¿Creíais que, una vez pasado Halloween íbamos a olvidarnos de la calabaza y sus infinitas posibilidades culinarias? ¡Por supuesto que no! Y que, aunque nos gusta aprovechar esa festividad de origen anglosajón para cocinar recetas ‘terroríficas’ vinculadas a ella, la calabaza forma parte de nuestra cesta de la compra durante todos los meses más fríos del año.
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Su sabor dulzón hace que combine igual de bien en platos salados y en irresistibles postres. Pero, ¿hasta qué punto conocemos este producto de la huerta? Hoy hemos querido recopilar un buen número de trucos y consejos para sacar el máximo partido a un producto que nos fascina. ¡Vamos con ellos!
CÓMO ELEGIR UNA BUENA CALABAZA EN EL MERCADO
-La piel. Debe ser dura y consistente, sin zonas blandas, golpes o cortes. Si al presionar cede, ya está empezando a estropearse.
-El color. Tiene que ser uniforme. No debe tener zonas muy pálidas ni ser demasiado brillante. Una calabaza madura y lista para consumir suele presentar un acabado ligeramente mate.
-El peso. Una buena calabaza pesa más de lo que parece (señal de pulpa compacta, jugosa y densa).
-El rabito, siempre presente. Si aún tiene el pedúnculo, se conservará mejor. Si no lo tiene, es mejor descartarla, ya que el área es más sensible a la putrefacción.
-El sonido. Una calabaza en su punto ideal de maduración debe emitir un sonido sordo y hueco al golpearla suavemente.
CÓMO CONSERVARLA
Si la calabaza tiene su cáscara intacta y un buen tallo, puede durar muchísimo tiempo, incluso meses. El lugar ideal para su conservación en un sitio fresco, seco, oscuro y bien ventilado, sin lavarla previamente. La nevera no es recomendable.
Una vez que la cortas, el tiempo de conservación se reduce muchos, así que en este caso sí hay refrigerar o congelar.
-Si la congelas cruda. La pelas, la cortas en cubos del tamaño que suelas utilizar y los guardas en bolsas de congelado con cierre zip, extrayendo la mayor cantidad de aire posible.
-Si la congelas cocinada. Asa o hierve la calabaza hasta que esté blanda, guarda los trocitos y, una vez, enfriada, conserva en recipientes herméticos (si solo vas a refrigerar) o en bolsas de congelación para congelarla.
CÓMO LIMPIARLA Y PELARLA FÁCILMENTE
Ten en cuenta que la piel de la calabaza es bastante dura. Por ello, necesitarás hacerte con un buen cuchillo grande y afilado e, idealmente, con un pelador de verduras. También con una buena tabla de cocina (puedes colocar debajo un trapo húmedo para que no se deslice).
A la hora de pelarla vamos a diferenciar entre la calabaza tipo cacahuete (Butternut) y la redonda (tipo Potimarrón):
-CALABAZA TIPO CACAHUETE
Esta es más sencilla de manipular. Primero corta los extremos superior e inferior de la calabaza. Estabilízala colocándola de pie sobre el extremo más ancho y plano. Usa un pelador de verduras de buena calidad para retirar la piel, trabajando de arriba a abajo. La cáscara de la Butternut no es extremadamente dura, por lo que el pelador suele ser suficiente (pero puedes hacerlo igualmente con cuchillo).
A continuación, ‘acuesta’ la calabaza y corta por la mitad de forma longitudinal (a lo largo). Con ayuda de una cuchara grande resistente ve raspando y retirando las semillas y filamentos fibrosos del interior (puedes desechar las pipas o guardarlas para tostarlas).
-CALABAZA REDONDA
Suelen tener una piel mucho más dura y gruesa, lo que dificulta el pelado, así que un buen tip es ablandar primero la piel metiéndola unos minutos en el microondas. Para ello: pincha la calabaza varias veces con un tenedor. Colócala entera en el microondas durante 3 o 4 minutos (dependiendo del tamaño). Esto ablandará ligeramente la piel, haciendo que sea más fácil cortarla y pelarla con un cuchillo o pelador. Después, procede igual: corta los extremos para estabilizarla. Pélala, córtala por la mitad y retira las pipas. Luego corta en cubos o como te venga mejor para tu receta.
LAS MEJORES TÉCNICAS DE COCINADO
La calabaza nos ofrece una enorme versatilidad culinaria siendo numerosas la técnicas de cocinado que podemos emplear para disfrutar de su sabor:
-Asada al horno. La cocción seca a temperatura alta carameliza sus azúcares naturales, intensificando su sabor y dulzura. Hay muchas recetas en este sentido, pero simplemente, cortada en bastones o cubos, rociada con un poco de aceite de oliva, sal y pimienta, y cocinada durante 25–30 minutos en el horno, está muy rica, ya sea sola o como guarnición. Además, una vez asada, también puede convertirse en una excelente base para cremas y sopas.
-Al vapor o hervida. Este método es el más rápido para ablandar la calabaza. Para ello: poner trozos de calabaza en una cesta sobre agua hirviendo (al vapor) o sumergirla en agua hirviendo con sal. Cocinar hasta que esté tierna al pincharla.
-Salteada o frita. Esta técnica funciona muy bien cuando la calabaza se corta en cubos pequeños o láminas finas. En una sartén o wok con un poco de aceite puesta fuego fuerte se saltea hasta que esté tierna y ligeramente dorada por fuera.
-Estofada. Es el método perfecto para que la calabaza absorba los sabores de otros ingredientes. La técnica consiste en cocinar la calabaza lentamente en un líquido (caldo, vino, leche de coco, etc.) junto con carnes, legumbres, otras verduras... Es perfecta para la preparación de guisos, curries, sopas, etc.
INGREDIENTES CON LOS QUE HACE BUENA PAREJA GASTRO
La calabaza funciona muy bien con infinidad de ingredientes de la despensa, ya sea en recetas saladas o dulces, por ejemplo:
-Especias. Canela, nuez moscada y jengibre, para postres. En platos salados, va muy bien con salvia, romero, tomillo, comino o curry.
-Lácteos. Va fenomnal con quesos como el de cabra, feta o parmesano. También la mantequilla y la crema o nata potencian su sabor (por ejemplo, en cremas).
-Frutos secos. Nueces, almendras, piñones, las propias pipas de calabaza…
-Bacon o panceta. El toque ahumado y graso del tocino salado es un contrapunto perfecto para la dulzura terrosa de la calabaza (buena combinación para risottos, ensaladas templadas…).
-Cítricos. Unas gotas de limón o naranja, por ejemplo, en una crema de calabaza o en una calabaza horneada, le da un interesante contraste dulce ácido.
-Endulzantes. Miel, el sirope de arce… potencian aún más su dulzura natural.
