presencia en el mundo de los perfumes y la belleza sigue siendo una prioridad.

"Somos orgullosamente una empresa familiar, disfrutamos de lo que hacemos, nuestra vida gira alrededor de la moda"

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Silvia trabaja junto a su hija Sofía y su madre, Vera. "A sus 82 años, mi madre nos sigue inspirando, tiene una capacidad de trabajo y una visión increíbles. A veces digo que es la más moderna de las tres", comenta la diseñadora
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La cocina, de líneas muy limpias y modernas

—¿Qué supone participar en MBFWM?

—Ser la primera diseñadora internacional invitada a la Mercedes Benz Fashion Week Madrid es todo un honor y tiene un significado muy especial, no solo porque son los 40 años del evento, sino porque Madrid me recibió con los brazos abiertos, hace diez años, y España y su cultura siempre me han inspirado. Espero que disfruten mi desfile que abre la semana de la moda en la Galería de Cristal del Palacio de Cibeles, convirtiéndose así la moda en una herramienta de integración iberoamericana.

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El pasillo, decorado con fotografías en blanco y negro de la reconstrucción de Milán, tras la Segunda Guerra Mundial
TEXTO

Nanà Bottazzi

FOTOGRAFÍAS

Mattia Bettinelli 

REALIZACIÓN

Nanà Bottazzi

TRAJES Y COMPLEMENTOS

Silvia Tcherassi

ALFOMBRAS

Pasha Moret

PLATOS Y FLOREROS

Vista Alegre

AGRADECIMIENTOS

The Flower Room, Kartel, G Ponsx In Casa

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.