En ensaladas, en sabrosas tostas o como ingrediente principal del delicioso guacamole. El aguacate es una de las frutas tropicales más apreciadas y consumidas gracias a su riquísimo sabor, a sus propiedades beneficiosas para la salud y a su versatilidad. Cultivarlo en el jardín es una gran idea: tendrás un precioso arbolito y con el tiempo disfrutarás de suculentos frutos. Estos son los cuidados que necesita.
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Una planta tropical
Disfrutar del sabor especial del aguacate no es una idea del hombre moderno, sino que esta riquísima fruta ya se consumía hace 10.000 años. De esa época datan las primeras evidencias de su consumo en el valle de Tehuacán en México. De hecho, se trata de una planta originaria de este país y también de Colombia y Venezuela. Pertenece a la familia de las lauráceas y fue descubierto por los primeros españoles que viajaron a América y lo trajeron a Europa, donde triunfó. Hoy el aguacate (Persea americana) se cultiva de forma muy abundante en las zonas de clima tropical y mediterráneo, en las que la temperatura y las condiciones climáticas le son favorables. Es una fruta muy apreciada desde un punto de vista gastronómico, por su sabor y textura suave.
El mejor emplazamiento: un rincón cálido y luminoso en el jardín
Como buena planta tropical, el aguacate necesita un entorno cálido para crecer y desarrollarse adecuadamente, con temperaturas estables, ya que no le gustan nada los cambios bruscos en el termómetro, que pueden limitar la producción de frutos. Lo más importante es ser cuidadoso con el frío, porque no soporta las temperaturas por debajo de 10 °C.
En lo que se refiere al sol, el aguacate necesita entre 6 y 8 horas de luz directa al día. Este es un requisito necesario para que produzca sus frutos, además de la humedad ambiental que ha de ser alta. Lo ideal es ubicarlo en un lugar del jardín que esté a resguardo de las corrientes de aire y del sol directo (si la zona en la que vives es muy calurosa).
¿Cómo se riega el aguacate?
Tanto si lo cultivas en maceta como si lo plantas en el suelo del jardín, el aguacate es una especie que necesita bastante agua de forma frecuente. Para lograr que crezca saludable y feliz, conviene que mantengas el sustrato húmedo en todo momento. Debes vigilarlo y estar pendiente del momento en que se seca la tierra para volver a regarlo. Eso sí, si quieres aportarle agua sin equivocaciones que hagan sufrir a tu planta, no debes pasarte y provocar un encharcamiento. El aguacate prefiere que lo riegues más a menudo, pero con menos cantidad de agua.
Una buena dosis de energía
Aunque cultivar la planta de aguacate es bastante sencillo, es un proceso que lleva su tiempo. Si comienzas haciendo germinar una semilla de aguacate, pasará bastante tiempo hasta que puedas sembrar una planta en el suelo del jardín, y más aún hasta que se convierta en un árbol, dado que es una planta de crecimiento lento. Por eso, uno de los cuidados que necesita el aguacate es el abonado, que le ayudará a desarrollarse adecuadamente.
Esta planta necesita minerales para crecer adecuadamente, entre ellos magnesio, fósforo, nitrógeno y potasio. El fósforo, por ejemplo, es un mineral que contribuye a mejorar la formación de frutos, que después podrás cosechar. Puedes proporcionar a tu planta de aguacate un fertilizante adecuado durante la época de crecimiento y desarrollo, en primavera y verano. Dado que después vas a consumir sus frutos, conviene utilizar fertilizantes lo más naturales posibles, y que sean inocuos.
El suelo perfecto: ácido y rico en nutrientes
Para cultivar una planta de aguacate, primero en maceta y después en el terreno del jardín, es importante procurarle la tierra que necesita. Al aguacate (Persea americana) le gustan los suelos ricos en nutrientes. La materia orgánica ayuda, además, a retener la humedad del suelo y aporta a la planta de aguacate los minerales que necesita.
También es fundamental que el suelo del jardín sea ligeramente ácido, ya que un pH de 6 o 7 ayuda a que la planta pueda absorber mejor los nutrientes.
¿Cómo plantar un aguacate?
Si quieres cultivar un aguacate en casa, en maceta o en el jardín, debes saber que no necesitas ir corriendo al vivero a comprar una planta. Con un poco de paciencia podrás conseguir tus propios aguacates partiendo de las semillas de una manera muy sencilla. La próxima vez que disfrutes de unos ricos aguacates, guarda los huesos del interior porque son las semillas que germinarán después. Esto es lo que debes hacer con tu hueso para conseguir una planta.
- Limpia tu hueso de aguacate y clava en él tres o cuatro palillos por los lados. Esto es para que pueda sujetarse sobre un vaso con agua, de forma que solo quede sumergido en el agua la mitad inferior del hueso. Colócalo de forma que la parte puntiaguda quede hacia arriba. Coloca
- Coloca el vaso de agua con el hueso en un lugar soleado. Para poder germinar y echar raíces, esta semilla de aguacate necesita luz solar, agua y un lugar cálido. Rellena el vaso según se vaya evaporando el agua, para que siempre quede sumergida la parte inferior del hueso.
Una especie de crecimiento lento
Una de las cosas que debes tener en cuenta antes de cultivar aguacates en maceta es que se trata de plantas de crecimiento lento. Es necesario tener paciencia, ya que la semilla del aguacate se toma su tiempo para germinar.
- En dos meses aproximadamente aparecerá el tallo. La parte superior del hueso se agrieta y se abre y a continuación brota el tallo. Después saldrán las raíces que se van desarrollando poco a poco.
- Una vez que el tallo mida unos 20 cm, puedes podarlo ligeramente para que adquiera más fuerza. Cuando vuelva a medir unos 20 cm, plántalo en una maceta con un sustrato rico en nutrientes, dejando parte del hueso al descubierto, sin enterrarlo completamente.
Perfecto para cultivar en maceta
Cuando tu pequeño aguacate esté listo para ser trasplantado a una maceta, puedes cambiarlo de recipiente, utilizando para ello un tiesto con agujeros de drenaje, lo que es perfecto para evitar encharcamientos que puedan perjudicar a las raíces. Con el tiempo la planta irá creciendo y cuando ya alcance cierta envergadura tendrás que trasplantarlo en una maceta mayor. Este proceso se debe hacer más o menos cada dos años.
Un consejo: para conseguir que tu planta de aguacate vaya adquiriendo más fuerza y consistencia puedes podarla ligeramente de vez en cuando. Después brotará con más fuerza.
Trasplantar el aguacate al jardín
Si tienes la suerte de contar con un jardín en casa, entonces lo mejor que puedes hacer es llevar tu aguacate al jardín y plantarlo allí, en un rincón soleado y resguardado del frío, el viento y las heladas. No importa si tu jardín es pequeño: el aguacate es un árbol de crecimiento lento que no ocupará mucho sitio. Lo importante para cultivar con éxito un aguacate en el exterior es que el clima sea cálido y que lo riegues adecuadamente.
Un consejo: la mejor época del año para trasplantar el aguacate es de marzo a junio, en primavera, cuando la temperatura ronda los 20-25 °C. En esas primeras semanas en el jardín riega la planta en profundidad y protégelo del sol.
¿Quieres más frutos? Haz un injerto
Es una técnica de jardinería que puede resultar útil para conseguir una cosecha más abundante, con más frutos y mejores frutos. Un injerto puede acelerar la producción de frutos de tu arbolito de aguacate. Si dejas que siga el proceso natural, lo habitual es que tarde unos dos años en dar sus primeros frutos.
Para hacer el injerto has de esperar a que el arbolito mida en torno a un metro de altura. Haz una incisión en forma de T en el tallo, a una altura de unos 30 cm desde el suelo. En otro árbol que ya produzca aguacates haz un corte en diagonal a unos dos centímetros de una yema. Debes injertar esta yema en el corte que has hecho en forma de T. Levanta la corteza con mucho cuidado y une la yema con una goma. En unos dos meses, la yema y la planta se unirán, y el árbol producirá frutos antes.