'Me costó volver a mirarme al espejo'
A lo que puede costar acostumbrarse a la nueva versión de una misma se suma el cansancio, que todo lo hace ciertamente más complicado. Así lo explicó Ana Peleteiro después de haber sido mamá: "Después del nacimiento de Lúa, me costó muchísimo volver a mirarme al espejo. Falta de sueño, subida de la leche, estrés, kilos de más... que hacían que no reconociera mi propio cuerpo. Cientos de sentimientos que crearon en mí inseguridades, dudas y un poco de tristeza".
La deportista confesó asimismo que, desde el inicio de su embarazo, dudó de su cuerpo y que durante el posparto esas dudas aumentaron en un 200%. "Estaba todo el rato comparándome con otras chicas, que aparentemente se habían recuperado en un abrir y cerrar de ojos, y no entendía por qué, a pesar de no haber cogido mucho peso y de entrenar tanto durante el embarazo, mi cuerpo no volvía a su sitio con la misma rapidez", explicó. Peleteiro reconoció que dudó mucho de sí misma pero que, tiempo después, pudo sentirse "orgullosa de haber pasado por todas las fases y de haber aprendido una vez más que el cuerpo de la mujer es maravilloso".