La manera de entrenar está cambiando. Cada vez más mujeres buscan algo más que un simple plan de ejercicios: desean sentirse acompañadas, cuidar su salud física y mental, y encontrar un espacio que entienda sus necesidades en cada etapa de la vida. Bajo esta premisa nace The Sculpt Lab, que se define como un espacio pionero en Madrid que combina entrenamiento holístico, calor infrarrojo y luz roja.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 5 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 5 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Fundado por Ana Arrechea, entrenadora personal, health coach y fundadora de The Peach Mode, este nuevo concepto promete ser un éxito. Ana también es embajadora de Lululemon y ha entrenado a Iker Casillas, Lidia Torrent, Malena Costa y Carla Hinojosa, por ejemplo. Hemos podido hablar con ella sobre este nuevo método de entrenamiento y esto es lo que nos ha contado.
Entrenamientos hechos a medida
"Diseñamos programas personalizados que combinan movilidad, fuerza y resistencia física. Lo importante es adaptarnos al momento vital de cada mujer y acompañarla en su proceso", explica Arrechea. La propuesta no tiene edad: "Trabajamos con chicas jóvenes de 18 años que quieren crear hábitos saludables, con madres recientes que necesitan recuperar energía y fuerza, y también con mujeres en perimenopausia o menopausia que buscan ganar masa muscular y aliviar síntomas", revela.
El papel de la luz roja y el calor infrarrojo
Uno de los aspectos diferenciales del estudio es la incorporación de tecnologías como la luz roja y el calor infrarrojo. Según Arrechea: "la luz roja y el calor infrarrojo son dos cosas distintas, aunque a veces se confunden".
- El calor se emite en ondas y calienta el cuerpo de dentro hacia afuera, generando una sudoración segura que ayuda a eliminar toxinas y a mejorar el metabolismo.
- La luz roja, en cambio, penetra en la piel y activa procesos celulares muy potentes: estimula la producción de colágeno, reduce la inflamación, favorece la regeneración de tejidos y acelera la recuperación muscular.
Según la experta, los efectos de ambas cosas se aprecian en pocas semanas: "En tres semanas ya vemos piel más luminosa, menos líneas de expresión y mejor descanso. Además, muchas alumnas nos dicen que se sienten con más calma y energía durante el día". Hay que tener en cuenta que, como nos cuenta la doctora Agustina Rodrigo, directora médica de la Clínica Vandermed, dermatóloga y Médico Estético, la luz roja, que se sitúa en el rango de los 620 a 700 nanómetros, se utiliza en dermatología y ofrece varios beneficios:
- Aumenta la energía celular
- Estimula la síntesis de colágeno y elastina, mejorando firmeza y elasticidad cutánea
- Tiene efecto antiinflamatorio, gracias a la modulación de citoquinas
- Mejora de la microcirculación, favoreciendo la oxigenación y nutrición de los tejidos.
Así la experta confirma que favorece el rejuvenecimiento cutáneo, aportando luminosidad y mejorando arrugas finas. También la cicatrización y reparación de la piel, acelerando la recuperación tras láser, peeling o microneedling, por ejemplo. Además, nos cuenta que mejora el acné inflamatorio, reduciendo la inflamación y el enrojecimiento. Por si fuera poco, en dermatología, la luz roja potencia los efectos de muchos de los tratamientos que se hacen en cabina.
Resultados que van más allá de lo físico
Respecto a los cambios que experimentan las alumnas, Arrechea señala que "los primeros beneficios casi siempre son internos: mejoran el sueño, sienten más energía y la piel empieza a mostrar una textura diferente". Nos cuenta que, "a nivel físico, los cambios visibles llegan entre la cuarta y la sexta semana, gracias a un plan con cargas progresivas, consejos nutricionales y un contacto constante conmigo para ajustar cualquier detalle".
Evidencia científica y EEUU en cabeza
Arrechea subraya que no se trata de una moda pasajera y asegura que hay muchísimos estudios que avalan sus beneficios. "En el deporte, por ejemplo, se ha comprobado que mejora el VO₂ (volumen de oxígeno que el organismo puede utilizar durante el ejercicio), reduce el daño muscular, disminuye el lactato y alivia dolores. Jugadores de rugby y futbolistas ya la utilizan con muy buenos resultados", explica.
En cuanto al ámbito amateur, añade: "en países como Estados Unidos, México o Reino Unido la luz roja ya se incorpora en clases fitness. Nosotras somos las primeras en traerlo a Madrid dentro de un enfoque holístico femenino. Estamos convencidas de que pronto recibiremos los mismos comentarios positivos que ya circulan fuera".
¿Biohacking o complemento?
Sobre si la luz roja puede considerarse una forma de biohacking en fitness, Arrechea afirma: "Sí, en cierto modo lo es. Pero hay que entenderlo como un complemento. No es magia. Sin constancia, buenos hábitos alimentarios y un buen descanso, no hay resultados. Lo que sí hace es potenciar el entrenamiento, acelerar la recuperación y mejorar la calidad de vida".
Una tendencia que ha llegado para quedarse
"Estamos acostumbradas a pensar en el entrenamiento solo como esfuerzo físico. Nosotras lo entendemos como un proceso de transformación integral: cuidamos el cuerpo, la mente y la energía. La luz roja y el calor infrarrojo son herramientas que nos ayudan a lograrlo más rápido y de manera más agradable", concluye Arrechea.
En cuanto a posibles contraindicaciones, la entrenadora aclara: "en general, la luz roja y el calor infrarrojo son seguros. Solo recomendamos precaución en personas con sospecha de cáncer activo, piel muy sensible, heridas abiertas o tratamientos recientes con determinadas sustancias que bloquean temporalmente la transmisión de señales nerviosas a los músculos. En esos casos, lo mejor es esperar o consultar antes".
En definitiva, la luz roja y el calor infrarrojo son dos tecnologías distintas, pero complementarias, que aceleran la recuperación, potencian los resultados y aportan beneficios visibles tanto por dentro como por fuera. En un momento en el que buscamos entrenar de manera más consciente y sostenible, su incorporación marca un paso firme hacia el futuro del fitness y el bienestar integral.